“Afirmamos que el tiempo de intervención restante para evitar el vuelco podría haberse ya reducido a cero.»736
Recordemos que el efecto “Peor de lo esperado”, ese cuyas causas teóricas mostramos en la primera parte de esta serie y cuyos resultados hemos ido mostrando en distintas variables relacionadas con el clima, tiene lugar en todos aquellos ámbitos cuya influencia socioeconómica resulta ser significativa. Desde luego el cambio climático pero también, por ejemplo, en la biodiversidad, en la farmacología…
Y también, desde luego, en el terreno de la energía y de su disponibilidad. La propia Agencia Internacional de la Energía – organismo creado por distintos estados con el fin de garantizar la continuidad del suministro energético – es un ejemplo paradigmático de cómo las previsiones de disponibilidad, por lo menos de petróleo, son sistemáticamente “peores de lo esperado” desde casi siempre. O, como mínimo, desde el año 2000.
Así, Mikael Höök, del departamento de Sistemas Energéticos Globales de la universidad sueca de Uppsala, examinó hasta 2013 las proyecciones de disponibilidad que este organismo realiza anualmente, y confeccionó el siguiente gráfico (fig. 1):
Como se ve, a cada año que pasa las predicciones son peores. En 2013 la curva ya era básicamente plana, aunque quedaba todavía la carta del fracking por jugar, ahora ya agotada737.
Esto nos lleva a la pregunta esencial de si los peores escenarios del cambio climático son realistas, dado que consideran una cantidad enorme de emisiones hasta fin de siglo. Estos escenarios, diseñados en el IPCC por economistas neoclásicos (que para eso se constituyó el IPCC, para incluir a los economistas mainstream), cuentan con una disponibilidad de combustibles fósiles, si no infinita, por lo menos indefinida. Para ellos existe básicamente tanto petróleo como se desee: la que manda es la demanda. Y claro, siempre creciente, suponen que siempre querremos más, ADN esencial e irrenunciable de esos seres para quienes la máxima “más es mejor” es una ley de la naturaleza y condición irrenunciable de la definición de progreso que acríticamente asumen. (más…)