Muchas personas conocedoras del problema climático saben, o intuyen, que la gravedad de la situación es muy superior, y sus consecuencias mucho peores, que lo que puede deducirse de las informaciones y humor de los medios de comunicación generalistas. Sospechan además, con fundamento, que el contenido de los informes del IPCC constituye una muestra de conservadurismo científico favorecido por la supuesta necesidad de no alarmar y presionado por la influencia del negacionismo organizado (1,2).
Pero pongámonos institucionales por un momento y examinemos qué opciones dice creer el “establishment” de la UNFCCC [United Nations Convention Framework on Climate Change] que le quedan a esta civilización global para evitar su propia autodestrucción por la vía climática. Partamos pues de los datos “oficiales” y veamos qué margen de maniobra ofrecerían si fueran ciertos.
La posición de partida, desde la cumbre de Durban de 2011 y cuyos orígenes se remontan nada menos que a la cumbre de Rio de 1992, sugiere que la temperatura media de la Tierra no debe ser superior en +2 °C al promedio preindustrial (3). Por su parte, los datos “oficiales”, sustanciados en los informes del IPCC, asumen que, con el fin de jugar a alcanzar esta meta con el 66% de probabilidades (que corresponden al literal likely, según la terminología del IPCC), la cantidad máxima de CO2 vertido a la atmósfera entre 2011 y 2100 no debe ser superior a 1 Tt CO2 (1 teratonelada de CO2, o mil billones de kilos) (4). Esto lleva a que, para no superar este (supuesto) máximo permitido, sólo nos sea posible verter 650 Gt CO2 procedentes del sistema energético, a contar desde 2015, una vez descontadas las contribuciones de la deforestación y la industria del cemento (5). Esta es la situación de partida de la COP21.
A partir del último Informe de Síntesis del IPCC se ha calculado con todo rigor que intentar esto requiere nada menos que comenzar a reducir las emisiones inmediatamente (ya vamos tarde), que el ritmo de reducción sea ya del 10% anual en 2025 (!), y que ese ritmo de reducción del 10% sea mantenido durante 25 años, de forma sostenida (!!), de manera que las emisiones sean virtualmente cero en 2050. Todo ello en referencia solamente a las originadas en el sistema energético mundial, alimentación y transporte incluidos. (más…)
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Read Full Post »