“I have no patience for those who try and attribute insidious and mysterious powers to public relations. Such ideas are wholly fanciful and without basis in fact«[1] – John Hill, fundador de Hill & Knowlton – “There’s no good habit or lofty idea that could not be inculcated in a people in a few short years if the right methods were used … we can move human energy in any direction by organized and public persuasion …» – Charles Higham[2]
El creciente número de seguidores de este blog habrá advertido sin duda la afición del autor por las agencias de comunicación, las llamadas PR, a quienes considero los ocultos brazos ejecutores del negacionismo. Junto a los think tanks, constituyen los dos instrumentos principales que han provocado un retraso de décadas en el abordaje correcto del problema climático, hasta el punto de encontrarnos ahora sin estar seguros de si llegamos a tiempo. La desazón me invadió cuando una nota de prensa me dió a conocer la contratación, por parte del gobierno de Copenhague, de la multinacional de PR Hill & Knowlton. Dice que nos aconsejarán a tener un comportamiento climáticamente responsable y su director general, Paul Taaffe, manifiesta que ‘el cambio climático es el problema mundial número uno y un enorme y complicado reto para todos nosotros’ (1). Veamos quiénes son esta gente, qué credenciales tienen para llevar a cabo esta misión y si pudieran encontrarse con algún conflicto de intereses.
Lo primero que conviene conocer es que Hill & Knowlton pertenece al grupo WPP, la mayor multinacional de RP del mundo, cuya facturación en 2001 fue de 11.400 millones de dólares. Hill & Knowlton es sólo una de las 32 empresas que lo componen, que abarca también a nombres bien conocidos como Burson Marsteller, Ogilvy Public Relations Worldwide, Cohn and Wolfe, Finsbury and Buchanan, Cordiant Group Grey Global, CGI Group y APCO Associates. Con sus 71 oficinas en 40 países, algunos de ellos tan interesantes para las relaciones públicas como Uganda y Níger, Hill & Knowlton representa cerca del 10 % de la facturación total del grupo (2).
Cuando David Miller y William Dinan, en su imprescindible libro ‘A Century of Spin: How Public Relations Became the Cutting Edge of Corporate Power[3]’ señalan que:
Hil & Knowlton es una de las más famosas, por no decir infames, empresas de PR del mundo (3).
habría que comenzar averiguando quiénes son los autores de esta obra y si tienen algún motivo para estar resentidos con una organización que se dedica a engrasar la maquinaria de información y a poner buena cara y simpatía por doquier. Pero contrastando información observamos que los hechos sobre los que basa esta opinión aparecen en otros textos respetables, como el lector podrá examinar en las referencias. Conviene ahora conocer el historial, conexiones y compatibilidad de Hill & Knowlton para la tarea encomendada.
Por su parte, el historial de CGI Group y de APCO Associates en el negacionismo climático es tan clamoroso que merecerá entradas posteriores, así que centrémonos ahora en Hill & Knowlton y en el grupo al que pertenece.
Nicotina, alquitrán e hidrocarburos
Que una agencia de comunicación tenga el encargo de contratar publicidad del tabaco donde pueda, en las publicaciones infantiles del tercer mundo o sobre los automóviles de Fórmula 1 puede no gustar, pero entra dentro de lo normal mientras el tabaco siga siendo un producto legal y la reglamentación publicitaria lo permita. Pero merced a las denuncias de personas afectadas por el tabaco y a la entrada en sede judicial del asunto, con el tiempo se llegó a conocer la magnitud del fraude de la industria tabaquera para mantener sus ventas, con la ayuda nada inocente de diversas agencias de PR . Hoy, más de un millón de documentos disponibles en Internet permiten examinar una información hasta hace muy poco completamente inaccesible (4, 5).

Documento conjunto de la industria tabaquera que muestra la contratación de Hill & Knowlton (Bates nº 93219062-9070)
En el centro de esta campaña de desinformación estaba nuestra Hill & Knowlton quien, ya en 1953, diseñó, para toda la industria tabaquera, reunida en cónclave, la estrategia para contradecir la evidencia científica que comenzaba a trascender: la relación causal entre el hecho de fumar y distintas enfermedades. Lo hizo de varias formas, entre las que cabe destacar la contratación de científicos y el encargo de trabajos de investigación (6) a través de la creación de dos institutos, denominados Council for Tobacco Research y Tobacco Research Institute (7). Por algún motivo no hubo manera de que estos organismos ni sus investigadores encontraran problema sanitario alguno en los productos que fabricaban sus jefes. Por el contrario, se mostraban muy competentes en encontrar cualquier mínimo agujero en la investigación científica, pero no mostraban la misma diligencia en cubrirlo. Según uno de los documentos supuestamente redactados por Hill & Knowlton:
La duda es nuestro producto. Es la mejor manera de competir con el ‘cuerpo de doctrina’ (body of facts) que existe en la mente del público (8).
Paralelamente, Burson Marsteller montó la Alianza Nacional de Fumadores, reenfocando la cuestión desde un problema de salud a una cuestión de libertad, que la ‘antiamérica’ se empecinaba en limitar. Bombo en prensa, radio y televisión. En técnica comunicativa, a esto se le llama ‘framing’.
Pero esto fue escrito cuando vieron que la contradicción directa no acababa de funcionar, pues el 4 de enero de 1954 Hill & Knowlton contrató un anuncio a toda página en el Wall Street Journal y otros 448 periódicos (!), bajo el título ‘Una declaración franca’ y el siguiente texto:
Informes recientes sobre experimentos con monos han dado gran publicidad a la teoría de que fumar cigarrillos está, de alguna manera, relacionado con el cáncer de pulmón en los seres humanos … Al mismo tiempo, creemos que es de interés público llamar la atención sobre el hecho de que eminentes doctores e investigadores científicos han cuestionado públicamente la supuesta significación de estos experimentos … Nosotros asumimos la salud de las personas como una responsabilidad básica, por encima de cualquier otra consideración de nuestro negocio (1).
Y anunciaban la creación del Tobacco Institute, para tranquilidad de los adictos a la nicotina. Pero esto no es lo más interesante, pues entre la documentación encontramos la versión original donde, entre otras cosas, se decía:
Nunca fabricaremos ni comercializaremos un producto que se haya demostrado como causa de enfermedad … Hemos cooperado y siempre cooperaremos estrechamente con las autoridades gubernativas cuya tarea sea salvaguardar la salud pública … El Comité se obliga a mantener informado al público sobre los hechos que puedan derivarse de la relación entre el hecho de fumar cigarrillos, la salud y otras materias pertinentes. (10)
¡Tachado en el original! Acceda al enlace de la referencia y verá más tachaduras, y por qué textos fueron sustituidos los que no fueron directamente eliminados.
Se trataba también de aplicar la técnica incipiente conocida por Scientific Certainty Argumentation Methods (SCAM), con el fin de evitar la responsabilidad jurídica derivada del daño (11). Para ello crearon, ya en los años 1990, una organización fantasma denominada The Advancement of Sound Science Coalition[4] (TASSC), famosa por haber popularizado el término ‘junk science’ (ciencia basura). No fue en esta ocasión Hill & Knowlton, sino APCO Associates, ahora también del grupo WPP, la generadora y amplificadora mediática de este término (12), de la mano de un tal Steven Milloy, que se hacía llamar a sí mismo ‘the junk man’. Este término, ‘junk science’, ha sido también empleado en el asunto climático con gran profusión, desacreditando a toda la comunidad científica seria. Miles de personas.
Tras cinco años y medio, Hill & Knowlton presumió de haber creado
… conciencia sobre las dudas y las incertidumbres con respecto a las acusaciones a los cigarrillos (13).
En definitiva, Hill & Knowlton consiguió el efecto sin que se notara el cuidado. La legislación estadounidense contra el tabaco no llegó hasta mitad de los años 1990.
PR para preparar la Guerra del Golfo
Uno de los episodios más conocidos de Hill & Knowlton en el terreno de la ‘comunicación política’ tuvo lugar con ocasión de la invasión de Kuwait por Sadam Hussein. La agencia preparó un testimonio ‘anónimo’, que presentó en el Congressional Human Rights Caucus de 1990. Se trataba de una niña de 15 años que, según manifestó, trabajaba en un hospital de Kuwait. Declaró que los iraquíes entraron en el hospital, rompieron las incubadoras y dejaron a los incubados morir en el suelo. Más allá de la veracidad o no del episodio, acabó trascendiendo que la anónima Nayirah era, en realidad, Nayirah al-Sabah, hija del embajador kuwaití en Washington. Preguntada la PR por el asunto y a insistencia del interpelador, respondió con diplomacia:
‘Le ruego una vez más que se de cuenta de que esto cae en el ámbito de lo que la agencia no desea confirmar, desmentir o comentar’ (14).
El montaje, que se atribuye a la mente de Gary Hymel, vicepresidente de Hill & Knowlton, acabó concluyendo que tanto él personalmente como su agencia formaban parte del entramado de la familia real kuwaití (15).
Hill & Knowlton y la inteligencia
Las relaciones de nuestros comunicadores, y de las agencias de PR en general, con la CIA, son de triple dirección. Ejecutivos de las agencias constituyen una excelente cantera bien experimentada para ser después contratados por la CIA, la CIA ejerce a su vez de cantera para ejecutivos (u otros) de las agencias de PR y, además, las PR son contratadas por la CIA para determinados trabajos. No tengo constancia de que la CIA sea contratada por las agencias de PR. Probablemente le baste con atraer a sus empleados.
Uno de los primeros ejecutivos de Hill & Knowlton, Robert T. Crowley, llegó a declarar que sus oficinas en el extranjero constituían una excelente tapadera para las actividades de inteligencia (16). También parece demostrado que Robert Gray, que trabajó en Hill & Knowlton durante 20 años, estuvo implicado en el asunto Irán-Contra en tiempos de Ronald Reagan, a través de su asociación con el entonces director de la central de inteligencia, William Casey (17).
Defensa del medio ambiente
Son bien conocidas las tácticas de las agencias de PR en la desactivación de huelgas, la promoción de violencia en manifestaciones para desacreditar a sus organizadores y otras actividades de atenuación de la ira popular por cuenta de sus clientes. La nuestra no parece ser una excepción. No todo trasciende, claro está, pero a veces se producen rendijas por las que es posible avistar una parte de la suciedad medioambiental. La soft.
La empresa maderera Pacific Lumber se vio en la ineludible necesidad de hacer algo para contrarrestar las crecientes actividades del movimiento ecologista con respecto a la creciente rapiña forestal que se llevaba a cabo en los parques nacionales de Redwood, en California. La organización ecologista radical Earth First! había preparado una acción de protesta pacífica, que incluía conferencias pronunciadas por sus militantes.
Nada más fácil. Lo primero es emitir un comunicado falso llamando a la violencia, con el propio membrete de Earth First! (aquí el documento), comenzando por señalar que ‘estamos en guerra’ e incluyendo suaves llamamientos a ‘joder a esta megamáquina’ (18). Después me organizo para que la violencia, efectivamente, se produzca. Así, busco asistentes que, cuando la conferenciante Judi Bari, líder del movimiento, pronuncie la palabra biosfera, sientan el impulso interior de gritar ‘¡lesbiana! ¡lesbiana!’. Y así voy calentando el ambiente (19).
Lo de contratar a científicos para que digan lo que yo quiero y, como tengo manera de amplificar sus palabras mucho más que los demás científicos las suyas, parecerá que quien tiene razón soy yo, o por lo menos que hay dudas, ocurre de verdad. Terry Logan es un profesor de química de los suelos (edafología) de la Universidad de Ohio, y codirigía el grupo de revisión científica de la agencia de protección medioambiental estadounidense (Environmental Protection Agency, EPA), grupo calificado como ‘el mayor talento científico y colector de datos’.
Se da la circunstancia de que Logan, al mismo tiempo, cobraba de la empresa N-Viro International Corporation, cliente de Hill & Knowlton. N-Viro había desarrollado un sistema interesante para fabricar fertilizantes a partir de los lodos industriales y urbanos residuales. Pero estaba preocupada porque la reglamentación obligaba a unas cantidades máximas de metales pesados. Logan y Hill & Knowlton se pusieron en marcha y, en poco tiempo, la EPA modificó la reglamentación. Al tiempo que Hill & Knowlton se ocupaba de vociferar que lo conveniente era relajar la normativa y Logan se ocupaba de relajarla, resulta que tenía acciones de N-Viro, que se hubieran derrumbado de no ser por sus habilidades científicas y diplomáticas (20).
La conexión WPP
WPP, el mayor holding de PR del mundo y propietario de la súbita vocación climática de Hill & Knowlton, es ‘partner industrial y estratégico’ del Foro Económico Mundial de Davos (21). Entre algunas fechorías influyó, a través de sus subsidiarias, en la asociación británica de anunciantes con el fin de evitar la legislación que limitaba la publicidad de la comida basura para niños (22). Philip Lader, presidente de Hill & Knowlton desde 2001, es asesor senior de Morgan Stanley y se sienta en los consejos de administración de la petrolera Marathon Oil y de la eléctrica (con carbón) AES. Es director del thin tank Rand Corporation y miembro del Council on Foreign Relations. Es el fundador del exclusivo club Renaissance Weekend, un foro elitista frecuentado por la flor y nata de la política y la empresa estadounidense (fue popularizado por Bill Clinton) entre los que se encuentra Joseph Nye, un teórico del ‘soft power’, o propaganda (23).
Esther Dyson, miembro del consejo de administración de Renaissance Weekend, es directora no ejecutiva de WPP. Dyson, creadora de la red CNET, es patrona de Eurasia Foundation, una organización que aboga por evitar la gestión empresarial en manos del público y por que las empresas operen sin restricción legislativa alguna. Yukos, la petrolera rusa, es uno de los patrocinadores de Eurasia Foundation. Dyson pertenece también al EastWest Institute, donde se sienta también la petrolera BP (24).
Por su parte, Martin Sorrell, primer ejecutivo CEO de WPP, es miembro del consejo asesor de KPMG, del consejo de administración del NASDAQ, patrono del grupo de presión Conference Board, entre otros cargos del más alto nivel, entre los que destaca con luz propia su pertenencia a la Comisión Trilateral[5] (25).
¿Conflicto de intereses?
Volvamos a Hill & Knowlton. El comunicado de prensa que anunciaba su contratación por cuenta de la Conferencia de Copenhague omitía algunos detalles. Por ejemplo, que trabaja para algunos de los mayores emisores de dióxido de carbono del mundo, como por ejemplo Huaneng Power International, la mayor empresa eléctrica china, de propiedad estatal, perteneciente al China Huaneng Group (26). China, hasta hace poco, inauguraba un promedio de tres centrales de carbón a la semana.
A la vista del panorama, dejo a la consideración del lector el juicio final sobre lo acertado de esta asociación, y sobre el tipo de lavado que el post-Copenhague puede hacer llegar a los medios de comunicación y éstos hacernos llegar a todos nosotros.
Examinar referencias
Entradas relacionadas
Cómo informar con rigor al público en materia de cambio climático: 1. Wording (2): PR, spin, talking points y cinismo permanente
Notas
[1] ‘No tengo paciencia con quienes quieren atribuir insidiosos y misteriosos poderes a las relaciones públicas. Estas ideas son completamente extravagantes y no tienen base alguna’
[2] ‘No hay buen hábito ni idea noble que no pueda ser inculcada a la gente en unos pocos años si se emplean los métodos adecuados … podemos mover la energía humana en cualquier dirección mediante la organización de la persuasión pública’. Charles Higam fue un ejecutivo de la publicidad que fue contratado por el gobierno británico durante la 1ª Guerra Mundial (27)
[3] Un siglo de persuasión. Cómo las relaciones públicas se convirtieron en el frente principal del poder corporativo
[4] Coalición para el avance de la ciencia ‘robusta’
[5] En 2005, su mujer le pidió el divorcio por dedicarse demasiado a su trabajo, lo que le costó 12 millones de libras esterlinas que tuvo que liquidar vendiendo parte de sus acciones (28).
Estudio Pub. y RRPP en una universidad española. El caso de Kuwait se cita, dentro de los contenidos de la asignatura Gestión de la Comunicación, como ejemplo de mala praxis. Hoy, mayo de 2012, basta con entrar en la web de esta empresa de comunicaciones para ver los premios que le han sido concedidos recientemente, para ver que sigue con sus campañas, para ver que entre sus clientes principales andan las farmacéuticas…
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