“Out-of-the-box thinking is vital … Climate change is now reaching the end-game … it is all the more important to listen to non-mainstream voices who do understand the issues and are less hesitant to cry wolf. Unfortunately for us, the wolf may already be in the house.” [1]– Hans Joachim Schellnhüber (217)
“Afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria”, decía Carl Sagan, esposo de Lynn Margulis. En eso estamos. La elaboración de los textos que siguen en forma de entradas de blog me ha llevado mucho más esfuerzo del esperado – incluso cuando creía estar ya suficientemente informado. Bueno, esto ocurre siempre. Pero he decidido un título cuyo desarrollo requiere de un rigor extremo.
Algo a evitar militantemente en casos como este es el efecto conocido como “cherry-picking”, llamado así (recolectar cerezas) porque consiste en elegir solamente como apoyo los textos y papers que van en favor de un argumento cuya conclusión, normalmente, quien escribe conoce ya de antemano salvo que por el camino se vea obligado a desdecirse. En todo caso la preocupación ha sido decreciente en la medida de que son tantos los ejemplos de subestimación, y sobre tantas variables, que sólo con mala fe puede hablarse ya de selección intencionada. Si es usted un iniciado y encuentra algo demasiado forzado le ruego que lo considere involuntario. Si además me lo hace saber y encuentro razonada su objeción lo corregiré y avisaré de ello.
Siempre a peor
En el asunto climático la tendencia de siempre a peor se da en muchos parámetros más que la evolución de la temperatura o el nivel del mar como sospechosos habituales, pero no en todos. En algunas ocasiones, como en el caso de los aerosoles, oscila considerablemente de mejor a peor y viceversa. En otros, realmente muy pocos y generalmente sobre cuestiones más bien menores, se produce la situación inversa. Cuando la tendencia es uniforme hacia peor les doy validez en tanto que confirmación de la hipótesis; cuando oscila lo atribuyo a dificultades intrínsecas no resueltas del problema en cuestión. Si es hacia mejor lo doy por bueno. Me refiero siempre a tendencias sostenidas en el tiempo. Podría errar en algún caso, pero creo que el criterio es prudente y válido.
En todo caso cuando he tenido dudas he profundizado, buscando comentarios a los papers y, en algunas ocasiones, consultado directamente con los autores y también con otros expertos del área, generalmente de muy alto nivel.
Que muchas de las predicciones del IPCC de anteriores informes se hayan demostrado erróneas, siempre por defecto, es un hecho, no por (superficialmente) conocido, menos sorprendente y de importantes implicaciones que analizaremos más adelante. Ocurre en los tres grupos de trabajo (WG) – con singular desbarre como veremos y ya no debería extrañarnos en el Grupo de Trabajo III.
Desde luego no deja de sorprender que las magnitudes sucesivamente revisadas vayan siendo progresivamente más alarmantes a cada informe que pasa, casi monotónicamente. No sólo ocurre en el empeoramiento de las predicciones a igualdad de circunstancias sino, también en relación a las mediciones que se realizan respecto a predicciones hechas con anterioridad, que resultan haberse quedado casi siempre cortas.
Particularmente en el IPCC la presencia de los efectos mencionados en entradas anteriores son efectivamente muy visibles, principalmente por la voluntad de consenso [efecto 8] inherente al organismo, y constituyen una constante que atraviesa los sucesivos informes con pocas excepciones. Veremos en distintos post sucesivos numerosos ejemplos de subestimaciones, no solo del IPCC, que contrastarán sobremanera con los ejemplos de sobreestimación, muy poco numerosos y que en todo caso referiré al final.
En lo sucesivo iremos viendo subestimaciones muy evidentes, que irán conformando un patrón secuencial de «Erring on the side of least drama»:
“En su reciente libro autobiográfico, Hansen elabora el concepto de reticencia científica con mayor detalle, y sugiere que un factor adicional más allá del miedo a estar equivocado es consiste en el ‘descuento comportamental’ – el hecho de que algunas maneras de estar equivocado son peores que otras. En particular, los científicos se resisten a gritar “que viene el lobo” considerándolo un riesgo más inmediato que ‘tocar la lira mientras mientras arde Roma” … creemos que la evidencia apoya esta idea.” (218)
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Notas
[1] El cambio climático está llegando a su desenlace. Es ahora muy importante escuchar a las voces no habituales que comprendan el problema y que estén más dispuestas a gritar “¡que viene el lobo!”. Desgraciadamente, el lobo puede estar ya en casa – Hans Joachim Schellnhüber, director del Potsdam Institute for Climate Impact Research y exdirector del consejo asesor del gobierno alemán en cambio climático