He recibido este correo de Scientist Rebellion que reproduzco con su autorización:
Por favor, le pedimos atención a este mensaje ya que entendemos que puede ser desafiante.
Somos Rebelión Científica, y asumimos de mala gana que otro artículo especializado u otro informe no va a marcar la diferencia. Es hora de mostrar al mundo la seriedad con la que tomamos nuestras propias advertencias científicas.
Le respetamos profundamente, a usted y a su trabajo de comunicación del cambio climático a la sociedad. Por eso nos dirigimos a usted. Al igual que usted, Rebelión Científica quiere que la ciudadanía de países poderosos y ricos actúe cada vez en mayor número ante la emergencia climática y ecológica.
Creemos que usted tiene el poder de hacer que esto ocurra como nunca antes. Sabrá, por ejemplo, ya que Nature lo publicó, que dentro y fuera del proceso del IPCC, los científicos del clima aceptan en privado que no hay una vía plausible para no sobrepasar 1,5ºC. Doblar hacia abajo la curva de emisiones en 2025 y luego reducirlas casi a la mitad para 2030 es inverosímil. Según el escenario más optimista del IPCC, sería necesario el despliegue de tecnologías aún hipotéticas de eliminación de dióxido de carbono a gran escala para arrastrar las temperaturas por debajo de 1,5°C a finales de siglo.
Sin embargo, casi todo el mundo en el mundo académico y en el movimiento ecologista dice públicamente que 1,5ºC es todavía posible. Aunque estas muestras de optimismo obstinado son bienintencionadas, observamos que, sin quererlo, están tranquilizando a la sociedad con el mensaje de que un objetivo climático inverosímil aún puede alcanzarse. Esto está dando una falsa legitimidad a los responsables políticos y actores económicos para resistirse a una descarbonización inmediata.
Creemos que esto usted ya lo sabe. Sabe que limitarse a decir que «cada décima de grado cuenta» suena abstracto -si no tranquilizador- para el público en general. En ningún caso es comparable a la enormidad de mantenerse «muy por debajo de los 2 °C».
En respuesta, la Rebelión Científica pide un realismo obstinado para ayudar a cerrar la brecha entre la acción actual sobre el cambio climático y los hallazgos científicos.
Usted puede ayudar a que esto ocurra -antes de la COP27- utilizando los canales disponibles de comunicación de cara al público para solicitar a los principales académicos que trabajan en el cambio climático que hablen claro al público sobre lo siguiente:
En primer lugar, la inevitabilidad de no lograr el objetivo de 1,5°C, tal y como establece el IPCC en su última evaluación.
En segundo lugar, exponer el reto de restringir el aumento de la temperatura a «bastante menos de 2°C» (en línea con el Acuerdo de París de 2015) utilizando las hipótesis más conservadoras sobre el potencial de las tecnologías de emisiones negativas. Esto servirá para poner de manifiesto la incertidumbre científica sobre el tema, y para mostrar a la sociedad la enormidad de reducir las emisiones de carbono en línea con los hallazgos científicos.
Por último, y en respuesta directa a lo anterior, pedir que los tres pilares de la política climática – mitigación, adaptación y compensación (es decir, pérdidas y daños) – sean efectivos. Esto significa que las naciones ricas pongan en marcha un compromiso aún no cumplido de aportar 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países más pobres a hacer frente al cambio climático, como punto de partida mínimo.
Esperamos que no le moleste que le hagamos esta petición. Nuestra primera responsabilidad -ya sea como científicos o como fuentes públicas de confianza- es decir la verdad en la medida en que podamos discernirla. Le apoyamos.
El informe del Grupo II del IPCC, bajo el título de Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad, acaba de ser publicado. Toma en consideración unos 34.000 estudios científicos. Durante la elaboración del informe completo, de 3.675 páginas, se han tomado en consideración unos 47.000 comentarios. El resumen ha recibido 5.777 comentarios. De los tres grupos, este es el siempre el más emocional, y esta edición lo es especialmente. La sola lectura del resumen exige ir conteniendo el llanto, hasta donde eso resulta posible.
Motivos de preocupación, 2014
No hace falta sumergirse en el informe completo para quedar realmente espeluznado. Como cabía esperar sigue la pauta del “peor de los esperado”, pero en esta ocasiónen grado sumo. Es mucho peor que el informe anterior de 2014. Todos los indicadores se han venido abajo. Los desastres que habían sido anunciados para un incremento de la temperatura de +4 ºC ahora ocurrirán a +2 ºC, cuando no a 1,5 ºC o está ocurriendo ya, y generalizándose..
La lista de desastres habidos y por haber es sobrecogedora. La probabilidad de eventos extremos simultáneos y consecutivos es destacada con frecuencia. Una de las novedades a este respecto es la mención a posibles “extreme sea-level events”, aumentos bruscos del nivel del mar por episodios de fusión acelerada de los hielos o desplome de grandes masas de hielo de origen continental. Todo está pendiente de un hilo.
En la entrada anterior examinamos tres estrategias de presión al estado de cara a la promoción de políticas de decrecimiento gestionado, concluyendo en la pobre incidencia que irían a conseguir. Pero queda una por mencionar, que es a la que me adscribo y que describiré brevemente tras una introducción.
Las dificultades del activismo climático
En todas las movilizaciones del celebrado activismo climático de los últimos años he ido encontrando un elemento común que me ha acabado perturbando, un déficit que las convierte en poco influyentes y que supone, a mi modo de ver, la debilidad principal del movimiento: nadie sabe lo que habría que hacer exactamente. La unidad se produce alrededor del diagnóstico (solo climático) y del miedo consiguiente, en particular por parte de los más jóvenes. Estos prevén un futuro en el que la casa se les irá cayendo encima mientras están estudiando o trabajando en disciplinas, profesiones u oficios contenidos en un marco cognitivo según el cual el edificio es estable y podrán conseguir, o tendrán la posibilidad de poner a su alcance, los bienes materiales que anhelan para proseguir su tarea o que desean para sí. No encuentran sentido a esta situación y se rebelan furiosamente contra ella, por ahora con amor. Piden entonces que los gobiernos actúen (¡act now!), aunque no señalan dirección común ni concreta alguna más allá de que hay que reducir las emisiones.
La producción de diésel y fuel oil está declinando ya perceptiblemente desde 2019 (Fuente: Rafael Fernández Díez , The Oil Crash, 19/11/21)
Los tiempos que vienen van a ser muy duros, como atestigua la imagen adjunta elaborada por Rafael Fernández Díez y publicada hace pocos días en el blog de Antonio Turiel. Diésel y fuel-oil son la sangre del sistema. Además de muchos vehículos privados, en principio prescindibles, lo emplean todos los barcos, los camiones, toda la maquinaria pesada de minería y de obra civil, la maquinaria agrícola, muchos grupos electrógenos de campo[1].
Carlos de Castro Profesor Titular de Física Aplicada. Universidad de Valladolid
Empecemos con una gráfica “secundaria” que dedico a los tecno-optimistas en exceso que tanto abundan:
En ellas el color verde significa más velocidad del viento y el azul menos que en el presente. Soplará más viento en zonas que vamos a deforestar o destruir por el cambio climático (Amazonas, Centroáfrica, Indonesia). Pero curiosamente menos en las zonas que precisamente estamos llenando de molinos eólicos (praderas de Estados Unidos, Europa occidental). Esto no refleja que el IPCC prevea que vamos a poner muchos molinos, que también influye, sino por el propio cambio climático. Es curioso, porque el cambio climático acelera procesos de evaporación y calor, pero los modelos dan “paradójicamente” menos vientos en zonas terrestres. Creo que esto me da la razón a mi idea de que la Tierra estaba en un máximo de máquina termodinámica (asociado a la idea del principio de máxima producción entrópica, MEP) y que las distorsiones –sean infraestructuras humanas como molinos o sea el cambio climático- reducen el MEP y así los vientos, en especial los de nuestro interés. El viento se irá a tomar vientos. Recordemos que la potencia que extraemos del viento con los molinos va al cubo de la velocidad, es decir, reducir un 10% la velocidad es perder un tercio, mucho va a tener que mejorar la tecnología y el tamaño de los molinos para compensar (véase que las praderas norteamericanas –donde está el máximo potencial eólico allí- están en azul oscuro, también en la Europa occidental y del norte , donde la eólica marina está poniéndose)… Incluso en el optimista SSP1-2.6 que suponía una revolución en la transición energética renovable.
Veamos la subida del nivel del mar a largo plazo, para pensar en términos de “Civilización”:
Carlos de Castro Profesor Titular de Física Aplicada. Universidad de Valladolid
Ciertamente creo que se han hecho progresos para acercar la modelización del clima a la realidad conforme han ido pasando los informes del IPCC. De alguna manera hay un reconocimiento indirecto en el AR6 de la separación aún existente cuando dice ya no basarse solo en los modelos climáticos para su discusión y conclusiones.
Comencemos por ver una gráfica de largo recorrido:
En ella se representa la relación entre el nivel de concentración de CO2 en la atmósfera y la temperatura global relativa a la que se toma como “preindustrial”. De esta gráfica surgen varias observaciones importantes: 1ª la relación entre nivel de CO2 y temperatura no es lineal (ojo que la escala de CO2 no es lineal). Tenemos medidas indirectas aproximadas de la temperatura y más directas del nivel de CO2 del pasado. Las medidas del comienzo del Eoceno son poco fiables dada su antigüedad y así lo denota su rectángulo de error. Además, a mí me parecen que exageran la temperatura alcanzada (entre 10 y 18ºC más que ahora) por el sesgo teórico que tengo, ya que supondrían muy poco control gaiano, lo que sería una espina en mi teoría Gaia. En cualquier caso, vuelvo a copiar la gráfica y pongo a mano una curva roja que pasa bien por los centros de los puntos del pasado y una curva negra que pasa bien por los puntos del pasado más cercano y mal por el Eoceno:
Carlos de Castro Profesor Titular de Física Aplicada. Universidad de Valladolid
El último informe del IPCC sobre cambio climático ya está listo para que los políticos hagan sus correcciones a la ciencia física. El informe del WGI (grupo de trabajo I) se llama AR6 Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Un informe de miles de páginas en su versión pdf. A partir de aquí lo llamaré simplemente AR6.
En los siguientes tres capítulos van algunos comentarios, críticas y reflexiones inspirados en sus gráficas.
En este primer capítulo vamos a ver porqué, una vez más, las “storylines” (historia, trama, narrativa o línea argumental en que se basan los escenarios a desarrollar, a partir de aquí traduzco por “narrativa”) y los escenarios que maneja el IPCC para construir los modelos son increíbles o irrealistas en cuanto a las emisiones futuras y del pasado reciente de gases de efecto invernadero.
Fíjese en la siguiente gráfica que copio:
Vemos 5 escenarios “ilustrativos” llamados SSP y las emisiones de CO2 que se esperan de ellos que afectan el clima entre el “presente” del año 2015 y el 2100. Los escenarios son elaborados por el WGIII y modelizan los sistemas económico, energético y de suelos futuros bajo distintas narrativas que autodenominan “plausibles”. Los colores granates-rojos indican los escenarios de peores consecuencias climáticas y los azules son los “buenos” o menos malos.
Los escenarios SSP1-1.9 (probabilidad mayor del 50% de tener menos de 1.5ºC de aumento de temperatura en 2100) y SSP2.2.6 (probabilidad mayor del 50% de tener menos de 2ºC en 2100), asumen absorción neta de CO2 a partir de 2050 y 2075 respectivamente. Ambos y el SSP2-4.5, asumen estancamiento de las emisiones de CO2 entre 2015 y 2020, cosa que no ha ocurrido ni gracias a la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 (hasta ahora, históricamente solo las grandes crisis económicas mundiales han sido capaces de reducir de un año al siguiente las emisiones).
La palabra eficiencia siempre suena bien. A los oídos del público lleva a la creencia de que permite obtener algo – supuestamente deseable – con menor esfuerzo que hasta ahora. Esfuerzo que hoy, en la sociedad econócrata de estrechas orejeras que nos ha tocado vivir en nuestra calidad de adolescentes malcriados, se supone medido en pasta. Es un recurso habitual en comunicación política, porque predispone favorablemente sin que el emisor se sienta en la necesidad de entrar en más detalles, por ejemplo a qué parámetro se refiere. Lo mismo vale para “eliminar las ineficiencias”, que tiene además una connotación de acción.
Esos detalles no son menores. Por ejemplo para explicar que en un mercado libre la eficiencia energética provoca el aumento del consumo de energía (la llamada paradoja de Jevons ya establecida en el siglo XIX en relación al carbón, cosa que los voceros ocultan interesadamente), o que a menudo la consecución técnica de esta eficiencia requiere de unos procesos previos de diseño y fabricación, y de desecho a lo largo de toda su vida útil, que pueden suponer un consumo total de energía mayor antes (aumentando así consumos y PIB), mientras el usuario cree percibir una reducción. Por este motivo los vehículos eléctricos y la energía fotovoltaica están subvencionadas, pues de otro modo serían en general inasequibles o no rentables en relación a lo anterior. O el mismo hecho de llevar la fuente de energía más allá del horizonte, incluso extramuros, y hacer como que no existe. Mucha gente cree que cuando carga la batería del coche la energía es “limpia”.
Una sala del Cinema Girona de Barcelona gairebé plena va aplaudir llargament el passat dijous l’estrena del documental “50 graus”, produït per Solidaritat i Comunicació, i Entrepobles, dirigit per Josep Cabayol amb el seu magnífic equip. Fou ideat i filmat quan ningú s’esperava que, aquest estiu, s’assolissin 50 ºC a una zona del Canadà, amb conseqüències devastadores.
És la primera part d’una sèrie que continuarà. Avui, amb la COP26 ja iniciada, és un bon dia per veure’l sencer. I si en voleu organitzar una projecció pública podeu escriure a sicom@sicom.cat.
El grupo I del IPCC presenta resultados peores que la edición general anterior (2013) y orilla los tipping points.
Los pacientes lectores asiduos de este blog saben que ya en 2014 tuve la osadía de mostrar que el IPCC, lejos de ser un organismo alarmista como gusta a la negacionía ventear, en realidad tenía la característica nada desdeñable de quedarse sistemáticamente corto. Lo hice con convicción, aunque con la boca todavía un poco pequeña (¿quién soy yo para corregir a todo un IPCC, ejemplo de ciencia de vanguardia?).
Desde entonces he ido reafirmando este convencimiento, paralelamente a la profundización y teorización de los motivos que llevan a esta situación – que puede usted encontrar a partir de aquí en su versión más actual. No se trata de negacionismo, tampoco de mala fe por ninguna de las partes (aunque si de falta de valentía por parte de algunos). A menudo es el resultado del sistema de retribuciones, de los estímulos que engendra el sistema institucionalizado de avance y mejora del conocimiento científico. En otros casos ni tan solo esto: simplemente, es así como son las cosas. Un ejemplo bien visible es la necesidad de consenso científico en los aspectos debatibles, que tiene como consecuencia la exclusión de los trabajos con resultados más extremos.
«The ultimate climate emergency is a runaway greenhouse.”[1] – Colin Goldblatt, Andrew J. Watson931
[Me siento incómodo con la denominación inglesa tipping point y su acrónimo TP. Así que a partir de hoy, tras algunas consultas, les llamaré puntos críticos. Creo que es lo más pragmático. Lo he corregido en los últimos capítulos de esta serie. Lo importante aquí es darse cuenta de que cambiar de estado es sinónimo de colapso, independientemente de la velocidad a la que éste vaya a tener lugar. También he corregido la numeración de las referencias, donde había un baile que se venía arrastrando desde hace algunas entradas].
Permafrost tipo Yedoma, con gran contenido de carbono
Ya señalamos en la primera parte de este capítulo sobre puntos críticos que en la esquina acechaban sorpresas. Hoy tenemos algunas de gran calado. Además usted, probablemente, estaba esperando que le hablara del permafrost, y ha llegado el momento. Por favor, abróchese el cinturón de seguridad.
Examinamos con alguna profundidad el peligro del permafrost hace relativamente poco aquí. Remito además al lector a un texto de 2010 sobre su importancia, entrada que resulta ser la segunda más visitada de las casi 300 que contiene este blog. Allí señalé que el verdadero peligro residía en el permafrost. Hoy tenemos novedades significativas al respecto.
Como sabemos el permafrost emite CO2 y también metano. Este último se presenta a veces, en ciertos foros algo frikis, como el problema principal, el que nos puede dar una sorpresa mayúscula en cualquier momento en forma de bomba. Pero el metano, siendo importante, no es a mi parecer el peligro principal, por lo menos respecto al permafrost terrestre. Por lo demás se ha observado que este metano, por lo menos hasta ahora, procede mucho más de fotosíntesis reciente que de permafrost antiguo932.
Pero vayamos por partes.
Aunque esto no significa que haya que despreciarlo, pues las emisiones de origen fósil son, ya lo sabemos, peor de lo esperado. Además ciertas digresiones apuntadas por quienes no cesan de insistir en la geoingeniería no gozan de soporte científico suficiente933. No atisbo “bomba de metano” en la esquina de ningún tipo934, salvo terremoto mayor en la falla del Ártico – donde, por cierto, acaban de instalarse sismógrafos específicos935. Conviene tener además en cuenta que, en los dos últimos interglaciales, la progresiva fusión de los hielos sí fue dando lugar a notables emisiones de metano de las profundidades marinas del Ártico – donde se encuentra almacenado en forma de hidratos – y que este fenómeno comienza a observarse ya936. De hecho no hacen falta bombas, pues ya sabemos del carácter silencioso de algunos fenómenos críticos. De modo que no hay que dejar de estar atentos al metano, siquiera mirándolo de reojo, pues las emisiones de metano de los sistemas acuáticos, sobre los que estamos ejerciendo un presión creciente, han sido hasta ahora subestimadas y resultan ser bastante peores de lo esperado937.
“Es posible que hayamos cruzado ya el umbral de una cascada de puntos de inflexión interrelacionados … estamos viendo cambios potencialmente irreversibles en el sistema climático en curso, o muy próximos.”– Timothy Lenton903
El lenguaje científico una vez más. Lenton sabe perfectamente que el umbral se ha cruzado, mientras declara a la prensa que, simplemente, “es posible”. ¡Le está hablando a un periodista! Parece que el puñetazo sobre la mesa se reduce a aceptar la posibilidad de que los tipping points (puntos críticos, PC) estén ya en marcha, y todavía no se atreven a más. Igual están esperando al día en que el Amazonas arda por completo para decir que tiene que ver, ahora seguro, con la fusión de Groenlandia y la Antártida. A veces resulta muy irritante.
Una vez asumido que el punto crítico global ha sido superado – y que lo de París no sirve para nada – resulta del máximo interés examinar como van a producirse los acontecimientos a partir de ahora. Es decir, en qué consiste la cascada.
19. Dominó y cascadas: fallos encadenados de subsistemas
En esta entrada examinaremos la sucesión de fallos en cascada de algunos subcomponentes del sistema climático. Es difícil anticipar tiempos concretos de ocurrencia, pero creo no equivocarme al afirmar que todos ellos tendrán lugar durante el presente siglo, y muchos de ellos en los próximos 30 años. Sin perjuicio de los que están ya en marcha, que se irán visibilizando más pronto que tarde.
Fig. 18. El motor de la corriente termohalina en el Atlántico norte
Vimos en la entrada anterior que podemos considerar el punto crítico (PC) global situado en alrededor de +1 ºC. También sabemos que estamos superando los +1,2 ºC, y por tanto podemos suponer que distintos subsistemas están ya perdidos – muestren o no señales de ello – y que la reconfiguración completa del sistema climático ya está en marcha. Démonos también cuenta de que el calentamiento se está ya acelerando669,863 (James Hansen, quien fuera director de climatología de la NASA, estima que vamos ya por +0,25 ºC por década, frente a los clásicos +0,15/+0,20 ºC por década de las cuatro décadas anteriores864).
Hemos visto en esta serie cómo Groenlandia y la Antártida Occidental han superado ya su PC particular y muestran además las señales inequívocas de la aceleración imparable que sabemos caracteriza a este tipo de procesos. Pero no nos habíamos referido todavía a la importante corriente termohalina, mediadora de muchos colapsos y sujeta además al propio. Va a ser el objeto de esta entrada, que facilitará la comprensión de la siguiente en la que describiremos la cascada de fallos sucesivos. La importancia de esta corriente no reside solo en los fuertes impactos climáticos que su sola reducción acarrea a ambos lados del Atlántico y cerca de los polos. Es también importante como elemento mediador entre la fusión de los casquetes polares y la caída de otros subcomponentes del sistema climático.
13. Breve repaso a la menguante corriente termohalina
“El día de mañana” es el título de la película de Roland Emmerich que dramatizaba en 2004, con evidente exageración, por lo menos temporal[1], los efectos de la detención de esta corriente865. Seguir leyendo »
“No van a ser las mismas condiciones climáticas de ahora con solo un poco más de calor o un poco más de lluvia. Estamos frente a un proceso en cascada fuera de control.”– Will Steffen828
Fig. 12. Evolución de la alteración de los ecosistemas por parte del ser humano, y posible transición crítica a corto plazo [Nature 2012, ref: 863]
Hasta aquí hemos visto la evolución de distintos puntos críticos del sistema climático (algunos de ellos definidos con cierta laxitud, aunque aceptada829 como si fueran sistemas aislados y relativamente simples. Pero sabemos que los distintos subsistemas del sistema climático están interconectados y que el sistema climático de la Tierra es un sistema complejo. En el paper Globally networked risks and how to respond[1] publicado en Nature en 2013, leemos:
“La combinación de interacciones no lineales, efectos de red, respuesta retardada y aleatoriedad puede provocar sensibilidad a pequeños cambios, dependencias de la trayectoria y fuertes correlaciones, todas ellas difíciles de comprender, prepararse y administrar. Cada uno de estos factores ya es difícil de imaginar, pero esto aplica todavía más a su combinación.”830
Esta dependencia mutua lleva, como veremos, a que cada subsistema pueda ser más vulnerable de lo que lo seria si estuviera aislado. Dicho de otro modo, a que los puntos críticos de cada elemento sean, en la práctica, menores que si estuvieran aislados, que es como normalmente se establece su PC particular.
“Es un verdadero sobresalto darnos cuenta de que los puntos críticos que pensábamos que podrían suceder en el futuro estén ya en marcha … [se trata de] una amenaza existencial a la civilización.” – Timothy M. Lenton784
El artículo 2 de la Declaración de Río (Cumbre de la Tierra, 1992), al establecer la expresión “interferencia antropogénica peligrosa” en el sistema climático, ya estaba enmarcando la cuestión en términos de umbrales de estabilidad785, invitando así a la comunidad científica a indagar este aspecto. Sin embargo, a pesar de los devanamientos de sesos de muchos científicos y profesionales intentando definir qué cosa es esa interferencia peligrosa, y cuantificarla, han sido necesarias muchas décadas para llegar a una cifra definitiva en la que podamos confiar. Confiar en el sentido de que, una vez superada, todo intento de detención del proceso sería inútil.
1. ¿Dónde está el auténtico peligro?
Lo que se considere peligroso o intolerable no corresponde a la ciencia, sino que es una decisión social, política, de hecho fundamentalmente ética, al afectar de forma desigual a colectivos y sociedades diversas, también al propio planeta. Es de esas cosas que no admiten cuantificación, y así la comunidad científica ha ido esperando señales desde la sociedad para poder determinar, ahora sí, qué concentración máxima de gases de efecto invernadero en la atmósfera correspondería a esos impactos por ella definidos como intolerables.
Sin embargo, en el caso de que la superación de algún umbral crítico llevara al sistema climático a una situación de autorreforzamiento, de forma que la humanidad perdiera el control de la situación (o la posibilidad de ejercerlo), si corresponde a a la ciencia la iniciativa de la búsqueda de este umbral y su mejor determinación cuantitativa posible.
“Afirmamos que el tiempo de intervención restante para evitar el vuelco podría haberse ya reducido a cero.»736
Fig. 1. Comparación de las proyecciones de disponibilidad de petróleo de los sucesivos informes anuales de la Agencia Internacional de la Energía de 2000 a 2013. Las cosas son hoy ya sensiblemente peores (Fuente: Michael Höök, Uppsala Universitet)
Recordemos que el efecto “Peor de lo esperado”, ese cuyas causas teóricas mostramos en la primera parte de esta serie y cuyos resultados hemos ido mostrando en distintas variables relacionadas con el clima, tiene lugar en todos aquellos ámbitos cuya influencia socioeconómica resulta ser significativa. Desde luego el cambio climático pero también, por ejemplo, en la biodiversidad, en la farmacología…
Y también, desde luego, en el terreno de la energía y de su disponibilidad. La propia Agencia Internacional de la Energía – organismo creado por distintos estados con el fin de garantizar la continuidad del suministro energético – es un ejemplo paradigmático de cómo las previsiones de disponibilidad, por lo menos de petróleo, son sistemáticamente “peores de lo esperado” desde casi siempre. O, como mínimo, desde el año 2000.
Así, Mikael Höök, del departamento de Sistemas Energéticos Globales de la universidad sueca de Uppsala, examinó hasta 2013 las proyecciones de disponibilidad que este organismo realiza anualmente, y confeccionó el siguiente gráfico (fig. 1):
Como se ve, a cada año que pasa las predicciones son peores. En 2013 la curva ya era básicamente plana, aunque quedaba todavía la carta del fracking por jugar, ahora ya agotada737.
Esto nos lleva a la pregunta esencial de si los peores escenarios del cambio climático son realistas, dado que consideran una cantidad enorme de emisiones hasta fin de siglo. Estos escenarios, diseñados en el IPCC por economistas neoclásicos (que para eso se constituyó el IPCC, para incluir a los economistas mainstream), cuentan con una disponibilidad de combustibles fósiles, si no infinita, por lo menos indefinida. Para ellos existe básicamente tanto petróleo como se desee: la que manda es la demanda. Y claro, siempre creciente, suponen que siempre querremos más, ADN esencial e irrenunciable de esos seres para quienes la máxima “más es mejor” es una ley de la naturaleza y condición irrenunciable de la definición de progreso que acríticamente asumen. Seguir leyendo »
Ya hemos visto en entradas anteriores las astucias comunicativas, las trampas científicas y los trucos matemáticos con apariencia de seriedad que moviliza nuestro ecologista. Veamos hoy su expansión por esos mundos y de dónde obtuvo los fondos para sus organizaciones y para sí mismo.
Qué listo soy
Los dineros daneses hacia el estrellato
Las fuentes de financiación actuales de su centro en Dinamarca se desconocen con precisión, pero la minuciosidad y los contactos de Kåre Fog le llevaron a asegurar que la organización fue engrasada originalmente con 600.000 € desde el “ministerio de desarrollo” danés para la organización del segundo Copenhagen Consensus, previsto para mayo de 2008[97].
Para entonces el parlamento de Dinamarca, a iniciativa del Partido Popular (una especie de Vox local), aprobó una asignación de un millón de euros al think-tank de cara a 2009[98]. Recuérdese que a finales de 2009 se celebraba la conferencia de Copenhague (COP15), en la que se habían depositado muchas esperanzas. Así, el objetivo de ese nuevo “consenso” cuatrianual pasó a ser la eventual deslegitimación de cualquier acuerdo climático al que se pudiera llegar (y al que, como se sabe, no se llegó), frenando y contrarrestando todo entusiasmo que pudiera generarse. Recordemos a este respecto que la agencia de PR que contrató el gobierno danés para la COP15 fue la infausta Hill & Knowlton, hecho singularmente desafortunado que fue en su día objeto de examen en este blog. Eso no fue todo porque, a iniciativa de ese mismo partido, en noviembre de 2009, un mes antes de la conferencia, fueron inyectados 2,4 millones de euros más[99]. Y así fueron subiendo.
A finales de 2009, entre su primer instituto fallido y el Copenhagen Consensus Center, Lomborg había recibido nada menos que 18,4 millones de euros[100]. Seguir leyendo »
Vimos en los dos últimos post las astucias comunicativas y las trampas científicas que emplea Lomborg para crear el efecto sin que se note el cuidado. Veamos ahora cómo hace nuestro personaje para meterse en el bolsillo a la mayoría de los economistas mainstream y a todos aquellos de cuyos consejos dependen.
El “consenso” de Copenhague
Lomborg tenía estudiado que la percepción de consenso (científico, económico u otros) es importante de cara a generar credibilidad en el público. Así que se organizó para buscar un consenso, palabra que instaló en el título de su siguiente acción.
El éxito del libro “El ecologista escéptico” de agosto de 2001, generosamente promovido por sus editores, condujo a que su amigo neoliberal Rasmussen, recién ascendido a presidente de Dinamarca, le financiara un think-tank que denominó Institut for MiljøVurdering (Instituto Nacional de Evaluación Ambiental). El proyecto avanzó raudo: en junio de 2002 ya tenía a 7 personas en su consejo y 10 personas en plantilla[58]. Sin embargo, el veredicto de deshonestidad científica que recayó sobre Lomborg poco más tarde hizo mella en algunos de los congregados, llevándoles a la dimisión. Pero él, un lince que se sabía ya apoyado por los powers-that-be, aprovechó la jugada para efectuar una huida hacia adelante.
Así, en 2004 organizó, bajo el patrocinio de la revista The Economist[59], el “Copenhagen Consensus”, originalmente una conferencia internacional de “leading economists” que más tarde devino en think-tank. También estos congregados, cuando se dieron cuenta de cómo se les iba a manipular para justificar que las cuestiones medioambientales quedaran relegadas a un segundo plano, se retiraron en su mayor parte: solo quedaron dos[60]. Ningún problema, esos mejor que no estuvieran. Fueron sustituidos, a dedo, por otros que demostraron ser más flexibles[61]. Al final seis de los siete econócratas[1] eran estadounidenses. El consenso consistía en lo siguiente. Seguir leyendo »
Presentado el personaje y vistas sus astucias comunicativas en el post anterior conviene ahora repasar cuáles son las trampas científicas que emplea para confundir. Como hemos señalado son tantas, y de tan grueso calibre, que el éxito de Lomborg solo puede explicarse por su habilidad y la de sus patronos en el uso de las técnicas y dispositivos retóricos y soporte mediático incondicional.
Nos recuerda Naomi Oreskes, historiadora de la ciencia de la Universidad de California, que todos deseamos que nuestra visión de las cosas esté basada en la verdad, y que la humanidad no ha encontrado hasta ahora mejor camino hacia ella que la aplicación del método científico, la investigación, el escepticismo militante y la institucionalización contrastada de los circuitos para mejorar la velocidad del proceso. Pero la verdad raramente contenta a todo el mundo, situación que genera poderosos incentivos para la manipulación y la presentación equívoca de la información[23].
Lomborg cede a estas tentaciones, motu propio o ajeno, pues cuando se le enseña que sí, que hay hechos suficientemente contrastados, el ecologista escéptico no se da nunca por vencido y sigue repitiendo lo mismo[1] aunque se le enfrente con sus propios errores[2].
A su vez, más de una cincuentena de personalidades apoyaron una Declaración al respecto. La emisión masiva de esta declaración, por ejemplo aquí, llevó a Facebook a levantar su veto.
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Primer premio Fundación Biodiversidad
Este blog ha sido agraciado con el 1r Premio de la Fundación Biodiversidad en la categoría de comunicación del cambio climático - blogs (convocatoria 2010)
La humanidad se encuentra frente a una de las mayores disyuntivas que cabe imaginar. El sistema climático terrestre parece haber sido definitivamente desestabilizado, mientras la inmensa mayoría de la población vive ajena a un fenómeno llamado a marcar nuestras vidas de forma determinante y abrumadora. Comunidad científica, medios de comunicación y clase política se encuentran aturdidos por el fenómeno y sin respuestas adecuadas a la magnitud del desafío. Cuando las élites fracasan, es la hora de la gente.
Acción: Encuentra tu espacio en un mundo menguante - Asamblea General de Andalucía, Ecologistas en Acción - Córdoba, 26/09/2015/
¿Hasta qué punto es inminente el colapso de la civilización actual? - Curso de verano "Vivir (bien) con menos. Explorando las sociedades pospetroleo" - Universidad Autónoma de Madrid, 02/09/2015
Más allá de los informes de IPCC - Curso de Postgrado - Universidad Camilo José Cela 18-19/06/2015/
The duties of Cassandra - International Climate Symposium CLIMATE-ES 2015 - Tortosa, 13/03/2015/
Fins a on es pot mantenir el creixement? - Invitat pel Club Rotary Badalona, 09/02/2015/
Les tres cares del canvi climàtic - La Calamanda, Biblioteca de Vinaròs, 25/03/2015
Hasta qué punto, y por qué, los informes del IPCC subestiman la gravedad del cambio climático - La Nau, Universitat de València, 18/11/2013/
Pseudociència i negacionisme climàtic: desmuntant els arguments fal·laciosos i els seus portadors - Facultat de Ciències Biològiques, Universitat de Barcelona, 22/05/2013
Canvi climàtic: el darrer límit – Jornades “Els límits del planeta” - Facultat de Ciències Biològiques, Universitat de Barcelona, 16/04/2013
El negacionisme climàtic organitzat: Estructura, finançament, influència i tentacles a Catalunya - Facultat de Ciències Geològiques, Universitat de Barcelona, 17/01/2013
El negacionisme climàtic organitzat: Estructura, finançament, influència i tentacles a Catalunya – Ateneu Barcelonès, 16/11/2012
Organització i comunicació del negacionisme climàtic a Catalunya – Reunió del Grup d’Experts en Canvi Climàtic de Catalunya – Monestir de les Avellanes, 29/06/2012
Cambio climático: ¿Cuánto es demasiado? + Análisis de puntos focales en comunicación del cambio climático – Jornadas Medios de Comunicación y Cambio Climático, Sevilla, 23/11/2012
El impacto emocional del cambio climático en las personas informadas - Centro Nacional de Educación Ambiental, Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, Valsaín (Segovia), 06/11/2012
Ètica econòmica, científica i periodística del canvi climàtic – Biblioteca Pública Arús, Barcelona, 19/09/2011
La comunicación del cambio climático en Internet – Centro Nacional de Educación Ambiental, Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, Valsaín (Segovia), 06/04/2011
El negacionismo de la crisis climática: historia y presente - Jornadas sobre Cambio Climático, Granada, 14/05/2010
Internet, la última esperanza del primer “Tipping point” – Centro Nacional de Educación Ambiental, Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, Valsaín (Segovia), 14/04/2010