Argumento ‘escéptico’
El IPCC erró también en su predicción con respecto a la selva del Amazonas, referenciando sus afirmaciones a un trabajo no peer reviewed[1] de un grupo de presión que trabaja con WWF. Además, en esta ocasión, su afirmación no está ni tan sólo fundamentada por el informe, y parece ser una mentira total (EU Referendum) (1).
Respuesta científica
La afirmación del IPCC sobre la selva del Amazonas es correcta. El error está en la referencia, pues olvidó citar los trabajos peer reviewed que fundamentan los datos. La ciencia peer reviewed anterior al informe del IPCC de 2007 encontró que hasta el 40% de la selva del Amazonas es vulnerable a la sequía. Trabajos subsiguientes sobre el terreno han confirmado estas aseveraciones.
Comentario
La afirmación del IPCC relativa a la selva del Amazonas ahora bajo sospecha se encuentra en la sección 13.4.1 del Cuarto Informe de Evaluación (IE4):
Hasta el 40% de la selva del Amazonas puede reaccionar drásticamente incluso a una leve reducción de la precipitación; esto significa que la vegetación tropical, la hidrología y el sistema climático de América del Sur pueden cambiar rápidamente a otro estado estacionario, sin que necesariamente se produzca una transición gradual entre la situación actual y la futura (Rowell and Moore, 2000) (2).
La referencia es “Estudio de los Incendios Forestales a nivel Global”, un informe no peer reviewed del WWF. Este informe declara:
Hasta el 40% de la selva brasileña es extremadamente sensible a pequeñas reducciones en la cantidad de lluvia. En la estación seca de 1998 cerca de 270.000 km2 se volvieron muy vulnerables al fuego, debido a la total ausencia de agua disponible en las plantas situadas por debajo de cinco metros del suelo. Otros 360.000 km2 de bosque tenían sólo 250 mm de agua disponible procedente de las plantas [Nepstad et al. 1999] (3).
El WWF afirma correctamente que 630.000 km2 de bosque estuvieron bajo unas condiciones de sequía severa en 1998, dato que procede de Nepstad 1999. Sin embargo, el dato del 40% procede de otros trabajos del mismo autor que el WWF no cita. Uno de ellos, de 1994, estimaba que cerca de la mitad de la selva amazónica había perdido una gran parte de su humedad del suelo durante la sequía (Nepstad 1994) (4). En 2004, nuevos datos de lluvias mostraron que la mitad del área boscosa de la Cuenca del Amazonas había estado por debajo, o había igualado, el nivel crítico de humedad del suelo por debajo del cual los árboles comienzan a morir (Nepstad 2004) (5). Los resultados de estos trabajos son consistentes con la afirmación original según la cual
‘Hasta el 40% de la selva brasileña es extremadamente sensible a pequeñas disminuciones de la cantidad de precipitación.’
Investigaciones posteriores han proporcionado información adicional acerca de la vulnerabilidad de la selva amazónica a la sequía. Mediciones sobre el terreno del umbral crítico de humedad del suelo encontraron que la mortalidad de los árboles aumentaba enormemente durante las épocas de sequía (Nepstad 2007) (6). Otro estudió midió el efecto de la severa sequía de 2005 en la biomasa amazónica (Phillips 2009). La sequía había causado una mortalidad masiva de árboles, comportando una disminución de la biomasa. Este hecho convirtió a la zona, de ser un sumidero de carbono, a ser un productor neto. El trabajo concluía manifestando:
Eventos de este tipo parecen ser capaces de alterar fuertemente el balance regional de carbono y, así, acelerar el cambio climático.
La investigación en la literatura científica peer reviewed muestra que la información presentada por el IPCC acerca de la selva del Amazonas es correcta. El único error consistió en que el WWF omitió la cita que fundamentaba la afirmación de que ‘Hasta el 40% de la selva brasileña es extremadamente sensible…’. En este caso, la lección a considerar es que el IPCC podría haber evitado este fallo si se hubiera referido directamente a los trabajos peer reviewed.
Los críticos del IPCC, en el caso de que su objetivo fuera una mejor comprensión de la ciencia, harían también muy bien en seguir este consejo.
Lectura complementaria
Daniel Nepstad, el científico que realizó los trabajos citados (y erróneamente no referenciados) del informe de WWF, ratifica la corrección de la afirmación del IPCC en el IE4 acerca de la sensibilidad de la selva del Amazonas a una reducción de la precipitación.
Examinar referencias
John Cook – Skeptical Science – 04/02/2010
Traducido y publicado en Usted no se lo Cree con autorización del editor.
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Notas:
[1]Peer reviewed: Trabajo de investigación publicado en la literatura académica homologada y revisado por expertos distintos de los autores