Este documental, dirigido por Martin Durkin, fue emitido por el Channel 4 británico en 2007, en un acto de contrainformación, pues coincidió con la emisión del cuarto informe del IPCC, que confirmaba los hallazgos de los anteriores y ampliaba el nivel de alarma. Es España se sabe sólo de su emisión por Telemadrid.
La habilidad de Martin Durkin para realizar reportajes por cuenta del contramovimiento antiecologista no era nueva. Ya en 1997 esta cadena de televisión tuvo que pedir disculpas a sus espectadores por la emisión de su documental Against Nature (Contra la Naturaleza), pues el organismo regulador británico del momento, el ITC, falló en contra del documental por información sesgada y manipulación fraudulenta de las respuestas de los entrevistados (1).
No contento con esto, Durkin, en su entusiasmo libertario-empresarial, realizó otro reportaje donde se desmentía completamente el riesgo de la silicona para los implantes mamarios, que fue criticado severamente por la clase médica e incluso por la BBC. Y otro acerca de los alimentos modificados genéticamente, que no fue sancionado por la ITC pero donde algunos de los entrevistados se sintieron engañados (2).
No he visto ‘Against Nature’ (que en su momento fue elevado a los altares por el Financial Times) ni ninguno de los demás. Pero si he visto ‘The Great Global Warming Swindle’ (El gran timo del calentamiento global, que en Telemadrid fue astutamente traducido por ‘La otra cara del cambio climático’). También algunos entrevistados se sintieron engañados y sus palabras fueron recortadas y editadas de tal manera que podría darse a entender que decían lo contrario de lo que en realidad habían dicho durante la entrevista. Este fue el caso de Carl Wunsch, un prestigioso oceanógrafo que de ninguna manera pertenece al colectivo ‘escéptico’, quien aseguró que no le habían advertido de la tendencia del reportaje, que tildó de ‘propaganda’ (3), y de Sir David King, por entonces director del gabinete científico del gobierno británico, que fue criticado por expresiones nunca pronunciadas, pero de quien desconozco reacción alguna (4). Algo parecido es lo que concluyó la Ofcom, nuevo organismo regulador de defensa del espectador, cuando declaró en mayo de 2008, más de un año después de la emisión original, que el documental “incumplió con la obligación de presentar un abanico de puntos de vista acerca de un tema controvertido, y trató de forma desleal a los entrevistados”. El 4 de agosto de 2008 Channel 4 emitió sus disculpas y señaló alguno de los errores del documental, aunque no todos.
Que un organismo regulador que vela por la veracidad de la información sensible emita un veredicto de culpabilidad a un libelo repleto de mala fe es una buena noticia. Pero que ese mismo organismo regulador califique la ciencia del cambio climático como ‘controvertida’ es, en realidad, una victoria de la maquinaria de negación. Los aspectos centrales de la ciencia del cambio climático no son controvertidos. Pero mediante la creación de decenas de think tanks conservadores (que de ninguna forma podían emplear a decenas de climatólogos ‘contrarios’, puesto que no han encontrado tantos ni mediando las mayores dádivas), la industria energética estadounidense había creado, desde finales de los años 80, un simulacro de sistema científico paralelo, con el único objetivo de combatir la ciencia correcta mediante una pseudociencia paralela y dar a entender a la opinión que todavía hay mucho debate, demasiado desacuerdo entre los científicos (5) y que, por tanto, la ciencia todavía no había dicho su última palabra y quedan muchas incertidumbres por resolver. Así que esa influencia mediática, y desde luego de relaciones públicas y quién sabe si de algo más, debió haber llegado hasta el mismo seno de los organismos reguladores de la veracidad, y consiguió atenuar la contundencia que hubiera sido deseable.
La comunidad científica no quedó, por tanto, nada contenta con el texto del veredicto del organismo regulador (6, 7). Se había pronunciado cuando 37 científicos británicos, los más activos en las disciplinas relacionadas con el cambio climático, tuvieron que perder el tiempo desmenuzando todas y cada una de las falacias del documental (8). En Internet se pueden encontrar, asimismo, distintos lugares muy respetables donde se ponen de manifiesto las tácticas y las falsedades que contiene, como la que la prestigiosa Real Climate, la web pública científicamente más rigurosa, publicó tan pronto como al día siguiente, y que fue comentada por más de 500 lectores (9), o el National Oceanography Center (10).
Durkin, que no sabe nada de climatología, presenta un conjunto de gráficos, algunos de ellos trucados o superados, que a buen seguro confunden a las personas desconocedoras.
Como he señalado, “The Great Global Warming Swindle“ no sólo fue desinformación, sino también contra-información, orientada a atenuar el impacto del cuarto informe del IPCC. La primera parte del cuarto informe del IPCC, la más indicativa, fue presentada públicamente en febrero de 2007, y gozó de una repercusión mediática importante, por lo menos en los países de habla inglesa. El documental fue emitido el 8 de marzo del mismo año.
Cuando lo vi por primera vez, confieso que me sentí aturdido. Decía cosas muy bien dichas, con palabras cuidadosamente seleccionadas. Revisé mis fuentes para reubicarme, comprobé que habían manipulado los gráficos y, pasada la indignación, pasé a divertirme de lo lindo con el visionado posterior de un programa que primero encontré en eMule, pero que está también (aunque en versión reducida) en la web desmogblog (11), muy activa en el desenmascaramiento de la desinformación. Se trata de un debate-respuesta al documental, emitido por la televisión australiana, donde los escépticos son pasados por la ciencia mediante un par de científicos de primer nivel, y donde el moderador entrevista, en solitario, a Martin Durkin, que se creía muy listo.
Fue la primera vez que vi a un periodista bien preparado en el tema enfrentarse a un escéptico profesional. A pesar de los argumentos que Durkin llevaba bien estudiados, Tony Jones consigue, mediante la evidencia, colocarlo contra las cuerdas. Durkin primero parece que chulea al periodista, pero poco después el lenguaje gestual y la abundante transpiración le delatan y no dejan lugar a dudas de que ha sido pillado en falta. Frente a las cámaras.
Recomiendo vivamente el visionado de este programa a todo aquél que pueda entender el inglés. Por cierto, a pesar de ser australiano, la mayoría de los presentes habla de forma muy inteligible (12).
Si usted comenta con sus amigos este asunto y han visto el reportaje notará que, salvo que hayan profundizado en ello, han quedado ‘tocados’ por el mismo. La verdad es que está muy bien realizado, con las técnicas de persuasión visual perfectamente ejecutadas (aunque perceptibles al espectador atento) y un lenguaje muy bien encontrado para la consecución del efecto deseado: desinformar.
Promoción del reportaje en Internet
Es muy posible que haya gente que lo haya visto, y no sólo los madrileños que, mediante la conexión Recarte-Libertad Digital-Dirección de Informativos de Telemadrid tuvieron el infortunio de ser iluminados con nueva esperanza. Si usted busca ‘cambio climático’ o ‘calentamiento global’ en Google, uno de los primeros enlaces será hacia el documental. O sea que hay personas expertas en SEO (Search Engine Optimization) permanentemente ocupadas en que ese enlace sea de los primeros de la lista.
Si usted emplea un programa de descarga de archivos tipo eMule, Ares o similar, con las mismas palabras clave verá cómo, si le salen 50 videos, por lo menos 40 son este mismo documental, bajo distintos títulos y en distintos idiomas. En la ilustración le muestro una pantalla mía de hace pocos días. Pulse en ella para mayor resolución y verá cómo simulan que ha sido realizado por la NASA, la BBC o la respetable cadena franco-alemana Arte. Falso de toda falsedad.
Por supuesto han montado su propia web (13), y el DVD estuvo a la venta al día siguiente a través de redes de distribución bien gestionadas.
Y si usted hubiera acudido al museo de la ciencia de Barcelona (CosmoCaixa) en la primavera de 2008 a una conferencia sobre cambio climático dirigida ¡a jubilados! (no es mi caso, lamentablemente), se hubiera encontrado con auténticos sicarios que, en persona, estaban presentes sólo para invitar a los asistentes a descargar este reportaje de Internet. Están en todas partes, forman una red muy bien coordinada. Afortunadamente allí estaba yo para complementar la recomendación y sugerir que también descargaran el debate australiano. Pero pocos de aquellos jubilados debían saber inglés.
Una agencia de estudios de opinión pasó una encuesta inmediatamente después de la emisión del programa por Channel 4: alrededor del 80% de los espectadores se habían creído sus argumentaciones y concluyeron que, efectivamente, esto del cambio climático es un cuento chino. No hay nada mejor que decirle a la gente lo que quiere oír para que estén de acuerdo. El rigor es lo de menos. Basta con dominar las técnicas de propaganda.
Negacionistas, misión cumplida.
PS: El reportaje, como no, contaba con la participación de Richard Lindzen, clásico negacionista irreductible (o reducido por otros) que ha perdido ya completamente los papeles. Lo malo es que hay quien todavía le ofrece voz pública, como ha ocurrido con La Vanguardia en un desdichado ‘especial’ sobre cambio climático que se vende todavía, pues es del 4º trimestre de 2009. Puede ver aquí nuestros comentarios acerca de ese lamentable artículo.
ACTUALIZACIÓN 15/03/2012: Video de Peter Sinclair subtitulado por Arne Perschel
Este otro, más breve, cuenta la influencia del sol en el cambio climático y cómo el documental manipula el gráfico de temperatura en función de la radiación solar (en inglés):
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Hola, qué tal?
Disculpen tienen algun sitio de donde pueda bajar el documental against nature.. o ver online?
gracias
*interesante información
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Lo siento, he buscado por todas partes sin fortuna. En eMule parece que sea éste pero sale el del clima. Tal vez en otros programas de descargas.
Saludos
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Si esos gráficos son falsos, dónde se consiguen los verdaderos?
Hablo de datos reales, tomados de núcleos de hielo o directamente de la tropósfera, ya que cualquier dato derivado de una simulación, por motivos obvios, no sería de fiar.
La pregunta es simple, ya que con ellos cualquiera podría realizar los análisis para ver si existe algún coeficiente de correlación.
¿Los datos manejados por la geología y la paleontología son fiables?
Pregunto lo anterior porque el holoceno sería un punto su se lo compara con la distancia temporal que nos separa del Proterozoico. Creo que mejor sería trabajar con miles o cientos de miles de años, que con un milenio, una década o un siglo.
Teniendo los datos, cualquier estudiante de ingeniería de primer año estaría en condición de analizar si dos series de datos están correlacionadas.
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Los verdaderos se consiguen en la literatura científica, y este procedimiento es lo que los convierte en fiables. Hay 13.950 artículos científicos desde 1991 a 2012. Los datos de temperatura reciente (últimos 150 años) de GISS, NOAA y HadCRUT son públicos.
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