Uno de los parámetros de mayor relevancia del cambio climático, si no el que más, es la denominada sensibilidad climática, entendida como el aumento de la temperatura media de la Tierra a largo plazo que corresponde a una concentración de dióxido de carbono en la atmósfera que sea el doble de la preindustrial (560 ppm vs. 280 ppm).
En el cuarto informe (AR4), de 2007, el IPCC estableció el valor de 3 °C como mejor estimación, con un margen de incertidumbre de 2 a 4,5 °C. De hecho, el valor de 3 °C como estimación central, asociado a distintos márgenes de incertidumbre, se ha mantenido inalterable durante todo el siglo XX, desde que Svante Arrhenius lo calculó en la primera década del siglo pasado(373). Paradigma del efecto anclaje donde los haya [efecto 4].
En el último informe de 2013 se examinaron nuevos trabajos, más recientes, que apuntaban a sensibilidades superiores, mientras los modelos estándar seguían dando valores entre 2,1 y 4,7 °C, muy parecidos a los del informe anterior(374). Y también unos pocos, basados en períodos recientes muy cortos y calculados con modelos muy simples, que concluían en sensibilidades inferiores, de alrededor de 1,5 °C. La elección del IPCC consistió en ampliar el margen inferior de incertidumbre, convirtiéndolo en 1,5-4,5 °C, no pronunciarse sobre mejor estimación alguna y desoír los trabajos que apuntaban a sensibilidades más elevadas. Pero hay mucho más. (más…)