Dijo el multimillonario Warren Buffet que, naturalmente, la lucha de clases existe. Que quienes la libran son ellos, los superricos, y que la están ganando. La Philanthropy Roundtable, junto a la Business Roundtable constituyen, sin ningún género de dudas, el estado mayor de uno de los bandos en liza. El bando que, chequera en mano, va ganando por goleada. La clase dominante. Si usted no sabia donde está el poder económico estadounidense (y mundial), ahora ya lo sabe: está, o se reune, en estas dos organizaciones.
La Philanthropy Roundtable agrupa a unas 600 personas, entre las más ricas del mundo, y a representantes de grandes empresas donantes. Las que quieren influir en la percepción de la realidad para que usted y yo acabemos votando a partidos ultraliberales porque, para los socios de esta mesa redonda, lo más importante es pagar el mínimo de impuestos si bien, por supuesto, disfrazan este objetivo de ideología free market y de filantropía independiente. Y a fe que lo consiguen.
Estas organizaciones constituyen el centro neurálgico no sólo del movimiento negacionista climático, sino de algo de mucho mayor alcance: la reacción neoconservadora estadounidense a lo que, en los años 70, el capital de ánimo totalitario consideró una ‘deriva intolerable hacia la más destructiva de las tendencias igualitaristas’ (1) promovido por el partido demócrata. De modo que convenía reaccionar, y promover urbi et orbe, no ya el sistema económico, sino la cultura ultraliberal, la aceptación social de la desigualdad cualquiera que sea su dimensión, la conformidad de los votantes (ellos dicen taxpayers) al capitalismo descontrolado en toda su extensión, la creencia genneralizada de que siempre es mejor lo privado que lo público. El manifiesto de Lewis Powell, de la Cámara de Comercio, fue determinante como iniciador de la adopción de esta estrategia.
Dado que hoy en día sería inaceptable jugar fuera de la democracia formal, lo que hay que conseguir es que los votantes voten contra si mismos. ¿Cómo se hace esto? Por ejemplo, mediante la Philanthropy Roundtable, algo así como el equivalente capitalista de la Internacional Comunista. A poco que la fórmula funcione y se pase algo de vueltas, la gente acabará votando a delincuentes procesados por corrupción y hasta a declaradores de guerras inútiles.
Los miembros de esta organización son las fundaciones ‘caritativas’, entes jurídicos donde las personas más ricas de los Estados Unidos, portadoras de la orientación más conservadora en lo político, lo social, lo económico y lo religioso, colocan buena parte de sus fortunas a salvo de impuestos.
Es pues razonable suponer que la Philanthropy Roundtable constituye uno de los foros principales donde se decide la estrategia de financiación de este imponente movimiento totalitario. Cuenta actualmente con unos 600 socios, cuya financiación conjunta a la maquinaria de promoción del pensamiento ultraconservador, ultraliberal y fundamentalista cristiano dominionista mueve miles de millones de dólares cada año.
Algunas de las fundaciones caritativas más significadas forman parte de la junta directiva de esta singular asociación de donantes. Destaca el papel determinante jugado por la Lynde and Harry Bradley Foundation
La Philanthropy Roundtable cristalizó gracias a los buenos oficios de William E. Simon, persona de gran influencia y principal ejecutor práctico del manifiesto de 1971 conocido como Informe Powell, propuesta movilizadora de la derecha económica para la defensa del capitalismo que aparentaron suponer amenazado con las políticas que llevó a cabo el Partido Demócrata desde el New Deal de los años 1930. En realidad se trataba de un movimiento de hartazgo fundamentalmente estético, a la vista de la incapacidad mostrada por el Partido republicano para alcanzar la hegemonía social primero, y el poder político después. Recordemos que la mayoría republicana de las cámaras no se consiguió hasta 1996, tras muchas décadas de mayoría demócrata aplastante y sólo breves períodos de presidentes republicanos (Eisenhower, Nixon, Ford) que, a juicio del gran empresariado, no eran lo bastante de derechas.
William E. Simon había sido el responsable de la política energética y Secretario del Tesoro estadounidense en tiempos de Richard Nixon, por lo que estaba bien posicionado para ejercer de catalizador del movimiento de reacción. Para ello, a finales de los años 1970, presumiblemente aconsejado por distintas agencias de PR, escribió consecutivamente dos libros, titulados A Time for Truth y A Time for Action – que fueron prologados por los economistas ultraliberales Frederick Hayek y Ludwig von Mises, de la escuela de Chicago – donde llamaba a la creación de una ‘contrainteligencia’ (counterintelligentsia) y a la financiación ‘a raudales’ de la promoción del capitalismo en todos los ámbitos por parte de las personas interesadas en su mantenimiento y creciente desregulación. Esta iniciativa coincidió con la creación de los think tanks conservadores, centros de emisión de argumentarios distribuidos geográficamente, temporalmente e ideológicamente (hasta cierto punto). Es decir: esta ideología ha triunfado finalmente.
Fundador:
William E. Simon (1927-2000)
Secretario del Tesoro EE.UU con Gerald Ford Jr.
Administrador de la Federal Energy Office (‘Energy Czar’)
Presidente del Oil Policy Committee
Miembro del comité presidencial Energy Ressources Council
Presidente del Comité Olímpico de los Estados Unidos
Caballero de Malta
Collar de la República Egipcia / Orden del Nilo (de Anwar el Sadat)
Miembro del consejo de administración de Xerox, Citybank, Halliburton, Dart & Kraft, United Technologies
Fundador de la William E. Simon Foundation
Presidente de la John M. Olin Foundation
Patrono de la John Templeton Foundation
Miembro del consejo de la Heritage Foundation
Libros: A Time for Truth (1978), A Time for Action (1980)
«There is only one social system that reflects the sovereignty of the individual: the free-market, or capitalist, system.»
Presidente:
Michael Grebe
CEO de L&H Bradley Fnd
Adam Meyerson
Presidente de Donors Capital
Ex-director ejecutivo de la Heritage Foundation
Codirector del Wall Street Journal on Management
Ex-redactor de editoriales del Wall Street Journal (1979-1983)
Ex director de la revista American Spectator
Ex ejecutivo de la Heritage Foundation (fundamentalismo cristiano)
Miembro de Adas Israel Congregation
Año de fundación:
Años 1970, informalmente. Se constituye formalmente en 1991
Junta directiva:
Daniel S. Peters (Chairman)
Presidente de la Ruth and Lovett Peters Foundation
Buckeye Institute
Procter and Gamble
Heather Richardson Higgins (Vice Chairman)
Independent Women’s Forum
Randolph Foundation
W.H. Brady Foundation
Joseph S. Dolan (Secretario y tesorero)
Achelis & Bodnam Foundation
Antes en J.M. Foundation
Kimberly O. Dennis (Vocal)
D&D Foundation
Director de área en American Enterprise Institute
Antes en:
John M. Olin Foundation
Institute for Humane Studies
Pacific Research Institute for Public Policy
Donors Trust
Earhart Foundation
W.H. Brady Foundation
Independent Women’s Forum
Political Economy Research Center
Chester E. Finn (Vocal)
Presidente de la Thomas B. Fordham Foundation
Presidente del Thomas B. Fordham Institute
Antes en:
National Commission on Philanthropy
Civic Renewal
James Piereson
Vicepresidente
Presidente de la William E. Simon Foundation
Senior fellow del Manhattan Institute
Miembro del Consejo de la revista American Spectator
Miembro del Consejo de la Hoover Institution
Miembro del Consejo de Donors Trust (permite donaciones anónimas)
Antes John M. Olin Foundation
Activos:
Medios de comunicación:
Philanthropy (quincenal)
Misión declarada:
Founded with the belief that voluntary private action offers the best means of addressing many of society’s needs, the Philanthropy Roundtable is a bastion of the conservative philanthropy world. While open to all, the group is largely composed of and funded by conservative philanthropies and groups, mainly for its belief that philanthropy is most likely to succeed when it focuses not on grand social designs, but on individual achievement, and where it rewards not dependence, but personal initiative, self-reliance, and private enterprise.
Agencias de PR:
Actividades:
El premio William E. Simon al liderazgo filantrópico 2011 recayó en Charles G. Koch
La Philanthropy Roundtable fue la promotora (spin-off) de Donors Trust y Donors Capital Fund, con el fin de asegurar el anonimato de ciertas donaciones
Orígenes de la financiación:
Allegheny Foundation $250,000
Barbara and Barre Seid Foundation $47,116
Brady Education Foundation $921,500
Castle Rock Foundation $85,000
Charles G. Koch Charitable Foundation $219,500
Claude R. Lambe Charitable Foundation $44,200
Dick and Betsy Devos Foundation $28,000
Earhart Foundation $155,000
F.M. Kirby Foundation $149,000
Gilder Foundation $5,550
Gordon and Mary Cain Foundation $3,000
Jaquelin Hume Foundation $175,000
J.M. Foundation $200,000
John M. Olin Foundation $939,000
John Templeton Foundation $607,500
Lynde and Harry Bradley Foundation $2,585,000
Philip M. McKenna Foundation $6,500
Randolph Foundation $400,000
Roe Foundation $28,000
Ruth and Lovett Peters Foundation $411,000
Samuel Roberts Noble Foundation $48,750
Sarah Scaife Foundation $130,000
Scaife Family Foundation $125,000
Shelby Cullom Davis Foundation $135,000
Smith Richardson Foundation $2,000
Thomas B. Fordham Foundation $41,000
W.H. Brady Foundation
Walton Family Foundation $210,800
William E. Simon Foundation $1,401,000
William H. Donner Foundation $30,000
Detalle de los orígenes de financiación
Fuentes
Addenda 17/11/2012 pendiente de proceso:
John Mashey – Fake science, fakexperts, funny finances, free of tax – Desmogblog, 14/02/2012 – http://www.desmogblog.com/sites/beta.desmogblog.com/files/fake.pdf
“Philanthropy Roundtable Board:324 (@: past affiliations)
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