“I am deeply convinced that the new millennium we have just entered will decide the fate of the human species… The first three decades of this century are likely to be decisive. Not that we face the prospect of extinction as a species during this period but we will set, irrevocably, the direction that will determine the survival or the demise of human life as we know it. Surely the divine source of all life, which most call God, could not have presented us with a more paradoxical challenge.”[1] – Maurice Strong, 2000 – Secretario General de la Earth Summit de Río de Janeiro, 1992 – Citado en la Conferencia “Faith in Conservation”, The World Bank (1).
El nombre de este blog es el que es porque, en mi opinión, que creo fundamentada, el público en general no entiende la gravedad del problema climático y, por tanto, no puede calibrar la gravedad de sus consecuencias. Menos todavía prepararse para ellas.
Hasta ahora he intentado en distintas entradas mostrar, a modo de flashes (aunque algunos demasiado largos) tanto algunos de los aspectos psicológicos que nos impiden percibir la importancia de la cuestión como algunas de las actividades del movimiento negacionista y su historia, aunque no he descrito todavía todos sus instrumentos, sus motivaciones de fondo y sus fuentes de financiación con el detalle que merecen. También me he ocupado, todavía poco, de algunos aspectos comunicativos
El movimiento negacionista triunfa, precisamente, porque se aprovecha de esas debilidades psicológicas. Y lo hace muy bien.
[Si desea ver un listado completo de todas las entradas publicadas hasta hoy y relacionadas con estas cuestiones, pulse aquí.]
En esta segunda salva de entradas trataré de mostrar esta gravedad de una forma asequible. Más adelante volveré a profundizar en el negacionismo (y usted quedará – probablemente – sorprendido), para continuar con nuevos aspectos psicológicos, sociológicos, éticos y comunicativos. Acabaré proponiendo respuestas movilizadoras, basadas en la reconversión y ampliación del movimiento ecologista y en la activación de la inteligencia colectiva.
¿Por qué estamos frente a algo más grave aún de lo que nos imaginamos?
Sabemos que, desde hace muchos años, los científicos (los de verdad) están extremadamente alarmados. Extremadamente, aunque sabemos de su lenguaje siempre cauteloso y prudente cuando no median ecuaciones que hablen por sí mismas. Dicen: podría ser… esto sugiere que… parece que… bajo estas condiciones entonces es muy probable que…[2]. Mira que es fácil decir ‘lo más seguro es que ocurrirá tal cosa’. Pero ellos tienen que ser exactos. No puede ser de otra manera, pero este lenguaje condicional y probabilístico, que sólo entienden entre si, resulta un inconveniente para el público en general e incluso para la clase política, demandante de certezas casi absolutas que la comunidad científica, por su propia esencia, nunca llegará a proporcionarnos.
[Es preciso generar puentes entre el lenguaje científico y el popular. Es lo mismo que con el lenguaje jurídico, pero mucho más urgente. Ocurre además que se nota a primera vista que el lenguaje jurídico no tiene nada que ver con el popular, pero en el caso del lenguaje científico parece que sea el mismo, pero no lo es. Esto lleva a malentendidos con conceptos como teoría, incertidumbre, consenso y muchos otros. Al final acaba siendo más fácil evitar equívocos con un abogado que con un científico cuando se pone divulgativo, salvo que esté entrenado específicamente para ello.]
También sabemos que la revista Nature es la de mayor impacto y credibilidad en el mundo de la ciencia, por lo que, por mucho que la mirada escéptica del experto sea necesaria, le conviene al no experto tomarse muy en serio lo que allí se publica bajo severo riesgo de chocar contra la realidad (o de que la realidad choque contra uno) con todas las consecuencias. No es una revista al uso sólo para enterados: es una publicación científica y académica, sometida al peer reviewed[3] más escrupuloso, donde para llegar a publicar un artículo hay que ser un auténtico figura y haber pasado muchos filtros. Exámenes, como si dijéramos[4].
Entonces cuando, bajo el título de ‘A burden beyond bearing’[5] (2) el subtítulo reza, en abril de 2009, que ‘The climate situation may be even worse than you think’[6], y usted encuentra varios sesudos artículos bajo la rúbrica de ‘The Climate Crunch’ y firmados por algunos de los mejores climatólogos del mundo… no sé lo que usted hubiera sentido pero, a mi, leer esto (y ver en New Scientist la imagen que reproduzco más abajo) me cambió la visión del mundo y de mi mismo. Así que reforcé mi decisión de intentar traducir a lenguaje asequible lo que yo estaba indagando, y seguir averiguando por qué demonios eso no salía en portada de todos los medios de comunicación, cada día.
Vacíos de conocimiento
Creo que los ‘vacíos de conocimiento’ existentes en la actualidad que impiden percibir la importancia de la cuestión, unos en la esfera pública e, incluso, otros en la esfera puramente científica, son, en esencia, los siguientes:
- El mecanismo del cambio climático ‘desbocado’
- Saber qué es la ‘amplificación polar’
- El reduccionismo de la ciencia actual y la desconsideración de la teoría de sistemas
- La dificultad de la adopción de respuestas efectivas
Añadiré el desconocimiento del denominado ‘systems thinking’ (incluido implícitamente en el punto 3), es decir, pensar las dinámicas de los sistemas en términos de sistema. Para ello bastará recordar que cualquier cosa dividida por cero da infinito. Esto está en la base matemática de lo que denominamos cambio climático desbocado. Así pues, la quinta parte de esta serie estará dedicada a esta cuestión, que entiendo fundamental, y que trataré de exponer de la forma más divulgativa posible.
La sexta y última consistirá en una recopilación de investigaciones que llevan todas, todas, a la misma conclusión.
¿Cuándo decimos gravedad, a qué nos estamos refiriendo?
Para entender la gravedad del cambio climático lo primero que debemos preguntarnos es a qué nivel de gravedad nos estamos refiriendo. Para ello, volvamos de nuevo a Nature.
En el número de diciembre de 2009 de Nature Reports Climate Change, Mark New, Diana Liverman & Kevin Anderson, de la Universidad de Oxford y de la Escuela de Ingeniería Mecánica y Civil de la Universidad de Arizona titulaban: ‘Mind the gap: Policymakers must aim to avoid a 2 °C temperature rise, but plan to adapt to 4 °C[7].’.
¡Plan to adapt to 4 ºC! ¿Cuáles son las consecuencias de 4 ºC?
“Mientras que la adaptación a un incremento de temperatura de 2 ºC puede comportar, principalmente, ajustes en las prácticas actuales, un mundo a +4ºC presenta amplios y complejos retos que requerirían probablemente transformaciones socioeconómicas y tecnológicas fundamentales en lugar de ajustes – en el supuesto de que estas transformaciones sean alcanzables. Pasar de 2 a 4 ºC supondría también, para cualquier ubicación [geográfica] concreta, una carga acumulativa de impactos crecientemente severos. Mientras uno o pocos impactos considerados aisladamente pueden resultar manejables, una acumulación [perfect storm] de múltiples impactos severos puede ser catastrófica.” (3) (énfasis añadido)
¿Y por qué dicen que hay que planificar para adaptarse a 4 ºC, y no a sólo 2 ºC? Esto es lo que veremos en esta serie de entradas, pero avanzo un primer motivo: es muy posible que el sistema haya sido ya desestabilizado. Es decir, que hayamos rebasado ya el punto de no retorno.
Esta gravedad ¿para cuándo?
En general, la ciencia climática no mira más allá de 2100. Así que este valor de 4 ºC es considerado como la mejor estimación para ese año (aunque puede ser algo más o algo menos – la denominada incertidumbre). Pero ¿y en 2150? ¿Se quedará en los 4 ºC de 2100? ¿O seguirá aumentando? Bueno, si siguiera la evolución exponencial que muestran la mayoría de proyecciones, si. Seguiría aumentando.
Pero es de esperar que las emisiones hayan entonces cesado por fin, lo que permitiría alcanzar un nuevo punto de equilibrio del sistema climático, distinto del actual. Nadie sabe exactamente dónde se encuentra este nuevo equilibrio pero, si nos guiamos por la historia geológica del planeta, sería el de hace 55 millones de años cuando, debido precisamente a un súbito incremento en el carbono atmosférico (metano, principalmente), la temperatura era superior en 9 ºC (4) a la de la era preindustrial y el nivel del mar en Alicante estaba a unos 70 metros por encima del actual. El lugar más habitable para los mamíferos era el continente Antártico, donde no había hielo. No lo había en todo el planeta (5).
Podría ponerle citas de decenas de papers, tal vez centenares, donde se muestra directamente[8] la práctica imposibilidad de mantener el planeta por debajo de los +2 ºC, aunque el lenguaje no ya prudente, sino críptico, de los científicos en sus papers, hace que, en ocasiones, sea difícil percibir el nivel de alarma que los firmantes muestran en la expresión verbal privada.
Uno de los que más me impactó primero y divirtió después fue la expresión de Carlos Gay-García, de la Universidad Nacional Autónoma de Méjico, en Climatic Change (2009) cuando, en el abstract, tras las consideraciones de rigor, dice:
“En términos del Artículo 2 de la Convención Marco sobre Cambio Climático, es posible afirmar que la interferencia antropogénica significativa (peligrosa) con el sistema climático ya se ha producido.” (6)
Claro que son más explícitos al final, cuando citan a Toni Blair cuando dijo ‘¿qué nivel de gases de efecto invernadero es claramente excesivo?’ (self-evidently too much), para concluir:
“Parece que ya lo hemos excedido” (6)
En marzo de 2009, algunos meses antes de la convención política, la flor y nata de la climatología mundial se reunió en Copenhague. Los mejores investigadores del mundo presentaron sus últimos trabajos, lo que constituyó una suerte de actualización del último informe del IPCC, emitido en 2007 pero con informaciones anteriores a julio de 2005. El mes de julio pasado apareció un informe que recopilaba los trabajos y conclusiones del congreso, y que resultó a su vez peer-reviewed. En él leemos (reconozca por favor el lenguaje cauto):
“Un listón de 2 ºC, que en 2001 se creía que evitaría riesgos serios en los ‘cinco motivos de preocupación’[9], es ahora inadecuado para evitar riesgos serios … aunque el incremento de temperatura en 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales siga siendo el valor más citado para evitar el cambio climático peligroso, comporta sin embargo riesgos significativos[10] de impactos dañinos para la sociedad y para el medio ambiente.” (7)
Sin embargo, no hacemos el más mínimo caso de estas advertencias, por muchos Kiotos y compensaciones de carbono con que arañemos a la bestia. Ocurre entonces que:
“Las recientes observaciones confirman que se está realizando el escenario del ‘caso peor’ descrito por el IPCC. En muchos parámetros clave, el sistema climático se está moviendo por encima de los límites de la variabilidad natural en los que nuestra sociedad y nuestra civilización se han desarrollado y prosperado… Existe un riesgo significativo[11] de que muchas de estas tendencias se aceleren, aumentando el riesgo de transiciones climáticas súbitas o irreversibles.” (8)
Esto es en el lenguaje escrito. Porque en el verbal, en los coffe-breaks, las comidas y las recepciones, el tono era bien distinto. Dos semanas antes de la reunión, George Monbiot ya advertía en The Guardian que, si obramos como que ya es irremediable, entonces lo es seguro. Y señalaba:
“Calladamente en público, a gritos en privado, los científicos del clima están diciendo lo mismo: se acabó [it’s over]. El tiempo en que se podría haber evitado un incremento superior a 2 ºC ha pasado ya… En la trayectoria actual [de emisiones] tendremos suerte si nos quedamos en 4 ºC. La mitigación (limitación de la contaminación de gases de efecto invernadero) ha fallado; ahora debemos adaptarnos adonde la naturaleza nos lleve. Si es que podemos.” (9)
El mismo periódico británico, el único del mundo que cuenta con cuatro periodistas a tiempo completo exclusivamente dedicados al cambio climático, realizó una encuesta a los participantes en el congreso una vez éste hubo finalizado. Conclusiones: casi nueve de cada diez científicos presentes no creían que los esfuerzos políticos en curso consiguieran mantener el calentamiento global por debajo de 2 ºC. Escribe David Adam, miembro del equipo:
“Es más probable un crecimiento medio de 4 a 5 ºC a finales de siglo, dicen [los científicos], dado el crecimiento de las emisiones de carbono y los condicionantes políticos. Un cambio de esta magnitud trastornaría los suministros de alimentos y de agua, exterminaría miles de especies de plantas y animales y dispararía crecimientos masivos del nivel del mar.” (10)
Pero sin necesidad de encuestas y en sede mucho más formal, nada menos que el director del Energy and Sustainable Development de la Stanford University, David G. Victor, escribía en julio de 2009 en Nature, bajo el título de Global warming: why the 2 °C goal is a political delusion[12], que los intentos de mantener la temperatura por debajo de +2 ºC son virtualmente inútiles:
«El resultado real puede estar plagado de interacciones que destrocen (doom) el planeta al calentarse 2 ºC (o más), tanto si se cortan las emisiones como si no. Incluso con una gran dosis de suerte, el esfuerzo para conseguir +2 ºC sería heroico … y probablemente muy lejos de lo que los gobiernos pueden lograr. » (11)
Última referencia de la literatura gris. La alucinante figura que le presento más abajo fue publicada en la revista New Scientist en marzo de 2009. Formaba parte de un artículo titulado ‘How to survive the coming century’, en un número bajo el tema general de ‘Earth 2099’ (12).
Muestra cómo sería un mundo 4 ºC más caliente, en principio para 2100. El texto advierte de que algunos científicos prevén que esta situación se habrá producido en 2050, cosa que también anuncia el artículo mencionado de Nature para el caso de que todo siga igual (y para principios del siglo XXII si los acuerdos internacionales son tan débiles como los que no se alcanzaron en Copenhague) (13).

El mundo 4 ºC más caliente, según New Scientist, 25/02/2009. La vida en comunidad sólo es posible en las zonas verdes - Pulsar para mayor resolución
En las zonas marrón claro no es posible vivir debido a la falta de agua o calor excesivo; en las zonas marrón oscuro no es posible vivir por frecuencia excesiva de fenómenos extremos. Sólo es posible la vida humana en comunidad en las zonas verdes.
Tenga en cuenta que New Scientist, algo así como el equivalente británico de Scientific American, aunque de prestigio, no son revistas con el estricto peer-reviewed de los circuitos académicos. Difícilmente esta figura pasaría los estrictos controles de calidad de Nature, Science o muchas otras. Pero en el texto los redactores, dirigidos por Gaia Vince, han consultado con los primeros espadas de la climatología, científicos que publican, habitualmente, en las revistas donde se produce el avance de la ciencia. Los mismos que estaban en el congreso de Copenhague.
Cuando fueron preguntados por las consecuencias de esta situación, los científicos contactados por New Scientist declinaron hacer comentarios (12).
Usted puede creer que están todos equivocados, y que yo soy el primero. Pero le recomiendo que se informe bien, y en las fuentes correctas. No vaya a sucederle como a aquél que conducía por una autopista y escuchó por la radio la advertencia de que había algunos locos circulando en dirección contraria.
– ¿Algunos? ¡Pero si son todos!
Siguiente entrada de la serie:
Notas
[1] “Estoy profundamente convencido de que el nuevo milenio en el que acabamos de entrar decidirá el destino de la especie humana… Las primeras tres décadas de este siglo pueden ser decisivas. No es que nos estemos enfrentando a la perspectiva de una extinción como especie durante este período, pero vamos a establecer, irrevocablemente, la dirección que determinará la supervivencia o el fallecimiento de la vida humana tal como la conocemos. Desde luego, la fuente divina de toda vida, que muchos llaman Dios, no podría habernos enfrentado a un reto más paradójico.”
[2] Ejercicio: en los informes del IPCC, aumente en un grado verbal la probabilidad que menciona. Donde dice likely, usted diga very likely; donde dice very likely, diga virtually certain, y donde virtually certain diga que es seguro. El informe entero se convierte en un escenario casi tan pavoroso como el Génesis.
[3] Publicación académica cuyos artículos son revisados y validados por expertos de la misma área
[4] Sin embargo, cualquier desconocido con una idea novedosa o un trabajo excelente puede, en principio, publicar. Como fue el caso de Einstein, aunque su primer trabajo tardó varios meses en ser aceptado en la revista Science.
[5] ‘Una carga superior a lo soportable’
[6] ‘La situación climática puede ser incluso peor de lo que usted cree’
[7] ‘Cuidado con el escalón: los políticos deben apuntar a evitar un incremento de temperatura de 2 ºC, pero planificar para adaptarse a 4 ºC’
[8] Directamente, porque trabajos parciales de detalle que, integrados, llevan a esta misma conclusión, los hay a decenas, quizás centenares de miles.
[9] El IPCC definió en su informe de 2001 lo que denominó ‘Cinco motivos de Preocupación’ (Reasons for Concern), a saber: Riesgos para sistemas únicos y amenazados; Riesgo de fenómenos meteorológicos extremos; Amplitud de la distribución de los impactos; Impactos agregados; Riesgo de grandes discontinuidades futuras. Esto dio lugar a una conocida figura que fue bautizada como ‘Burning Embers’, pero muy criticada desde el punto de vista comunicativo: fuera de los enterados, casi nadie la entendió y, así, no trascendió en absoluto. Pulse aquí para ver esta imagen.
[10] Lo de significativos va muy bien para que uno pueda entender que pueden ser relativamente leves y otro que son gravísimos. En todo caso, leído en el contexto del lenguaje científico, estoy convencido de que se refieren a algo verdaderamente serio.
[11] Más de lo mismo. Hablar de riesgo significativo de cambios súbitos e irreversibles no debe merecer, en el lenguaje científico, ningún juicio de valor. Para eso estamos los demás. ¿Querrán decir algo muy, muy grave?
[12] Calentamiento global: Por qué el objetivo de +2 ºC es un engaño político
Excelente nota, hemos creado un enlace en nuestro sitio web. Felicitaciones por la transparencia y claridad del blog.
Fernando desde Argentina.
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