Hace un par de meses anuncié la realización de una serie titulada ‘Cambio climático ¿cuánto es demasiado?’ en la que señalaba que iría publicando a razón de un promedio de 2 entradas semanales. Se han publicado ya muchos textos. Sin embargo, hace un mes que está (de nuevo) detenida y no estoy cumpliendo con lo prometido, lo que requiere una explicación.
En el proceso de redacción del blog suele ocurrir que algo que tenía mentalmente claro en un momento preciso, a la hora de ponerlo por escrito aparece la necesidad de una fundamentación mayor de la prevista, con lo que su elaboración precisa más tiempo del esperado. Hasta aquí, normal.
Pero hay ocasiones, como la actual, en las que un tema se revela, de forma inesperada, singularmente sugerente. Es el caso de los modelos integrados económico-climáticos, objeto de la próxima entrada.
Una cosa es haber previsto atribuir dudas sobre las hipótesis, inexactitud, incertidumbre excesiva, razonamiento inverso, e incluso magia astrológica, a la parte económica de estos modelos y a su integración con los climáticos, calificaciones que ya fueron esbozadas en la última entrada de la serie. Y otra, bien distinta, comenzar a sospechar que el negacionismo organizado se ha introducido … ¡en el mismísimo IPCC! Si, si, a través del Grupo III (Mitigación), que es donde aparecen estos trabajos. El cuarto informe ya aborda estos modelos de un modo mucho más cauto (aunque los sigue referenciando), pero en los primeros veo claros indicios de algo equivalente a como si en el grupo I (la ciencia física) se reflejaran las afirmaciones de los negacionistas profesionales Fred Singer, Roy Spencer, Richard Lindzen, Patrick Michaels u otros reconocidos farsantes.
Dígame usted, si no, qué hace en el grupo III un tipo como Richard Tol como autor líder, alguien que dice que, según sus análisis, la Tierra puede aumentar su temperatura media en +3ºC, y que de hecho esto es lo mejor que puede ocurrirnos. O como William Nordhaus, que tras casi 40 años en el tema diciendo que no pasa (económicamente) nada ahora propone como ‘solución óptima’ un impuesto al carbono de 5 $/tonelada, lo que resulta ser inferior al margen de fluctuación del precio de los combustibles. ¿Cómo es posible que el IPCC se haga eco de estos resultados, otorgando así relevancia a sus autores? Equivaldría a si en el grupo I se diera pábulo a que nos dirigimos a una edad de hielo, como mantienen algunos embaucadores contra toda evidencia. Otro ejemplo, entre muchos que estoy recopilando: según las ecuaciones de Nordhaus, si la temperatura de la Tierra fuera 15 ºC superior a la actual, el PIB mundial se reduciría un 50%. Sin embargo, está claro que esta situación llevaría a una virtual extinción de la humanidad.
Ocurre entonces que, cuando uno examina de cerca los modelos, se da cuenta de que la mayoría de los economistas del cambio climático han manipulado a conveniencia la parte climática. Pero la parte económica más todavía y, como no es verosímil suponer que no se dan cuenta cuando lo hacen, es difícil concluir otra cosa que una voluntad prestablecida de que el resultado final sea el que se ha decidido con anterioridad, promotor de la inacción por supuesto, mediante el empleo de suposiciones inverosímiles o directamente contrarias a la realidad.
Una afirmación de este tipo – si soy capaz de confirmarla o, como mínimo, de ofrecer suficientes indicios – es extraordinaria, y por tanto requiere de una fundamentación extraordinaria.
Pues en eso estoy. Tengo que leer mucho más de lo esperado, examinar muchos más modelos, ponderar argumentos a favor y en contra de cada uno, detectar conexiones de los autores, y también consultar con expertos. Es lo que estoy haciendo, para después ordenarlo y sintetizarlo de forma asequible.
Una alternativa habría sido no meterme en este berenjenal, y escribir el siguiente capítulo sin tantas pretensiones. Pero no quiero hurtar a mis lectores este suculento (supuesto) hallazgo. Entiendo pues que vale la pena aprovechar la oportunidad para profundizar en este momento, y proseguir con la serie pasado el período vacacional.
Gracias por su comprensión, querido lector.
Y mis disculpas por el retraso.
gracias a ti por el esfuerzo
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Una nvestigación que promete. Muchísimas gracias, Ferrán.
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Me dejas de piedra Ferrán. Confieso que si no fuese por tu blog, no me habría enterado, por el momento….pq imagino que al final todo llega. ¿Como puede ser que los científicos estén en esas?. Que indefensión .
Mucha suerte con tu investigación, estaremos al tanto…
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Sorprendente lo que puedes descubrir, como se confirmen tus sospechas. Muchas gracias Ferrán
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Los tomos «III» del ipcc, para mi, son una gran caja negra. Y supongo que muy pocos de los científicos del grupo I o del II los han leído, aunque siempre les han resultado sospechosos. ¿Terminará siendo un fraude el ipcc, aunque en sentido contrario a lo que dicen los que lo atacan? Siempre se ataca el trabajo (científicao) del grupo I o del II, esperamos a ver que pasa con el III…
gracias!!!
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Me sumo al anhelo colectivo.. Habiendo ejercido varios años la funcion de hacedor de modelos macroeconómicos, sé muy bien hasta que punto todo está en los supuestos.. Evidentemente, la penetracion del IPCC es el hallazgo mas deprimente.. Es posible que los climatólogos serios, deseosos de agregar una dimension económica a sus modelos, se haya encontrados en la sinremedio de tener que hacer casos a unos colegas economistas, los cuales como sabemos son (casi) todos unos «vendedores de prosperidad» (o sea habituados a decir a los políticos lo que necesitan oir) como decía Paul Krugman (ex jefe de los asesores de Bill Clinton), que sabía de que hablaba!
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Creo que algo así está ocurriendo en todos los ámbitos. La crisis económica está minando los recursos públicos, eliminando la investigación en ciencia y dejando en manos «privadas» la interpretación de hechos y responsabilidades.
Cuanto mas nos acercamos al precipicio mayores son las cortinas de humo que tienden sobre él quienes nos llevan al matadero.
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Impecable la postura y, confiemos que sí, seguro, serios los resultados
Gracias
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El miedo que todos tenemos es que en medio del actual caos económico se necesita dejar de lado el medioambiente por intentar rescatar un sistema económico absurdo y mal planteado, y seguramente se hará caiga quien caiga y a cualquier precio.
Estaré atento a tus explicaciones, seguro que serán de lo más interesantes. Gracias, Ferran.
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