[Actualización 11/03/2011: Esta entrada ha obtenido el primer premio de la Fundación Biodiversidad, categoría blogs. Noticia y otros premiados aquí]
[Esta entrada ha sido publicada como artículo en la revista Ecologista, nº 66 – Otoño 2010. Artículo publicado aquí] – Versión en inglés aquí.

El Sistema Titanic a punto de sufrir una perturbación superior a su robustez
El clima de la Tierra es el resultado de la interacción de unos pocos componentes que no sólo se ven afectados por el efecto invernadero sino también por la influencia que este efecto tiene en sus distintos componentes. Estamos frente a un sistema formado por subsistemas, cada uno de los cuales tiene su propia forma de responder a las perturbaciones a las que está sometido. Si somos capaces de conocer matemáticamente las leyes (ecuaciones) de comportamiento de esos subsistemas, y también las ecuaciones (matemáticas) de cómo se interrelacionan e influencian mutuamente esos subsistemas entre si, la aplicación de las leyes (matemáticas) de la teoría de sistemas nos permite conocer (matemáticamente) el comportamiento del sistema completo.
Estos efectos de un componente que, a su vez, suponen perturbaciones de otro componente con el que están relacionados (por ejemplo, la disminución de la capa de hielo blanca deja al descubierto océano o área terrestre de un color más oscuro: por tanto, refleja mucho menos la radiación solar al espacio y la superficie liberada se calienta más que lo que lo haría si sólo existiera el efecto invernadero pero no este efecto añadido) son característicos de los sistemas realimentados, y puede demostrarse (matemáticamente) que las leyes matemáticas de comportamiento de un sistema de este tipo tienen unas características de funcionamiento que no resultan en absoluto evidentes:
- Retardo de los efectos con respecto a la causa
- Comportamiento de tipo exponencial (no proporcional)
Una característica bien propia del sistema climático es, además, su lenta evolución con respecto a nuestros sistemas atávicos de planificación y reacción.
La analogía «sistémica» de la dinámica del clima terrestre con el famoso buque Titanic me parece muy adecuada para comprender el comportamiento de un sistema retroalimentado sometido a una perturbación que supera su robustez. Esta película, dirigida por James Cameron en 1997, tiene además la virtud de haber sido la más taquillera de la historia y, por tanto, esta metáfora puede resultar significativa para un gran número de personas.
Algunas de las analogías que pueden establecerse se describen a continuación:
(más…)
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