«We are in a collision course with nature.»[1] – Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, 2013
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Mientras tanto el pasado verano al completo ha batido récords absolutos de temperatura a nivel global, y el año 2015 podría ser récord en sí mismo (634]. Se está viendo que la famosa ‘pausa’, mantra más reciente del negacionismo climático organizado, no es en absoluto tal cosa (635). Se ha visto además que el planeta se está calentando mucho más deprisa de lo que se pensaba, pues los mares del hemisferio sur, donde las mediciones eran poco precisas, resulta que están acumulando nada menos que el doble de calor que el estimado hasta ahora (636, 637).
Para que tenga una idea de la cantidad de calor que los océanos del planeta van acumulando, tome nota de la siguiente analogía: el efecto invernadero en exceso provoca una acumulación de calor equivalente a más de dos bombas ‘little boy’ por segundo. Dos bombas atómicas Little Boy cada segundo. Acumulan el calor que desprenden dos bombas atómicas como la de Hiroshima cada segundo (638). En conjunto, el planeta Tierra ha acumulado desde 1998 el calor equivalente al que desprenderían 2.000 millones de detonaciones atómicas (639). La pausa. El hiato, le llaman.

(a) Emisiones de CO2 debidas a los distintos combustibles fósiles; (b) Consumo de energía primaria según fuente (Fuente: James Hansen, ref 653)
¿Cómo afecta el cénit de la energía a las previsiones sobre cambio climático?
La cuestión de si el cénit del petróleo mitigará el forzamiento climático o incluso resolverá el problema sólo ahora comienza a ser objeto de estudio, y todavía alberga muchas dudas. Algo parece claramente descartado: los escenarios de emisiones más tenebrosos del IV informe[2] del IPCC[3] no parecen verosímiles al principal analista de esta cuestión, de nuevo el sueco Mikael Höök, de la Universidad de Uppsala y secretario de ASPO[4] Internacional (640,641). Tampoco a quien esto escribe – con la salvedad de la nota al pie. Por lo demás, siguen pudiendo darse dos situaciones: una, muy mala; la otra, espeluznante (la verdad es que se me agotan los adjetivos).
La muy mala, horrible, es que la brusca disminución de la energía neta a disposición comporte una reducción drástica y rápida de la población, tal vez a corto plazo. El efecto Séneca en acción. La reducción de emisiones estimada necesaria (la de verdad, no la de los cuentos de hadas del IPCC y la UNFCCC[5]) para atenuar los peores efectos del cambio climático, que sabemos que debe ser superior al 6% anual durante 50 años (¡empezando en 2013!), tendría posibilidades de realizarse. Pero sería a costa de la vida de los presentes. Esta situación es considerada la más verosímil por Gail Tverberg, para quien son las leyes de la física, y no los humanos, quienes están a cargo del clima (642). También (precisamente) por Graham Turner, para quien la evolución de la curva de contaminación de LLDC mostraría que el problema se resuelve solo, aunque desde luego de ninguna forma ideal (643).
Por el contrario, el grupo de dinámica de sistemas de la Universidad de Valladolid ha analizado (claro) el efecto combinado del cambio climático y el problema ecológico-energético, aunque no lo haya publicado formalmente. Según Carlos de Castro:
“Si al problema energético se le añaden realimentaciones con el caos climático[6], incluso siendo muy optimistas con una transición renovable rápida y sin tener en cuenta otros problemas y sobrepasamientos, los modelos tienden a dar resultados de colapso.” (644) [énfasis añadido]
Esto significaría que, incluso a pesar del cénit del petróleo y de los demás combustibles fósiles, se acaba produciendo un sobrecalentamiento planetario inaudito.
La posibilidad espeluznante, la pésima, es que, encima, dejemos una Tierra completamente devastada a quienes serían una nueva especie que, tras larga y dura transición, resurgirán de nuestras cenizas no se sabe cuándo, pero desde luego lejos de hoy. Gentes que, frente a su memoria histórica, está por ver que quieran seguir llamándose, como nosotros, humanos.
Para ello bastaría con que, en nuestro intento de supervivencia consecutivo a la explosión de las grandes ciudades, empleáramos la biomasa (la leña de siempre) hasta el punto de llegar a agotarla prácticamente toda (645). Esto no llegó a ocurrir en el pasado a nivel global a pesar de nuestra inconsciencia, pues no teníamos tantos artefactos que bioalimentar y además la población era varias veces menor que la actual – si bien distintas civilizaciones, como los Mayas o los habitantes de Easter Island, acabaron colapsando o extinguiéndose debido precisamente a este fenómeno (646). Alguien cortó el último árbol, y la lluvia cesó[7]. Cuidado que en Grecia se acaban de cargar el olivo de Platón, que tenía unos 2.500 años de vida…[8]
Y como parece que el carbón va a ser lo último en mostrarse escaso, podríamos seguir extrayéndolo mientras quede un julio de energía neta al alcance. El carbón es el combustible fósil con mayores emisiones de CO2 por unidad de energía producida, pero con el menor ritmo de descenso de la TRE mientras queden minas a cielo abierto. Por su parte, los combustibles fósiles no convencionales generan emisiones comparables a las del carbón, y además la disminución de la TRE es la más rápida. Ambos efectos producirían unas emisiones combinadas suficientes como para, ahora sí, resituarnos en los peores escenarios del IPCC (5º informe), o superiores, en términos de forzamiento climático. Es lo que presenta el modelo de Dolores García ya mencionado (576). La respuesta térmica a estos escenarios, por lo demás, es mucho peor, según sospechamos, que la prevista en los informes.

Anuncio a doble página de Humble Oil (ahora ExxonMobil), publicado en Life Magazine en 1962. Se ufana de que, cada día, la petrolera suministra energía suficiente como para fundir 7 millones de toneladas de hielo
Fusiones freáticas irreversibles
Hace poco hemos sabido que hay que dar por cierto que al menos una parte de la Antártida se va a fundir de forma irreversible (647) en tal medida que, junto a una Groenlandia que se está fundiendo a una velocidad mucho mayor de lo que se creía hasta hace pocos meses (648), niveles del mar superiores en 12 m al actual no sean inverosímiles a medio plazo (649), y 75 m a largo. Esta temida alteración sustantiva del entorno está ya en marcha, y parece imparable.
Pero los problemas no vienen solo del cielo. Bajo tierra, las aguas freáticas se están agotando a un ritmo envenenado. Con el título The Global Groundwater Crisis[9], un equipo de la NASA anunció en Nature el pasado otoño que el agotamiento de esta fuente es mucho mayor de lo que se creía, y que pone en serio peligro el suministro de agua potable mucho antes de lo estimado (650).
Ocurre un poco en todas partes, pero especialmente en África. Una de las causas de este agotamiento freático en el Sur tiene su origen en la adoración de los japoneses por el sushi. Comoquiera que ya no hay bastante en sus mares, van a pescarlo a las costas de África. Ello empobrece de proteínas a la población local, que se alimentaba de la pesca que se ha licenciado ahora a los japoneses. Para compensar las restricciones al pescado los lugareños se han pasado a la ganadería, cabras y vacas, que consumen el agua freática a mucha mayor velocidad que los humanos (651).
¿Para qué quiero el molesto pensamiento sistémico?: ‘Aprés nous, le déluge’, deben pensar los sibaritas de Yokohama.
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Notas al pie
[1] Estamos en una trayectoria de colisión con la naturaleza – Angel Gurría, Secretario General de la OCDE, octubre 2013 (652)
[2] Nótese que digo IV informe. No V, el último, donde el forzamiento climático se desmarca de escenarios socioeconómicos para convertirse en meramente físicos (en W/m2) – si bien la influencia de fondo de los economistas estándar sigue resultando visible
[3] Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático
[4] Association of Peak Oil
[5] United Nations Convention on Climate Change: Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
[6] Carlos de Castro propone llamarle así a partir de ahora
[7] Sin duda habría cesado bastante antes
[8] De nuevo gracias a Marga Mediavilla por esta información inquietante
[9] La crisis global de las aguas subterráneas
Pues el panorama es realmente desolador. Ante esto, ¿qué hacemos? ¿Nos sentamos a llorar? ¿Carpe diem? ¿Nos llevamos las manos a la cabeza y corremos desesperadamente en círculos? De verdad que como especie nos hemos ganado la ruina a pulso.
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Hola Ferrán, ¿se podría poner toda la serie en un pdf y enlazarlo para su descarga una vez finalices?
Gracias.
Tétrico. Desolado.
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On time. I’m really sorry.
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¿PORQUÉ NO LOGRAN EVITAR NUESTRAS CIVILIZACIONES TANTO SU PROPIA DESTRUCCION COMO LAS DEL MEDIO AMBIENTE PARA QUE SOSTENGAN TODAS LAS VIDAS EN NUESTRO PLANETA?
Hace 40 años, en mi artículo “La causa del enorme aumento de la población del mundo”, publicado en la revista “Arquitectura” del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, cuando la población del mundo aún tenía la mitad de los 6.400 millones que tenemos hoy, en el expuse que el más grave problema que atraviesan nuestras civilizaciones es este desenfrenado y antinatural crecimiento que junto con el también antinatural aumento del consumo de energía del hombre contemporáneo son las causas de todos nuestros innumerables e interrelacionados males, y para paliar estos tendríamos que sobreponer este fenómeno a cualquier otro problema y concentrar nuestra investigación en la búsqueda de su causa.
Al no lograr obtener la esperada atención sobre este tema ni de mis colegas ni del público en general, seis meses más tarde publiqué en la misma revista un llamamiento bajo el título “Artículo dirigido a las inteligencias inquietas”, que tampoco tuvo la esperada respuesta.
Este desinterés no ha podido mermar mi preocupación y entrega a la búsqueda, y quince años más tarde, 10 de Mayo de 1981, logré publicar en la revista semanal “Los Domingos de ABC” del propio periódico el mismo artículo bajo el título “Causa y solución de la enorme expansión demográfica”.
En este artículo, basándome en mis ininterrumpidas investigaciones filosóficas expuse que la causa del antinatural y desenfrenado aumento de la población mundial y consumo de energía del hombre contemporáneo y las consecuencias de nuestros males es la especial naturaleza de la especie humana, que a diferencia de los otros seres animados por debajo de su nivel, estando compuesto de alma (espíritu) con facultad de conciencia y raciocinio, con los que puede juzgar y valorar la Verdad conscientemente, y de cuerpo con instinto a través del que puede, como los otros seres por debajo de su nivel, sentir la Verdad, debido a esta mezcla, él es el único ser libre de sus actos y tiene tres posibilidades para desarrollar su vida. De la historia de sus conductas y actividades descubrimos que:
1/ Él puede exagerar la importancia de su parte espiritual a costa de su parte instintiva. Esto ha ocurrido en la época Arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra cultura Cristiana.
2/ Él puede llevar en justo equilibrio ambas partes de su naturaleza y obtener el perfecto estado de su naturaleza especial humana. Esto ha ocurrido en la época Clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura Cristiana. Este feliz acontecimiento duró en ambas culturas 250-300 años.
3/ Puede exagerar la importancia de su parte instintiva a costa de su parte espiritual. Esto ha ocurrido en la época Helenística de la antigua cultura de Grecia, en la cultura Judía en la época de Jesucristo, en los tiempos de los últimos Cesares de Roma y desde la Revolución Industrial en nuestras civilizaciones actuales.
De los citados ejemplos se puede deducir que la conducta y actividades de la especie humana no es mecánica, sobrepuesta e invariable como en los seres animados por debajo de su nivel, que sólo poseen instinto, sino que dependiendo del estado psico-somático de su naturaleza especial humana, él obtiene gratuitamente su “filosofía del mundo y de la vida” a través de la que establece su escala jerárquica de valores que le sirve como guía en su conducta y actividades.
Aprendemos de los citados ejemplos que en el primer caso, por intentar reconocer y satisfacer solamente las necesidades espirituales de su naturaleza y descuidar las necesidades instintivas de su cuerpo, con esta falsa “filosofía del mundo y de la vida” que guía sus conductas y actividades, nacen enfermedades corporales y otros males, desconocidas por sus desintereses hacia su cuerpo, que mientras dura este estado ninguna proposición ni buena intención de mejorar la situación y anular los males les servía, los que sin embargo, cuando las contradicciones entre esta falsa filosofía y la realidad se manifiesta descubre y por una lenta evolución los hombres logran establecer el justo equilibrio de su naturaleza psico-somática y obtienen su justa “filosofía del mundo y de la vida” todos los anteriores males, sin ningún deseo intencionado, más bien de manera natural y espontánea han desaparecido
Como quizás, por los resultados positivos en el campo de la vida práctica y cotidiana, como consecuencia de este cambio, los hombres en su optimismo por estas mejoras hacia su futuro no ha podido mantener este equilibrio y poco a poco abandonan sus necesidades espirituales y en su exagerado interés por satisfacer las exigencias de su cuerpo pierde otra vez este justo equilibrio entre sus dos naturalezas y sin darse cuenta de ello degenera el perfecto estado de su naturaleza, la única que permite al hombre conocer y sentir la Verdad sobre la Existencia del mundo y adaptarse con su conducta y actividades, como lo hacen los otros seres por debajo de su nivel, a las Leyes de la Naturaleza que refleja esta Verdad.
Esta relación directa y decisiva del estado psico-somático de la naturaleza especial humana en su conducta y actividades hasta hoy no estaba suficientemente reconocida, y debido a esto, los males causados por los hombres en el primer y tercer caso, ignorando su causa real, todos los intentos de mejorar la situación y eliminar los males han sido un fracaso. Salvando la situación en el primer caso con el cambio por vía evolutiva hacia el establecimiento del justo y necesitado equilibrio de la parte espiritual e instintiva de la naturaleza especial humana, que ha ocurrido en la época Clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento en nuestra cultura cristiana.
Sin embargo, no ha sido tan afortunado el cambio del tercer caso cuando por el exagerado interés de las necesidades de su naturaleza instintiva a costa de sus necesidades espirituales la capacidad del hombre para conocer y sentir la Verdad sobre el Mundo y su vida, se debilita y en su ignorancia en este campo, poseyendo conocimientos prácticos e instrumentos destructivos, los males, resultado de su conducta y actividades son ya tan grandes que mientras se mantenía esta falsa “filosofía del mundo y de la vida” no hubo posibilidades de mejorar la situación y salvar estas sociedades de su total destrucción, acabando con un cambio revolutivo introducido por la ideología pronunciada por Jesucristo.
Tomando en consideración que en la época de Jesucristo y de los últimos Cesares en los primeros tres siglos de nuestra era cuando existía la materialista “filosofía del mundo y de la vida” de las citadas sociedades, la población del mundo era de 200 millones y el consumo de energía era normal y los daños causados al mundo aún eran mínimos, comparándolos con nuestra situación cuando la población del mundo hoy con sus 6.400 millones de habitantes es 32 veces mayor y el consumo de energía media del mundo del hombre contemporáneo es 3-4 veces más de lo normal, y que según las estimaciones de las Naciones Unidas la población del mundo en el año 2050 puede alcanzar la cifra de 10.000 millones y el consumo de energía de los hombres de nuestras sociedades sigue creciendo también en los países en vías de desarrollo y podría llegar a tener 4-5 veces más de lo normal, lo que significaría 50 x 4-5 = 200-250 veces más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo y de los tres siglos de nuestra época de las citadas culturas.
Este hecho dramático y los innumerables e interrelacionados males que han surgido a lo largo del tiempo desde la Revolución Industrial con la que se inició la pérdida del justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana y nacía nuestra exagerada, materialista y falsa “filosofía del mundo y de la vida”, nos demuestra nuevamente que la causa de todos nuestros males es la pérdida de este equilibrio y la degeneración del perfecto estado de nuestra naturaleza especial humana que es la condición indispensable para que el hombre pueda conocer y sentir la Verdad sobre el mundo y la vida y adaptarse de manera natural y espontánea a las Leyes de la Naturaleza que reflejan la Idea Subyacente de la Existencia Real, del Amor Puro.
De no reconocer este hecho y relación directa del estado psico-somático de la especie humana con su conducta y actividades sino el intentar tratar cada mal aisladamente como un hecho dado como están tratando en sus conferencias y congresos mundiales todos los organismos oficiales como las Naciones Unidas y organizaciones profesionales, sociales y culturales, y buscar soluciones prácticas y concretas para eliminarlos, es la causa de sus fracasos y a pesar de sus mejores intenciones y deseos, nuestra situación sigue cada vez empeorando, alcanzando ya situaciones que ni la Naturaleza ni nuestra vida pueden aguantar esta presión destructiva. Sin embargo, si comparamos nuestra situación actual respecto a los temas de los Asentamientos Humanos, Cambio climático y calentamiento de la Tierra, Medio ambiente y desarrollo, Población y Desarrollo, Desarrollo Social, Cumbre de la Mujer, etc. que en los últimos 30 años han realizado estas entidades, con la situación que existía en el año 1981 cuando publiqué el artículo citado anteriormente y cuando aún no existían en esta escala nuestros males y no se habían realizado las citadas conferencias y congresos, en el que expuse que para resolver nuestros graves problemas no es suficiente con tratar nuestros males como lo hacen estos organismos y organizaciones, sino que tenemos que tratarlos indirectamente llegando hasta el origen mismo de la Existencia con nuestra investigación y buscar la posibilidad de cómo introducir esta nueva “filosofía del mundo y de la vida” que sea capaz de cambiar nuestro modo de vida y recuperar el justo equilibrio perdido entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana, que como en la época Clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana ha logrado anular de manera natural y espontánea todos los males que existían en las épocas anteriores correspondientes a la tercera posibilidad del hombre.
Aunque llegados a la situación en la que nos encontramos hoy en la que los daños causados a la Naturaleza por los hombres son ya tan grandes y profundos que la solución del deseable cambio evolutivo y pacífico por falta de tiempo ya no es realizable, elaborar la necesitada solución no sería sobrante, ya que si no seremos capaces de cambiar nuestro modo de ver y continuar tratando nuestros problemas siguiendo impotentes ante nuestro desarrollo suicida y la destrucción planetaria sería inevitable, pero en este caso la justa y necesitada idea elaborada y plasmada en libros podría ser útil para los supervivientes dispuestos después de esta destrucción planetaria a cambios de sus modos de vida y abrirse hacia esta justa “filosofía del mundo y de la vida”.
Enfrentándose con este hecho destructivo que nos espera, pienso que cada persona inquieta y preocupada por el futuro de la humanidad y del mundo, dentro de su profesión tiene que buscar la correspondiente solución práctica de introducir esta justa “filosofía del mundo y de la vida”, cosa que yo como arquitecto he elaborado para la forma, tamaño y estructura de nuestros futuros asentamientos humanos y arquitectura, encontrando esto además por ser este el medio ambiente dentro del que sus habitantes desarrollan sus vidas, el más adecuado medio para comunicar a través de sus edificios, calles y plazas la idea del autor y plasmar las mentalidades de sus habitantes indirectamente sin coartar sus libertades naturales.
Realizar este tipo de investigación que trata nuestros innumerables e interrelacionados males no directamente, como lo hacen hoy los organismos oficiales y entidades responsables para las ayudas de este tipo de investigaciones también necesarias, sino indirectamente buscando la causa real de estos antinaturales tipos de males que exigen unos estudios más profundos de tipo filosófico llegando hasta el origen mismo de la Existencia y del que nadie particularmente, sino sólo la humanidad puede sacar beneficio, desgraciadamente, hoy no existe ni siquiera interés por nadie, quedando este mas necesitado tipo de investigación sin ayuda y gracias a algunos pocos hombres preocupados, quienes además de satisfacer sus inquietudes se encuentran en una situación económica que les permite financiar sus trabajos personalmente.
En esta situación desfavorable, ante la ignorancia y despreocupación por el grado de nuestros acontecimientos destructivos, y no darse cuenta de que, en el estado en el que nos encontramos, el intento de frenar con soluciones prácticas el proceso galopante de la destrucción es un autoengaño, ya que como la causa real de todos nuestros males y contradicciones es el hombre contemporáneo, quién por su exagerada y materialista “filosofía del mundo y de la vida” ha perdido el justo equilibrio entre su naturaleza espiritual e instintiva, y la única solución es la de buscar la posibilidad de recuperar esto que corresponde al estado perfecto de la especie humana, y ¿cómo obtener este conocimiento? es lo que tiene que ser investigado y apoyado económica y moralmente por los organismos oficiales y entidades humanísticas, cuales por los papeles que representan en las sociedades tienen la obligación de fomentarlas.
Madrid, 28 de Septiembre de 2006
Ferenc Z. Lantos
NOTA: ESTE ENSAYO EXPUESTO EN EL NUMERO LA REVISTA ANUAL MENSAJE Nº 11DE MI CENTRO DE INVESTIGACIÓN, COMO SU CONTENIDO ES VALIDO HOY TAMBIÉN HE DECIDIDO EXPONERLO AQUI.
Madrid 28 de Febrero de 2015
Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto
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PARA SALVAR EL FUTURO DE NUESTRAS CIVILIZACIONES ES INEVITABLE QUE ESTA SE ACABARÁ AUTODESTRUIRSE.
Según mi teoría la causa de nuestros innumerables e interrelacionados males, surgidos desde la revolución industrial, es la extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” y el degenerado estado psicosomático de la naturaleza especial humana, y la única solución de eliminar estos males es de cambiar su errónea “filosofía del mundo y de la vida” y recuperar el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, condición indispensable para que el hombre pueda adaptarse, tal como lo hacen los otros seres animados (animales) debajo de su nivel, con su conducta y actividades, a las Leyes de la Naturaleza, y restablecer con ello su ordenado y armonioso desarrollo, del que depende el bienestar de todos los seres animados que componen nuestro planeta, como su propia felicidad.
El problema de obtener este necesitado cambio, es que los hombres de hoy al estar absorbidos por nuestra errónea “filosofía del mundo y de la vida”, al que encuentran justo y correcto, y que dirige su modo de vida, ni son dispuestos ni capacitados para cambiarlos, siendo esto la causa que estos males están aumentándose tanto en el numero como en el grado, llegando hoy ya a un nivel que amenaza nuestra subsistencia, de cuya gravedad no son conscientes, por lo que muy poca gente están buscando la causa y correspondientes soluciones de estos males, sino aceptándolos como unos hechos dados y casuales dando improvisados consejos de cómo eliminar sus manifestado efectos, sin darse cuenta que con este enfoque caen en un error como un mal médico quien intenta curar una enfermedad infecciosa, manifestada su efecto en epidermis, con pomadas,, sin saber nada de la existencia de su causante la de la infección.
Para conocer la causa de estos nuevos tipos de males, que no existían durante la época del Renacimiento, al causarlos por el hombre, hará falta conocer la real naturaleza de la especie humana y su relación con el mundo dentro de lo que realiza su vida, que es una cuestión filosófica, que a mi me costo muchos años de obtenerla, pero al fin he descubierto que el hombre es el único ser vivo cuya conducta y actividades no es constante ni preestablecida, sino al estar su naturaleza compuesta de cuerpo físico que posee instinto, y de existencia inmaterial, que posee espíritu, en las que esta implantada la Verdad sobre la Existencia Universal, la que en el primer caso se puede sentir y en el segundo conocerla, pero como estos dos fuentes de obtener el conocimiento de la Verdad no están separadas dentro de la naturaleza del hombre, sino están fusionadas en una unidad inseparable, el hombre puede obtener tres posibilidades de elegir su vida:
1) Puede sobrevalorar la importancia de la parte espiritual a costa de la parte instintiva de su naturaleza. Situación que existía durante la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y durante la época de Edad Media en nuestra cultura Cristiana. 2) Llevar en perfecto equilibrio estas dos partes de su naturaleza especial humana. Situación que existía en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana. 3) Puede sobrevalorar la parte instintiva a costa de la parte espiritual. Situación que existía en la época Helenística de la antigua cultura de Grecia y que existe desde la revolución industrial, extendiéndose y creciendo desenfrenadamente entre todas las civilizaciones en nuestro planeta.
La historia de la conducta y actividades de hombres de la antigua cultura de Grecia y nuestra cultura Cristiana nos demuestra, que el hombre sólo ha obtenido su justo conocimiento sobre “el mundo y de la vida” cuando logro establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, que ha sido durante la época clásica de la antigua cultura de Grecia y durante la época del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana.
Para obtener este ideal y justa “filosofía del mundo y de la vida”, en ambas culturas, han logrando realizar, por un lento proceso evolutivo, observando las contradicciones entre sus ideas y de la realidad, que tenían en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y de Edad Media de nuestra cultura Cristiana, y lo que al no poder mantener este ideal y prefecto estado de sus naturalezas, sino cambiando esta a una materialista filosofía en la época helenística, llevando este erróneo modo de vida hasta final, esta cultura se termino autodestruirse.
Encontrándose desde la revolución industrial, nuestras civilizaciones, por su materialista “filosofía del mundo y de la vida” en la misma situación como eran los hombres en la época helenística, para evitar que nuestras civilizaciones se acaben con la misma suerte, la única solución que nos queda es establecer la justa “filosofía del mundo y de la vida” que corresponde a nuestra naturaleza especial humana y recuperar el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza.
Conociendo como ha sido la vida de los hombres en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana, yo he elaborado en mi ensayo; ¿COMO ACABARA Y COMO SE LEVANTARA DE SUS CENIZAS EL FUTURO DE NUESTRAS CIVILIZACIONES?, ¿que tipo de vida corresponde para que el hombre, en neutras circunstancias, pueda adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza, y anular con esto nuestros nuevos tipos de males, surgidos por el erróneo modo de vida que practican hoy los hombres de nuestras civilizaciones, y obtener este necesitado cambio?, ¿y qué faltaría para lograr restablecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana?, que resolvería de manera natural y espontánea todos nuestros problemas, pero como los hombres de nuestras civilizaciones absorbidas por nuestra falsa “filosofía del mundo y de la vida” ni son dispuestos ni capacitados de realizar este cambio, nuestras civilizaciones se acabarán como ha ocurrido en la época helenística con la antigua cultura Grecia, autodestruirse.
Empero después de este catastrófico fin de nuestras civilizaciones, teniendo elaborado la necesitada solución, hoy ignorada, los supervivientes, aprendiendo de esta desgracia estarán dispuestos de aceptar esta justa “filosofía del mundo y de la vida” con lo que obtendrán la manera natural y espontánea el justo y necesitado equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de sus naturalezas y con ello abril un nuevo y prospero futuro para las nuevas generaciones.
Madrid 26 de Marzo de 2015
Francisco Z. Lantos Doctor Arquitecto
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