Está hoy la bloguería estadounidense revolucionada por un artículo de Elisabeth Rosenthal en el New York Times. Dicho artículo aparece en portada y, en el faldón de la propia portada, un anuncio de ExxonMobil, presumiblemente una campaña sostenida en el tiempo.
En diciembre ya cayó Andrew C. Revkin, considerado uno de los mejores periodistas especializados en cambio climático. El NYT venía informando sobre el asunto con notable corrección hasta que, en la primavera pasada, coincidiendo con una campaña de publicidad (también en portada) de ExxonMobil, disminuyó el número de sus artículos y, sobretodo, comenzó a dar voz a negacionistas. La campaña de ExxonMobil coincidió, a su vez, con la presentación por parte del gobierno de Barack Obama de la ley de control de emisiones al Congreso de los Estados Unidos.
Ayer, coincidiendo también con un faldón en portada de ExxonMobil, le hicieron publicar a Elisabeth Rosenthal un artículo en el que el pretendido ‘balance’, a saber, presentación de las ‘dos opiniones’ (como si en ciencia esto fuera posible) estaba francamente decantado. Un experto en comunicación ambiental, Robert J. Brulle, de la Drexel University, ha señalado que:
Con este artículo, el New York Times pasa a formar parte de la cámara de resonancia del movimiento de desinformación climática
Rosenthal ha otorgado voz a tres de los más siniestros personajes del mundo desinformador con argumentario: Christopher Monckton, un pintoresco licenciado en historia que ejerce de periodista, Roger Pielke Jr., doctor en ciencias políticas y el senador republicano John Barrasso. El primero, que se hace llamar Lord Tercer Vizconde, ha calificado, de palabra (ver vídeo más abajo) y por escrito a los activistas de Copenhague de Jóvenes Hitler, y en Australia hace poco que advirtió de que la conferencia de Copenhague era el preludio de una dictadura mundial. Pielke nos ofrece un ejemplo de inversionismo y de desconocimiento (?) de qué es la ciencia en un artículo del CATO Institute bajo el título de ‘Cuando los científicos politizan la ciencia‘ (por cierto, que la revista oficial del think tank libertario por excelencia se llame Regulation tiene guasa de colmo inversionista, y es revelador). El tercero presentó una enmienda por la que se hubiera dejado sin fondos al recientemente creado Center on Climate Change and National Security, organismo dependiente de la CIA.
En cambio, la posición del IPCC era sólo tibiamente defendida por la propia periodista, quien dice haber hablado largo rato con Rajendra Pachauri, el presidente del mayor organismo de información científica jamás constituido, el IPCC. Éste llegó a enviar a Rosenthal su declaración de la renta y las facturas del instituto que dirige, con el fin de demostrar que no está sujeto a un conflicto de intereses, de lo que últimamente se le viene acusando.
Así, nos hemos enterado de que: 1) Pachauri, que dice trabajar cerca de 20 horas diarias, ingresó en año pasado 39.000 dólares, 2) Las consultorías que efectúa son facturadas por el TERI, el instituto que dirige y 3) El New York Times ha dejado de ser un periódico creíble, por lo menos en materia climática.
Se impone así revisar la entrada de ayer, con el video de Ross Gelbspan.
Mayor información:
Periodismo climático: Who you gonna call?