
Fig. 1.- Cambios de temperatura del Hemisferio Norte estimados con varios registros proxy mostrados en azul (Mann 1999). Datos instrumentales en rojo. Nótese la gran incertidumbre (área gris) a medida que se retrocede en el tiempo.
Argumento ‘escéptico’
En 2003, el catedrático de economía Ross McKitrick, junto a un ingeniero canadiense de nombre Steve McIntyre, intentaron desacreditar el palo de hockey presentándolo como un sinsentido estadístico. Afirmaban que el gráfico adolecía de ‘errores de recopilación, truncamientos injustificado o extrapolación de datos originales, datos obsoletos, cálculos incorrectos de componentes principales, ubicaciones geográficas erróneas y otros defectos graves’, que afectarían sustancialmente a los valores de temperatura. (John McLaughlin)
Respuesta científica
Desde la publicación del artículo del palo de hockey en 1998 se han realizado varios estudios en base a distintos marcadores (proxies) tales como corales, estalagmitas, anillos de árboles, perforaciones y núcleos de hielo. Todos ellos confirman las conclusión original: el siglo XX fue el más cálido de los últimos 1000 años, y el calentamiento es muy elevado a partir de 1920.
Comentarios
Se entiende por palo de hockey la reconstrucción de las temperaturas de los últimos 1.000 ó 2.000 años obtenida mediante la utilización de anillos de árboles, núcleos de hielo, corales y otros registros que actúan como marcadores de la temperatura (Mann 1999). La reconstrucción mostró que la temperatura media de la Tierra descendió gradualmente durante los últimos mil años, cuya tendencia cambió a un ascenso pronunciado en el siglo XX. El principal resultado del palo de hockey es que la temperatura media de la Tierra de las últimas décadas es la más elevada de los últimos 1.000 años.
En 2004 se publicó una crítica a este palo de hockey (McIntyre 2004), afirmándose que la forma de la curva era meramente el resultado inevitable del método estadístico utilizado (análisis de componentes principales). Los autores también afirmaron que las temperaturas del siglo XV habían sido obtenidas a partir de un pino erizo (Pinus longaeva), concluyendo finalmente que la forma del palo de hockey no era estadísticamente significativa.
El National Center for Astmospheric Research llevó a cabo una nueva evaluación (Wahl 2007) . La reconstrucción de la temperatura empleó en este caso técnicas estadísticas diferentes (con y sin análisis de componentes principales). El resultado obtenido encontró sólo leves diferencias en la temperatura de principios del siglo XV, pero confirmó el resultado original del palo de hockey: que el calentamiento y las temperaturas de las últimas décadas no tienen precedentes por lo menos en los últimos 600 años.

Fig. 2.- Gráfico original del palo de hockey (azul - MBH 1998) comparado con la reconstrucción de Wahl & Ammann (rojo). Registro instrumental en negro (Wahl 2007).
Mientras algunos continúan fijándose en el primer trabajo de Mann, la paleoclimatología ha seguido avanzando. Desde 1999 se han realizado distintas reconstrucciones de las temperaturas del pasado, usando gran variedad de marcadores y metodologías diferentes. Todas conducen al mismo resultado: las últimas décadas han sido las más cálidas de los últimos 500 a 2.000 años (dependiendo de la fecha de origen de la reconstrucción).
¿Qué marcadores se emplean para determinar las temperaturas del pasado?
Los cambios en las temperaturas de la superficie envían ondas térmicas al subsuelo, enfriando o calentando la roca subterránea. Para efectuar el seguimiento de esos cambios se examinan las medidas de temperatura del subsuelo en unas 350 perforaciones de Norteamérica, Europa, Sur de África y Australia (Huang 2000). La reconstrucción a partir de perforaciones no nos proporciona valores a corto plazo, sino sólo variaciones en una escala temporal de siglos. Se encontró que el siglo XX fue el más cálido de los últimos cinco siglos, con la variación positiva más pronunciada de los últimos 500 años.

Fig. 3.- Variación de la temperatura media de la superficie de la Tierra a lo largo de los últimos cinco siglos a partir de perforaciones (línea roja). El sombreado representa la incertidumbre. La línea azul representa la media móvil de cinco años de los datos de HadCRUT cerca de la superficie (Huang 2000).
Las estalagmitas (espeleotemas) se forman con el agua freática de las cavernas subterráneas. A medida que se van acumulando, el grosor de cada capa puede utilizarse como un marcador climático. Una reconstrucción de las temperaturas del Hemisferio Norte a partir de estalagmitas muestra que, si bien el margen de incertidumbre (área gris) es significativo, la temperatura de la última parte del siglo XXsupera a la estimación máxima de los últimos 500 años (Smith 2006).

Fig. 4.- Reconstrucción de las temperaturas anuales del Hemisferio Norte a partir de las reconstrucciones usando espeleotemas con 2 desviaciones estándar (área sombreada) (Smith 2006).
Los registros históricos de la longitud de los glaciares pueden usarse como marcadores de temperatura. A medida que, yendo hacia atrás en el tiempo, el número de glaciares que es posible considerar disminuye, la incertidumbre aumenta. Sin embargo, en décadas recientes la temperatura excede el margen de incertidumbre de los últimos 400 años (Oerlemans 2005).

Fig. 5.- Temperatura media global calculada a partir de los glaciares. Las líneas rojas verticales indican la incertidumbre.
Estos ejemplos cubren sólo unos 500 años, período que no alcanza el Periodo Cálido Medieval. Cuando se combinan todos los marcadores – núcleos de hielo, corales, sedimentos en lagos, glaciares, perforaciones y estalagmitas – es posible reconstruir las temperaturas del Hemisferio Norte sin utilizar los anillos de los árboles y retrocediendo 1.300 años en el tiempo (Mann 2008). El resultado indica que las temperaturas en décadas recientes exceden el máximo estimado de los últimos 1.300 años (incluidos márgenes de incertidumbre) . Cuando se incluyen los anillos de los árboles se obtiene el mismo resultado para los últimos 1.700 años.

Fig. 6.- Reconstrucción de la composición de temperaturas en tierra y tierra más océano para el Hemisferio Norte y los intervalos de confianza evaluados al 95%. Se muestran para comparación las reconstrucciones del Hemisferio Norte publicadas (Mann 2008).
La paleoclimatología se basa en una serie de marcadores y metodologías que permiten calcular las temperaturas del pasado. De esta forma es posible confirmar los resultados básicos del palo de hockey: las últimas décadas han sido las más cálidas de los últimos 1.300 años.
John Cook – Skeptical Science
Traducido por Pedro J. y publicado en Usted no se lo Cree con autorización del editor.
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