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Archive for the ‘Colapso’ Category

Quiero desde aquí intervenir, aunque algo tardíamente, en la polémica Turiel-Santiago Muiño. Deseo mostrar todo mi apoyo y solidaridad con Antonio Turiel. Y no solo porque sea alguien muy querido que me honra con su amistad.

Antonio ha recibido muchas críticas por haber equiparado el libro de Emilio Santiago Muiño (ESM) con el Mein Kampf, aun sin habérselo leído. De hecho no le hacía falta: sin duda se ha tragado todo lo anterior del autor y ha contemplado, estupefacto, su – para muchos – sorprendente evolución. Además el libro no aporta nada especialmente nuevo respecto a escritos anteriores en sus debates con él o con Jorge Riechmann. Antonio tenía suficiente para darse cuenta de las intenciones del personaje.

Se comprende que mucha gente se resista a contemplar la seriedad de nuestra condición actual y de nuestro destino futuro. Pero lo habitual es que un escéptico se caiga un día del burro y se dé cuenta repentinamente de lo que está ocurriendo y de lo que va a ocurrir. No al revés, buscando día y noche argumentos para combatir la verdad en modo razonamiento inverso.

Calificar a ESM de ecofascista me pareció al principio excesivo. Pero es posible que quien suscribe esté condicionado por el conocimiento personal de su buen talante y de su trayectoria vital anterior. Todavía no tengo una opinión bien formada al respecto, luego no me voy a pronunciar. Lo que sí tengo claro es que ESM no lo quiere ser.

Pero en política lo que cuenta son los hechos, y cuando Muiño insiste repetidamente en ocultar la verdad a la gente y generar una tipología de “ecologismo político” a la carta, eso es situarse en una pendiente muy resbaladiza, impropia de una persona de bien. Sugiere como mínimo el carácter estratégico de su voluntad de confrontación, como mostró oportunamente en su día Adrián Almazán. Voluntad de descalificación general que, en clave de la política mainstream, hay que particularizar en quien más visibilidad mediática exhiba: y ese es Antonio Turiel.

Y ello sin contar con su “crítica social” a las ciencias naturales, de las que muestra un desconocimiento demasiado profundo. Acude entonces a expresiones como “subtexto ontológico” erróneo – y por tanto los miles de físicos y biólogos y ecólogos y sociólogos que advierten sobre el colapso son unos idiotas que no se enteran de lo social – o incluso al risible “anarquismo termodinámico”. En efecto, el fascismo es negacionista de la ciencia que no le conviene. La crítica social a las ciencias naturales, si acaso, hay que hacerla observando y denunciando el comedimiento con que estas últimas se expresan en estos ámbitos. Aunque, ciertamente, cada vez menos.

Sostenía E.O. Wilson que la mentira ha tenido históricamente una justificación evolutiva. Aunque tengo serias objeciones al argumento, no voy a entrar ahora en esta discusión. Pero cuando sabemos que es la mentira institucionalizada lo que nos ha llevado hasta aquí, y lo que está en juego es nada menos que el colapso de las civilizaciones, cuando no la supervivencia de la especie, ese argumento deja de tener validez y podría ser calificado, probablemente a su pesar, de criminal. Y más cuando se es conocedor privilegiado como es el caso de ESM.

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Crisis energética, crisis climática, crisis de alimentos: la tormenta perfecta que ya no es coyuntural.

Continuación de Ineficiencia COP-optada (2/3)

En la entrada anterior examinamos tres estrategias de presión al estado de cara a la promoción de políticas de decrecimiento gestionado, concluyendo en la pobre incidencia que irían a conseguir. Pero queda una por mencionar, que es a la que me adscribo y que describiré brevemente tras una introducción.

Las dificultades del activismo climático

En todas las movilizaciones del celebrado activismo climático de los últimos años he ido encontrando un elemento común que me ha acabado perturbando, un déficit que las convierte en poco influyentes y que supone, a mi modo de ver, la debilidad principal del movimiento: nadie sabe lo que habría que hacer exactamente. La unidad se produce alrededor del diagnóstico (solo climático) y del miedo consiguiente, en particular por parte de los más jóvenes. Estos prevén un futuro en el que la casa se les irá cayendo encima mientras están estudiando o trabajando en disciplinas, profesiones u oficios contenidos en un marco cognitivo según el cual el edificio es estable y podrán conseguir, o tendrán la posibilidad de poner a su alcance, los bienes materiales que anhelan para proseguir su tarea o que desean para sí. No encuentran sentido a esta situación y se rebelan furiosamente contra ella, por ahora con amor. Piden entonces que los gobiernos actúen (¡act now!), aunque no señalan dirección común ni concreta alguna más allá de que hay que reducir las emisiones.

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Carlos de Castro
Profesor Titular de Física Aplicada. Universidad de Valladolid

Empecemos con una gráfica “secundaria” que dedico a los tecno-optimistas en exceso que tanto abundan:

En ellas el color verde significa más velocidad del viento y el azul menos que en el presente. Soplará más viento en zonas que vamos a deforestar o destruir por el cambio climático (Amazonas, Centroáfrica, Indonesia). Pero curiosamente menos en las zonas que precisamente estamos llenando de molinos eólicos (praderas de Estados Unidos, Europa occidental). Esto no refleja que el IPCC prevea que vamos a poner muchos molinos, que también influye, sino por el propio cambio climático. Es curioso, porque el cambio climático acelera procesos de evaporación y calor, pero los modelos dan “paradójicamente” menos vientos en zonas terrestres. Creo que esto me da la razón a mi idea de que la Tierra estaba en un máximo de máquina termodinámica (asociado a la idea del principio de máxima producción entrópica, MEP) y que las distorsiones –sean infraestructuras humanas como molinos o sea el cambio climático- reducen el MEP y así los vientos, en especial los de nuestro interés. El viento se irá a tomar vientos. Recordemos que la potencia que extraemos del viento con los molinos va al cubo de la velocidad, es decir, reducir un 10% la velocidad es perder un tercio, mucho va a tener que mejorar la tecnología y el tamaño de los molinos para compensar (véase que las praderas norteamericanas –donde está el máximo potencial eólico allí- están en azul oscuro, también en la Europa occidental y del norte , donde la eólica marina está poniéndose)… Incluso en el optimista SSP1-2.6 que suponía una revolución en la transición energética renovable.

Veamos la subida del nivel del mar a largo plazo, para pensar en términos de “Civilización”:

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Carlos de Castro
Profesor Titular de Física Aplicada. Universidad de Valladolid

Ciertamente creo que se han hecho progresos para acercar la modelización del clima a la realidad conforme han ido pasando los informes del IPCC. De alguna manera hay un reconocimiento indirecto en el AR6 de la separación aún existente cuando dice ya no basarse solo en los modelos climáticos para su discusión y conclusiones.

Comencemos por ver una gráfica de largo recorrido:

En ella se representa la relación entre el nivel de concentración de CO2 en la atmósfera y la temperatura global relativa a la que se toma como “preindustrial”. De esta gráfica surgen varias observaciones importantes: 1ª la relación entre nivel de CO2 y temperatura no es lineal (ojo que la escala de CO2 no es lineal). Tenemos medidas indirectas aproximadas de la temperatura y más directas del nivel de CO2 del pasado. Las medidas del comienzo del Eoceno son poco fiables dada su antigüedad y así lo denota su rectángulo de error. Además, a mí me parecen que exageran la temperatura alcanzada (entre 10 y 18ºC más que ahora) por el sesgo teórico que tengo, ya que supondrían muy poco control gaiano, lo que sería una espina en mi teoría Gaia. En cualquier caso, vuelvo a copiar la gráfica y pongo a mano una curva roja que pasa bien por los centros de los puntos del pasado y una curva negra que pasa bien por los puntos del pasado más cercano y mal por el Eoceno:

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Carlos de Castro
Profesor Titular de Física Aplicada. Universidad de Valladolid

El último informe del IPCC sobre cambio climático ya está listo para que los políticos hagan sus correcciones a la ciencia física. El informe del WGI (grupo de trabajo I) se llama AR6 Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Un informe de miles de páginas en su versión pdf. A partir de aquí lo llamaré simplemente AR6.

En los siguientes tres capítulos van algunos comentarios, críticas y reflexiones inspirados en sus gráficas.

En este primer capítulo vamos a ver porqué, una vez más, las “storylines” (historia, trama, narrativa o línea argumental en que se basan los escenarios a desarrollar, a partir de aquí traduzco por “narrativa”) y los escenarios que maneja el IPCC para construir los modelos son increíbles o irrealistas en cuanto a las emisiones futuras y del pasado reciente de gases de efecto invernadero.

Fíjese en la siguiente gráfica que copio:

Vemos 5 escenarios “ilustrativos” llamados SSP y las emisiones de CO2 que se esperan de ellos que afectan el clima entre el “presente” del año 2015 y el 2100. Los escenarios son elaborados por el WGIII y modelizan los sistemas económico, energético y de suelos futuros bajo distintas narrativas que autodenominan “plausibles”. Los colores granates-rojos indican los escenarios de peores consecuencias climáticas y los azules son los “buenos” o menos malos.

Los escenarios SSP1-1.9 (probabilidad mayor del 50% de tener menos de 1.5ºC de aumento de temperatura en 2100) y SSP2.2.6 (probabilidad mayor del 50% de tener menos de 2ºC en 2100), asumen absorción neta de CO2 a partir de 2050 y 2075 respectivamente. Ambos y el SSP2-4.5, asumen estancamiento de las emisiones de CO2 entre 2015 y 2020, cosa que no ha ocurrido ni gracias a la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 (hasta ahora, históricamente solo las grandes crisis económicas mundiales han sido capaces de reducir de un año al siguiente las emisiones).

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«The ultimate climate emergency is a runaway greenhouse.”[1]Colin Goldblatt, Andrew J. Watson931

[Me siento incómodo con la denominación inglesa tipping point y su acrónimo TP. Así que a partir de hoy, tras algunas consultas, les llamaré puntos críticos. Creo que es lo más pragmático. Lo he corregido en los últimos capítulos de esta serie. Lo importante aquí es darse cuenta de que cambiar de estado es sinónimo de colapso, independientemente de la velocidad a la que éste vaya a tener lugar. También he corregido la numeración de las referencias, donde había un baile que se venía arrastrando desde hace algunas entradas].

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Permafrost tipo Yedoma, con gran contenido de carbono

Ya señalamos en la primera parte de este capítulo sobre puntos críticos que en la esquina acechaban sorpresas. Hoy tenemos algunas de gran calado. Además usted, probablemente, estaba esperando que le hablara del permafrost, y ha llegado el momento. Por favor, abróchese el cinturón de seguridad.

Examinamos con alguna profundidad el peligro del permafrost hace relativamente poco aquí. Remito además al lector a un texto de 2010 sobre su importancia, entrada que resulta ser la segunda más visitada de las casi 300 que contiene este blog. Allí señalé que el verdadero peligro residía en el permafrost. Hoy tenemos novedades significativas al respecto.

Como sabemos el permafrost emite CO2 y también metano. Este último se presenta a veces, en ciertos foros algo frikis, como el problema principal, el que nos puede dar una sorpresa mayúscula en cualquier momento en forma de bomba. Pero el metano, siendo importante, no es a mi parecer el peligro principal, por lo menos respecto al permafrost terrestre. Por lo demás se ha observado que este metano, por lo menos hasta ahora, procede mucho más de fotosíntesis reciente que de permafrost antiguo932.

Pero vayamos por partes.

Aunque esto no significa que haya que despreciarlo, pues las emisiones de origen fósil son, ya lo sabemos, peor de lo esperado. Además ciertas digresiones apuntadas por quienes no cesan de insistir en la geoingeniería no gozan de soporte científico suficiente933. No atisbo “bomba de metano” en la esquina de ningún tipo934, salvo terremoto mayor en la falla del Ártico – donde, por cierto, acaban de instalarse sismógrafos específicos935. Conviene tener además en cuenta que, en los dos últimos interglaciales, la progresiva fusión de los hielos sí fue dando lugar a notables emisiones de metano de las profundidades marinas del Ártico – donde se encuentra almacenado en forma de hidratos – y que este fenómeno comienza a observarse ya936. De hecho no hacen falta bombas, pues ya sabemos del carácter silencioso de algunos fenómenos críticos. De modo que no hay que dejar de estar atentos al metano, siquiera mirándolo de reojo, pues las emisiones de metano de los sistemas acuáticos, sobre los que estamos ejerciendo un presión creciente, han sido hasta ahora subestimadas y resultan ser bastante peores de lo esperado937.

Vayamos al permafrost terrestre en su conjunto.

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“Es posible que hayamos cruzado ya el umbral de una cascada de puntos de inflexión interrelacionados … estamos viendo cambios potencialmente irreversibles en el sistema climático en curso, o muy próximos.” – Timothy Lenton903

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Timothy Lenton en 2018

Timothy Lenton en 2018

El lenguaje científico una vez más. Lenton sabe perfectamente que el umbral se ha cruzado, mientras declara a la prensa que, simplemente, “es posible”. ¡Le está hablando a un periodista! Parece que el puñetazo sobre la mesa se reduce a aceptar la posibilidad de que los tipping points (puntos críticos, PC) estén ya en marcha, y todavía no se atreven a más. Igual están esperando al día en que el Amazonas arda por completo para decir que tiene que ver, ahora seguro, con la fusión de Groenlandia y la Antártida. A veces resulta muy irritante.

Una vez asumido que el punto crítico global ha sido superado – y que lo de París no sirve para nada –  resulta del máximo interés examinar como van a producirse los acontecimientos a partir de ahora. Es decir, en qué consiste la cascada.

19. Dominó y cascadas: fallos encadenados de subsistemas

En esta entrada examinaremos la sucesión de fallos en cascada de algunos subcomponentes del sistema climático. Es difícil anticipar tiempos concretos de ocurrencia, pero creo no equivocarme al afirmar que todos ellos tendrán lugar durante el presente siglo, y muchos de ellos en los próximos 30 años. Sin perjuicio de los que están ya en marcha, que se irán visibilizando más pronto que tarde.

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“Estamos todos deseando que no sea verdad … porque se trata de un cambio monstruoso.” – Peter B. de Menocal862

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Motor THC

Fig. 18. El motor de la corriente termohalina en el Atlántico norte

Vimos en la entrada anterior que podemos considerar el punto crítico (PC) global situado en alrededor de +1 ºC. También sabemos que estamos superando los +1,2 ºC, y por tanto podemos suponer que distintos subsistemas están ya perdidos – muestren o no señales de ello – y que la reconfiguración completa del sistema climático ya está en marcha. Démonos también cuenta de que el calentamiento se está ya acelerando669,863 (James Hansen, quien fuera director de climatología de la NASA, estima que vamos ya por +0,25 ºC por década, frente a los clásicos +0,15/+0,20 ºC por década de las cuatro décadas anteriores864).

Hemos visto en esta serie cómo Groenlandia y la Antártida Occidental han superado ya su PC particular y muestran además las señales inequívocas de la aceleración imparable que sabemos caracteriza a este tipo de procesos. Pero no nos habíamos referido todavía a la importante corriente termohalina, mediadora de muchos colapsos y sujeta además al propio. Va a ser el objeto de esta entrada, que facilitará la comprensión de la siguiente en la que describiremos la cascada de fallos sucesivos. La importancia de esta corriente no reside solo en los fuertes impactos climáticos que su sola reducción acarrea a ambos lados del Atlántico y cerca de los polos. Es también importante como elemento mediador entre la fusión de los casquetes polares y la caída de otros subcomponentes del sistema climático.

13. Breve repaso a la menguante corriente termohalina

“El día de mañana” es el título de la película de Roland Emmerich que dramatizaba en 2004, con evidente exageración, por lo menos temporal[1], los efectos de la detención de esta corriente865. (más…)

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“No van a ser las mismas condiciones climáticas de ahora con solo un poco más de calor o un poco más de lluvia. Estamos frente a un proceso en cascada fuera de control.”– Will Steffen828

Fig. 12. Evolución de la alteración de los ecosistemas por parte del ser humano, y posible transición crítica a corto plazo [Nature 2012, ref: 863]

Índice de la serie general

Hasta aquí hemos visto la evolución de distintos puntos críticos del sistema climático (algunos de ellos definidos con cierta laxitud, aunque aceptada829 como si fueran sistemas aislados y relativamente simples. Pero sabemos que los distintos subsistemas del sistema climático están interconectados y que el sistema climático de la Tierra es un sistema complejo. En el paper Globally networked risks and how to respond[1] publicado en Nature en 2013, leemos:

“La combinación de interacciones no lineales, efectos de red, respuesta retardada y aleatoriedad puede provocar sensibilidad a pequeños cambios, dependencias de la trayectoria y fuertes correlaciones, todas ellas difíciles de comprender, prepararse y administrar. Cada uno de estos factores ya es difícil de imaginar, pero esto aplica todavía más a su combinación.”830

Esta dependencia mutua lleva, como veremos, a que cada subsistema pueda ser más vulnerable de lo que lo seria si estuviera aislado. Dicho de otro modo, a que los puntos críticos de cada elemento sean, en la práctica, menores que si estuvieran aislados, que es como normalmente se establece su PC particular.

9. El punto crítico biosférico global

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“Es un verdadero sobresalto darnos cuenta de que los puntos críticos que pensábamos que podrían suceder en el futuro estén ya en marcha … [se trata de] una amenaza existencial a la civilización.” – Timothy M. Lenton784

[Índice de la serie general]

El artículo 2 de la Declaración de Río (Cumbre de la Tierra, 1992), al establecer la expresión “interferencia antropogénica peligrosa” en el sistema climático, ya estaba enmarcando la cuestión en términos de umbrales de estabilidad785, invitando así a la comunidad científica a indagar este aspecto. Sin embargo, a pesar de los devanamientos de sesos de muchos científicos y profesionales intentando definir qué cosa es esa interferencia peligrosa, y cuantificarla, han sido necesarias muchas décadas para llegar a una cifra definitiva en la que podamos confiar. Confiar en el sentido de que, una vez superada, todo intento de detención del proceso sería inútil.

1. ¿Dónde está el auténtico peligro?

Lo que se considere peligroso o intolerable no corresponde a la ciencia, sino que es una decisión social, política, de hecho fundamentalmente ética, al afectar de forma desigual a colectivos y sociedades diversas, también al propio planeta. Es de esas cosas que no admiten cuantificación, y así la comunidad científica ha ido esperando señales desde la sociedad para poder determinar, ahora sí, qué concentración máxima de gases de efecto invernadero en la atmósfera correspondería a esos impactos por ella definidos como intolerables.

Sin embargo, en el caso de que la superación de algún umbral crítico llevara al sistema climático a una situación de autorreforzamiento, de forma que la humanidad perdiera el control de la situación (o la posibilidad de ejercerlo), si corresponde a a la ciencia la iniciativa de la búsqueda de este umbral y su mejor determinación cuantitativa posible.

¿Cuál es el punto crítico global?

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Josep Cabayol, director de la ONG Sicom (Solidaritat i comunicació) tuvo a bien invitarme a su programa «Emergencia climátca», que se emite cada sábado en Ràdio 4 (la emisora de Radio Nacional en catalán) a las ocho de la mañana. Hablamos de algunos de los motivos que dan lugar a esa supuesta ley del «peor de lo esperado«. Se trata de un efecto que, con escasas excepciones, acontece en el proceso de avance del conocimiento en ciencias naturales en el caso de que el área de indagación resulte especialmente sensible y delicado por sus presumibles consecuencias sociales de alto voltaje (aunque algunos de sus eslabones se han observado también en otras circunstancias). El clima y la energía son dos campos paradigmáticos en este sentido, pues en ellos este efecto es particularmente perceptible al explorador atento. Para comprender el problema basta con tener siempre presente que la ciencia, aparte de un método, es sobretodo un proceso.

El sábado 26 de septiembre tuvimos el lujo de contar como contertulios a Antonio Turiel, Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas e Investigador Sénior del CSIC – cuyo libro «Petrocalipsis» acaba de salir a la venta – y a Carlos de Castro, hombre también intelectualmente polifacético licenciado en Ciencias Físicas, doctor en Ingeniería por la Universidad de Valladolid y profesor titular en esa Universidad, experto asimismo en límites energéticos (¡y en Gaia! – aunque esta faceta no llegó a surgir en esta ocasión).

SIgue el enlace al podcast, (más…)

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As a result of Facebook’s censorship of different blogs on climate change, including this one, a group of media and people have promoted this statement, which is being published today simultaneously in all of them.

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Signatories of the Declaration

The undersigned, a broad group of scientists, philosophers, economists, engineers, and communicators about the ecological crisis and problems related to climate and energy, condemn Facebook’s censorship of perspectives that have a verifiable scientific basis but which diverge from the official discourse to which the general public and professionals are generally exposed.

The British scientific writer Gaia Vince, who publishes in Science, New Scientist, and The Guardian has seen her web site censored by Facebook.

In Spain, this kind of censorship has begun with Facebook’s blocking of links to Ferran Puig Vilar’s blog on climate change and related issues, “Usted no se lo Cree”, which was founded in 2009 and given an award by the Fundación Biodiversidad, which was presented at that time by Teresa Ribera, who is now Spain’s Minister of Ecological Transition.

Since at least last August, when a user tries to link to one of these blogs, Facebook prevents posting the link, and displays one or another alert saying that these web sites do not meet their “community standards”, or even that they generate spam, which is completely false. This causes a double harm: It robs people of the opportunity to access the information. And it insinuates an accusation of falsehood. Indeed, it both suppresses and defames.

We affirm that the work of both of these authors is distinguished by its scientific rigor and intellectual honesty, and we condemn this attack on freedom of expression.

We, the signers of this complaint, many of whom are editors of various blogs and spaces of communication and sharing of information on the Internet (see the list at the end), share the following points of view concerning the crisis of civilization and existence that is in progress:

  • The gravity of climate change is much greater than what is commonly affirmed in the mainstream media. The Paris Accords are clearly inadequate, and even counterproductive.
  • The social and economic crisis that is now unfolding is a result of the ecological crisis and, in particular, the lack of responses to the energy crisis that began in the middle of the last decade and that soon will greatly and rapidly worsen, according to the best scientific studies of recent years.
  • The consequences of the ecological, climate, and energy crises are existential. The irreparable damage that we are doing to the systems which support life on the Earth, and life itself, is turning back on ourselves. And the energy crisis (brought about by the end of abundant fossil energy and the inability of so-called “renewable” energy sources to supply the quantity and kinds of energy that are used, will prevent the implementation of responses that once might have been feasible.
  • The current socioeconomic paradigm of industrial development, characterized by its short-term and individualistic approach, is becoming increasingly dysfunctional and is inherently incapable of addressing these problems. Along these lines, the treatment of information as a “product” discourages these questions, which are considered uncomfortable and contrary to business objectives, from coming to the attention of the general public and becoming a subject of open debate.
  • Technology is needed to facilitate certain individual and social processes, and for the progress and prosperity of Humanity. However, the dominant discourse that sees technology as the only valid or viable answer to these problems is profoundly mistaken and highly dangerous. There is no, and nor will there likely be, advanced technology that does not require the use of fossil fuels, nor can there be a greater technological complexity without an increase in net energy and availability of the materials that the systems require for their design, manufacture, operation, and disposal. And if, as we are indeed seeing, net energy is decreasing and various materials are becoming scarce, it will not be possible to develop technological systems to the necessary scale in time to avoid or even soften the damage.
  • The prevailing cultural paradigm traps us behind walls of perception that limit consideration of the ecological and ethical harms that are being done, but these walls are rapidly coming down. The recent pandemia is showing us a milder example of what is to come.

Many of us who have signed below are persons known and recognized for our work in spreading awareness of these problems of sustainability. We are highly educated and occupy posts of high or very high importance and responsibility. We are not speculating. We have broad and deep knowledge of the evidence for, and the implications of, the propositions that we are articulating, and we know that the conclusions that dominate discourse in society are not supported by the best available science, as these fail to take sufficient account of physical and social limits.

Though the exact moment at which this crisis with multiple causes will be come into public awareness as the genuine global emergency that it is is difficult to predict with precision, many of us believe that we already find ourselves inexorably immersed in a crisis of civilization of cultural and moral origin without precedent in the history of humanity.

In 2015, the “Last Call” manifesto, signed, among others, by political leaders – some of whom are currently in positions of responsibility in the Spanish government – affirmed:

“Today, there is mounting evidence indicating that the path of unlimited growth is similar to a slow motion genocide. The end of cheap energy, the catastrophic scenarios of climate change, and geopolitical conflicts over natural resources illustrate that the years of seemingly unlimited progress are forever gone. To cope with this challenge, the flimsy mantra of sustainable development is not enough; nor is betting on eco-efficient technologies or a supposed transition to any “green economy”. Indeed, all these versions of friendly development disguise plans for the general commodification of natural resources and ecosystemic services.”

We who have signed this declaration and complaint share this diagnosis, even if we may have varying ideas on how to address the problems and challenges we are facing. However, one view that we maintain in common is the urgent necessity of a systemic, orderly, just, and democratic process of material and energetic degrowth, especially in the countries and individuals of highest purchasing power, including a majority of persons of the “Western” world[1].

It is these who are principally responsible for the rapid worsening of the situation and who are failing to address the tremendous risks that this situation represents for human development and for present and future life on the planet. The majority of these risks continue to lack adequate coverage in the media.

In all probability it is our solidly supported positions and objections to perpetual economic growth as the pillar of human development that motivate censorship of free expressions that explore these matters rigorously. The lack of public exposure to these problems is precisely the reason why degrowth, and the ecological economics school proposals, still appear as not sufficiently pursued.

For this reason, as a response to this inappropriate and arbitrary behavior of Facebook, and as a means of protest and pressure, some of us who have still maintained a profile in this social media application are going to cease all activity in it.

As a collective we demand that Facebook respect freedom of expression, and particularly of the scientific community, and that it restore the integrity and good reputation of the censored blogs.

We also demand that persons and institutions of power, and the media, begin to accord these perspectives the crucial importance and relevance that the gravity of the situation in which we find ourselves demands.

[1] About 10% of the world’s population is responsible for about 50% of CO2 emissions

Signatories of the Declaration

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Com a conseqüència de la censura de Facebook a diferents blocs sobre canvi climàtic, entre ells aquest, un grup de mitjans i persones han promogut aquesta declaració, que està éssent publicada avui simultàniament a tots ells.

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Declaració

Signataris de la Declaració

Els qui subscrivim aquest text, un ampli grup de científics, filòsofs, economistes, enginyers i divulgadors de la crisi ecològica i la problemàtica de les crisis climàtica i energètica, denunciem la censura per part de Facebook de narratives amb base científica comprovable però no coincidents amb el discurs oficial que arrliba a el gran públic i als professionals.

La divulgadora científica britànica Gaia Vince, que publica a Science, New Scientist i The Guardian, ha vist la seva web censurada per Facebook.

A Espanya, aquesta censura s’ha iniciat amb el bloqueig per part de Facebook als enllaços al bloc sobre canvi climàtic i temes relacionats «Usted no se lo Cree» de Ferran Puig Vilar, fundat el 2009 i premiat per la Fundació Biodiversitat, premi lliurat al seu moment per l’actual ministra de Transició Ecològica, Teresa Ribera.

Des d’almenys el passat mes d’agost, quan una persona usuària vol enllaçar a un d’aquests blocs, Facebook li respon amb diferents missatges d’alerta, segons els quals aquests llocs web no compleixen les seves «community standards» o bé que realitzen spam , la qual cosa és rotundament falsa. Això causa un doble dany: d’una banda es furta l’accés a aquesta informació; per altra, de manera sibil·lina es projecta una vetllada acusació de falsedat: en definitiva, es fa callar i es calúmnia.

Nosaltres afirmem que el rigor científic i l’honestedat intel·lectual caracteritzen el treball de tots dos autors de forma destacada i denunciem aquest atac a la llibertat d’expressió.

Les persones que subscrivim aquesta denúncia, moltes d’elles editores de diferents blocs i espais de comunicació i divulgació a Internet (veure llistat al final), compartim les següents constatacions en relació amb la crisi civilitzatòria i existencial en curs:

  • La gravetat del canvi climàtic és molt més gran del que s’acostuma a afirmar als mitjans de comunicació convencionals. Els acords de París són manifestament insuficients, i fins i tot contraproduents.
  • La crisi econòmica i social en curs és una conseqüència de la crisi ecològica i, en particular, de l’absència de respostes a la crisi energètica que es va iniciar a mitjans de la dècada passada i s’incrementarà i aprofundirà properament de forma manifesta i molt accelerada, segons els millors estudis científics dels últims anys.
  • Les conseqüències de la crisi ecològica, climàtica i energètica són existencials. El dany irreparable que estem causant als sistemes de suport de la vida a la Terra, i a la vida mateixa, s’està revoltant ja contra nosaltres, i la crisi energètica (arran de la fi de l’energia fòssil abundant i la incapacitat de les anomenades energies «renovables» per suplir-la en usos i escala) impedirà la implementació de respostes que fins ara podrien haver estat viables.
  • L’actual paradigma socioeconòmic de desenvolupament industrial, caracteritzat per la seu curt terminisme i l’individualisme metodològic, resulta progressivament disfuncional i és intrínsecament incapaç d’abordar aquests problemes. En aquest marc, la consideració de la informació com a «producte» impedeix que aquestes qüestions, considerades incòmodes o inadequades per al propòsit empresarial, arribin a el gran públic i puguin ser objecte de debat obert.
  • La tecnologia és necessària per tal de facilitar certs processos individuals i socials, i per al progrés i la prosperitat de la Humanitat. No obstant això, el discurs dominant que afirma que la tecnologia és l’única resposta vàlida o viable a aquests problemes és profundament erroni i altament perillós. No hi ha, ni presumiblement hi haurà, tecnologia avançada que no requereixi del concurs de l’energia fòssil, ni tampoc una major complexitat tecnològica sense un augment de l’energia neta i de la disponibilitat dels materials que els sistemes requereixen per al seu disseny, fabricació, funcionament i desmantellament. I si, com estem comprovant, l’energia neta disminueix i diferents materials escassegen, no serà possible desenvolupar a l’escala que seria necessària sistemes tecnològics adequats a temps d’evitar o fins i tot esmorteir el dany.
  • El paradigma cultural ens confina en una bombolla perceptiva intramurs que limita la consideració del dany ecològic i ètic extramurs, però el setge s’està estrenyent a gran velocitat. La recent pandèmia ens està mostrant un exemple moderat del que ha de venir.

Moltes de les persones sotasignants som gent coneguda i reconeguda per la nostra activitat divulgativa de tots aquests problemes de sostenibilitat. Compartim nivells de formació i ocupació d’alt o molt alt nivell i responsabilitat. No estem especulant. Coneixem àmplia i profundament els fonaments i les implicacions de les proposicions que enunciem, i sabem que les conclusions que dominen el discurs de la societat no estan fonamentades en la millor ciència disponible en no tenir en consideració suficient els límits físics i socials.

Encara que el moment precís en què aquesta crisi multifactorial hagi de ser públicament percebuda com l’autèntica emergència global que constitueix sigui difícil de predir amb precisió, molts creiem que ens trobem ja inexorablement immersos en una crisi civilitzatòria d’origen cultural i moral sense precedents en la història de la humanitat.

El 2015, el manifest «Última llamada», subscrit, entre altres persones, per polítics – alguns d’ells actualment en càrrecs amb responsabilitat de govern – afirmava:

«Avui s’acumulen les notícies que indiquen que la via del creixement és ja un genocidi a càmera lenta. El declivi de la disponibilitat d’energia barata, els escenaris catastròfics del canvi climàtic i les tensions geopolítiques pels recursos mostren que les tendències de progrés del passat estan fent fallida. Davant d’aquest desafiament no n’hi ha prou amb els mantres cosmètics del desenvolupament sostenible, ni la simple aposta per tecnologies ecoeficients, ni una suposada «economia verda» que encobreix la mercantilització generalitzada dels béns naturals i els serveis ecosistèmics «.

Els qui subscrivim aquesta declaració i denúncia compartim aquest diagnòstic, però alberguem respostes diverses en relació amb la forma d’abordar els problemes i reptes als quals ens enfrontem. No obstant això, un criteri que mantenim en comú és la imperiosa i urgent necessitat d’un decreixement (material i energètic) sistèmic, ordenat, just i democràtic, especialment el dels països i els individus amb major poder adquisitiu, entre els quals ens trobem una part majoritària de les persones del món «occidental»[1].

Són aquests els principals responsables del galopant deteriorament de la situació i de l’omissió dels enormes riscos que representa per al desenvolupament humà i la vida present i futura sobre el planeta, la majoria dels quals segueixen sense tenir presència suficient als mitjans de comunicació .

Amb tota probabilitat són les nostres posicions i objeccions en contra del creixement econòmic perpetu com a pilar fonamental de desenvolupament humà, sòlidament fonamentades, les que motiven la censura de les expressions lliures que les descriuen amb rigor. L’omissió a l’opinió pública de la situació i la problemàtica que descrivim i denunciem és precisament la causa que el decreixement i les propostes de l’economia ecològica, apareguin encara com a insuficientment desenvolupades.

En conseqüència, com a resposta a aquest espuri i arbitrari comportament de Facebook i com a mesura de protesta i de pressió, alguns de nosaltres que encara manteníem un perfil en aquesta xarxa social hi cessarem tota activitat.

Com a col·lectiu exigim a Facebook que respecti la llibertat d’expressió, i singularment la de base científica, i que en tot cas restitueixi la integritat i el bon nom dels blocs censurats.

Així mateix, demanem als poders públics i mitjans de comunicació que comencin a atorgar a aquestes perspectives la importància i la rellevància crucials que es corresponen amb la gravetat de la situació en què ens trobem.

[1] Al voltant del 10% de la població mundial és responsable de prop del 50% de les emissions de CO2

Signataris de la Declaració

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Como consecuencia de la censura de Facebook a distintos blogs sobre cambio climático, entre ellos éste, un grupo de medios y personas han promovido esta declaración, que está siendo publicada hoy simultáneamente en todos ellos.

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Declaración

Quienes suscriben este texto, un amplio grupo de científicos, filósofos, economistas, ingenieros y divulgadores de la crisis ecológica y la problemática de las crisis climática y energética, denunciamos la censura por parte de Facebook de narrativas con base científica  comprobable pero no coincidentes con el discurso oficial que llega al gran público y a los profesionales.

La divulgadora científica británica Gaia Vince, que publica en Science, New Scientist y The Guardian ha visto su web censurado por Facebook.

En España, dicha censura se ha iniciado con el bloqueo por parte de Facebook a los enlaces al blog sobre cambio climático y temas relacionados “Usted no se lo Cree” de Ferran Puig Vilar, fundado en 2009 y premiado por la Fundación Biodiversidad, premio entregado en su día por la actual Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Desde por lo menos el pasado mes de agosto, cuando una persona usuaria desea enlazar a uno de estos blogs, Facebook le responde con distintos mensajes de alerta, según los cuales dichos sitios web no cumplen con sus normas comunitarias (community standards) o bien que realizan spam, lo cual es rotundamente falso. Esto causa un doble daño: por una parte se hurta el acceso a esa información; por otra, de manera sibilina se proyecta una velada acusación de falsedad: en definitiva, se acalla y se calumnia.

Afirmamos que el rigor científico y la honestidad intelectual caracterizan el trabajo de ambos autores de forma destacada y denunciamos este ataque a la libertad de expresión.

Las personas que suscribimos esta denuncia, muchas de ellas editoras de diferentes blogs y espacios de comunicación y divulgación en Internet (ver listado al final), compartimos  las siguientes constataciones en relación con la crisis civilizatoria y existencial en curso:

  • La gravedad del cambio climático es mucho mayor de lo que se suele afirmar en los medios de comunicación convencionales. Los acuerdos de París son manifiestamente insuficientes, e incluso contraproducentes.
  • La crisis económica y social en ciernes es una consecuencia de la crisis ecológica y, en particular, de la ausencia de respuestas a la crisis energética que comenzó a mediados de la década pasada y se va a incrementar y profundizar próximamente de forma evidente y muy acelerada, según los mejores estudios científicos de los últimos años.
  • Las consecuencias de la crisis ecológica, climática y energética son existenciales. El irreparable daño que estamos causando a los sistemas de soporte de la vida en la Tierra, y a la vida misma, se está revolviendo ya contra nosotros, y la crisis energética (a raíz del fin de la energía fósil abundante y la incapacidad de las llamadas energías ‘”renovables” para suplirla en usos y escala) impedirá la implementación de respuestas otrora tal vez viables.
  • El actual paradigma socioeconómico de desarrollo industrial, caracterizado por su cortoplacismo e individualismo metodológico, resulta progresivamente disfuncional y es intrínsecamente incapaz de abordar estos problemas. En este marco, la consideración de la información como “producto” impide que estas cuestiones, consideradas incómodas o inadecuadas para el propósito empresarial, lleguen al gran público y puedan ser objeto de debate abierto.
  • La tecnología es necesaria para facilitar ciertos procesos individuales y sociales, y para el progreso y la prosperidad de la Humanidad. Sin embargo, el discurso dominante que afirma que la tecnología es la única respuesta válida o viable a estos problemas es profundamente erróneo y altamente peligroso. No hay, ni presumiblemente habrá, tecnología avanzada que no requiera del concurso de la energía fósil, ni tampoco una mayor complejidad tecnológica sin un aumento de la energía neta y de la disponibilidad de los materiales que los sistemas requieren para su diseño, fabricación, funcionamiento y desmantelamiento. Y si, como estamos comprobando, la energía neta disminuye y distintos materiales escasean, no va a ser posible desarrollar a la escala que sería necesaria sistemas tecnológicos adecuados a tiempo de evitar o incluso amortiguar el daño.
  • El paradigma cultural nos confina en una burbuja perceptiva intramuros que limita la consideración del daño ecológico y ético extramuros, pero el cerco se está estrechando a gran velocidad. La reciente pandemia nos está mostrando un ejemplo moderado de lo que está por venir.

Muchas de las personas abajo firmantes somos gente conocida y reconocida por nuestra actividad divulgativa de todos estos problemas de sostenibilidad. Compartimos niveles de formación y ocupación de alto o muy alto nivel y responsabilidad. No estamos especulando. Conocemos amplia y profundamente los fundamentos e implicaciones  de las proposiciones que enunciamos, y sabemos que las conclusiones que dominan el discurso de la sociedad no están fundamentadas en la mejor ciencia disponible al no tener en consideración suficiente los límites físicos y sociales.

Aunque el momento preciso en que esta crisis multifactorial vaya a ser públicamente percibida como la auténtica emergencia global que constituye sea difícil de predecir con precisión, muchos creemos que nos encontramos ya inexorablemente inmersos en una crisis civilizatoria de origen cultural y moral sin precedentes en la historia de la humanidad.

En 2015, el manifiesto “Última llamada”, suscrito, entre otras personas, por políticos – algunos de ellos actualmente en cargos con responsabilidad de gobierno – afirmaba:

“Hoy se acumulan las noticias que indican que la vía del crecimiento es ya un genocidio a cámara lenta. El declive en la disponibilidad de energía barata, los escenarios catastróficos del cambio climático y las tensiones geopolíticas por los recursos muestran que las tendencias de progreso del pasado se están quebrando. Frente a este desafío no bastan los mantras cosméticos del desarrollo sostenible, ni la mera apuesta por tecnologías ecoeficientes, ni una supuesta “economía verde” que encubre la mercantilización generalizada de bienes naturales y servicios ecosistémicos”.

Quienes suscribimos esta declaración y denuncia compartimos este diagnóstico, pero albergamos respuestas diversas en relación con la forma de abordar los problemas y retos a los que nos enfrentamos. Sin embargo, un criterio que mantenemos en común es la imperiosa y urgente necesidad de un decrecimiento (material y energético) sistémico, ordenado, justo y democrático, especialmente el de los países y los individuos con mayor poder adquisitivo, entre los que nos encontramos una parte mayoritaria de las personas del mundo “occidental”[1].

Son éstos los principales responsables del galopante deterioro de la situación y de la omisión de los magníficos riesgos que representa para el desarrollo humano y la vida presente y futura sobre el planeta, la mayoría de los cuales siguen sin tener presencia suficiente en los medios de comunicación.

Con toda probabilidad son nuestras posiciones y objeciones en contra del crecimiento económico perpetuo como pilar fundamental del desarrollo humano, sólidamente fundamentadas, las que  motivan la censura de las expresiones libres que las describen con rigor. La omisión a la opinión pública de la situación y la problemática que describimos y denunciamos es precisamente la causa de que el decrecimiento y las propuestas de la economía ecológica aparezcan todavía como insuficientemente desarrolladas.

En consecuencia, como respuesta a este espurio y arbitrario comportamiento de Facebook y como medida de protesta y de presión, algunos de nosotros que aún manteníamos un perfil en esa red social vamos a cesar toda actividad en ella.

Como colectivo exigimos a Facebook que respete la libertad de expresión, y singularmente la de base científica, y que en todo caso restituya la integridad y el buen nombre de los blogs censurados.

Asimismo, demandamos a los poderes públicos y medios de comunicación que comiencen a otorgar a estas perspectivas la importancia y la relevancia cruciales que resultan acordes con la gravedad de la situación en la que nos encontramos.

[1] Alrededor del 10% de la población mundial es responsable de cerca del 50% de las emisiones de CO2

Suscriben esta Declaración

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“On a planet 4C hotter, all we can prepare for is extinction.” – Oliver Tickell(667)

Informe de 2012 financiado y asumido por el Banco Mundial

También James Hansen – como tantos otros – se ha unido a quienes aventuran la superación de los 1,5 ºC en la década de los 2030s como muy tarde(668), en coherencia con su anuncio reciente de una aceleración en curso del aumento de la temperatura(669) que otros avalan.

Por otra parte, que la superación de los +2 ºC es “virtualmente cierta” lo sabemos ya desde hace por lo menos una década(670). ‘It’s over’(671) (se acabó), decían, incluso cuando se creía todavía que 2 ºC eran soportables(672). El prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) apuntaba en 2015 que, si la sensibilidad climática estuviera en la zona superior del margen 2-4,5 ºC, los +2 ºC se alcanzarían en 2030-2035, y que si fuera menor se superarían en todo caso poco después de mitad de siglo(673). El Global Energy Tracker elaborado por las universidades australianas de Queensland y Griffith apunta también a la década de 2030(674). Manola Brunet, presidenta de la Comisión de Climatología de la Organización Meteorológica Mundial, afirmaba hace pocos meses que los +2 ºC pueden tranquilamente alcanzarse en 2035-2040(675).

A la misma conclusión llegaba implícitamente un informe de la consultora Price Waterhouse Cooper en 2012, al concluir que eran necesarias mejoras en la “intensidad de carbono” del PIB superiores al 5% anual durante 40 años a partir de 2013(676), contando naturalmente con que el crecimiento económico en términos de PIB debía proseguir. Y de hecho llega a la misma conclusión todo informe que exija acciones termodinámicamente imposibles de este cariz mágico – como a menudo ocurre en los del propio IPCC – por mucho que las vistan de retórica posibilista tipo challenging, unprecedented, etc.

Poner premisas o condiciones imposibles para ofrecer resultados digestibles a la clientela es una forma de moderación inmoderada, pero siempre que los autores sean bien explícitos en cuanto a la inverosimilitud de los escenarios que se plantean, lo que rara vez es el caso.

¿Qué ocurre a partir de entonces? (más…)

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Estas formas podrían acabar siendo el principal icono de nuestra civilización (Imagen: LLDC)

Estas formas podrían acabar siendo el principal icono de nuestra civilización (Imagen: LLDC)

Índice de la serie y enlaces

Hemos vivido hasta ahora en la ilusión de creer posible lo que es acorde con nuestros deseos, dando por hecho que para su materialización bastaba con intervenir astutamente en el mercado a nuestro favor. Y que, si todos hacíamos más o menos lo mismo, todos íbamos a salir ganando.

Pero esto ha sido un espejismo. Las leyes de la física no son negociables con criterios económicos, ni con cualesquiera otros. No son sólo curiosidades intelectuales: nos rigen, nos guste o no, y debemos adaptarnos a ellas. Se vuelven contra nosotros si no les hacemos caso. (más…)

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“Speak the truth … Operate from love.”[1] (Donnella Meadows, LLDC, 2004)

Dones

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Si usted ha leído hasta aquí, cosa que le agradezco, lo más seguro es que sea porque le inquieta la respuesta a la pregunta del titular, y porque espera encontrar algunas orientaciones sobre qué camino elegir de entre los transitables. En una charla reciente, cerca de Segovia, poco después del congreso de Barbastro, los asistentes me interrogaron sobre ello en el turno de preguntas. No supe qué contestarles. Les dije que estaba todavía en estado de shock. Así estoy todavía, pero me siendo obligado a abordar esta cuestión al ir concluyendo un texto como éste.

Veamos pues caminos transitables. En el plano racional mencionaré lo que los autores de LLDC, habiendo sido criticados en su día por no aportar soluciones (concretas) en su trabajo original de 1972, aportaron en su revisión de 2004. Si no nos valieran ya para evitar este colapso nos deberían servir por lo menos para alejar el siguiente. Son éstas, de la forma en que fueron recogidas por la reseña de LLDC-30 realizada por Emilio Cerdá, de la Universidad Complutense de Madrid: (más…)

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“Science is telling us all to revolt … Only social mass movements can save us now.[1] – Naomi Klein

Índice de la serie y enlaces

MIT-FBEl trabajo de Harich que he descrito en la entrada anterior cita, para fundamentar la magnitud y las estrategias del engaño generalizado, las obras de la australiana Sharon Beder, ingeniero de formación, que trabaja en el departamento de ciencias sociales de la Universidad australiana de Wollongong. Beder comenzó en 1995 describiendo la táctica SLAPPS[2] (681), para dedicarse hasta hoy a mostrar el detalle de la estrategia y la táctica del denominado spin, los orígenes y los mecanismos por los que se propaga la mentira prefabricada. Algunas de sus otras obras son: ‘Global Spin: The Corporate Assault on Environmentalism’[3] (682), ‘Free Market Missionaries: The Corporate Manipulation of Community Values’[4] (683) y ‘Suiting Themselves: How Corporations Drive the Global Agenda’[5] (684). Recomiendo estas lecturas y algunas más sobre el mismo tema que incluyo en las referencias, y que yo he devorado a lo largo de los últimos años (684687). En este blog también encontrará este tipo de cosas, referidas al caso particular del negacionismo climático, pero no solo. (más…)

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 “If forms of denial structure the interpretation of a problem, they will also frame thinking about the solution to it[1].” – Clive Hamilton

Jurgen Habermas

Jurgen Habermas

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Ciencia y sus hermanos pequeños los modelos no permiten sólo describir el mundo, sino también examinar las posibilidades de intervenir en él. Según el filósofo alemán Jürgen Habermas se trata de descubrir (en el sentido de levantar la cubierta o el velo) las condiciones estructurales que enmarcan las acciones de los individuos, y ayudarles a trascenderlas (654). He insistido hasta aquí en que sólo es posible darse cuenta de estas estructuras condicionantes examinando el sistema desde afuera, cosa bastante heroica pero que la metodología de sistemas favorece en gran medida. Con todo, los doctores en biología Humberto Maturana y Francisco Valera ya teorizaron en 1980 que la cognición es un sistema organizativamente cerrado, con lo que la objetividad resulta necesariamente constreñida (655). En estas circunstancias es pues preciso prestar atención al sistema de observación (656).

Pensamiento sistémico al rescate

Un aspecto muy interesante a este respecto es el critical systems thinking (CST), o pensamiento sistémico crítico. No sé de nadie que lo haya establecido como mecanismo de mejora y de avance intelectual de manera solvente[2] y me haya convencido demasiado, salvo el trabajo incipiente del suizo Werner Ulrich, que comenzó en 1998 con su obra ‘Systems Thinking as if People Mattered’ (657) – parafraseando el mismo título ‘Economics as if People Mattered’, de E. F. Schumacher (351) en 1973. También son destacables las aportaciones de R.L. Flood y más recientemente las de Mike C. Jackson, ambos de la Universidad de Hull. Flood es el teórico de la Liberating Systems Theory: Toward critical systems theory[3] (290), y ya se puede usted imaginar que titular un paper con este atrevimiento no debió de salirle gratis. Tampoco a nosotros, porque no he visto o no he sabido encontrar en primera instancia continuación suficientemente densa de esa línea de trabajo en la literatura académica (658). Profundizaré en ello en lo sucesivo para ver hasta qué punto se le ha permitido evolucionar más allá de estos intentos, y en qué punto se encontraría ahora la teoría CST a disposición. (más…)

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«We are in a collision course with nature.»[1] – Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, 2013

No sé porqué no me importa el fondo del océano. Pero no me importa (The New Yorker)

No sé por qué no me importa el fondo del océano. Pero no me importa (The New Yorker)

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Mientras tanto el pasado verano al completo ha batido récords absolutos de temperatura a nivel global, y el año 2015 podría ser récord en sí mismo (634]. Se está viendo que la famosa ‘pausa’, mantra más reciente del negacionismo climático organizado, no es en absoluto tal cosa (635). Se ha visto además que el planeta se está calentando mucho más deprisa de lo que se pensaba, pues los mares del hemisferio sur, donde las mediciones eran poco precisas, resulta que están acumulando nada menos que el doble de calor que el estimado hasta ahora (636, 637).

Para que tenga una idea de la cantidad de calor que los océanos del planeta van acumulando, tome nota de la siguiente analogía: el efecto invernadero en exceso provoca una acumulación de calor equivalente a más de dos bombas ‘little boy’ por segundo. Dos bombas atómicas Little Boy cada segundo. Acumulan el calor que desprenden dos bombas atómicas como la de Hiroshima cada segundo (638). En conjunto, el planeta Tierra ha acumulado desde 1998 el calor equivalente al que desprenderían 2.000 millones de detonaciones atómicas (639). La pausa. El hiato, le llaman. (más…)

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