Comencemos con un juego. Usted y otras nueve personas que no conoce ganan un viaje de un fin de semana a París. Una vez allí, les dicen que deberán costearse todos los gastos, también los de vuelta, a menos que sean capaces de encontrarse todos a las 12 del mediodía del domingo en un mismo lugar. Además, de conseguirlo, ganarán un millón de euros cada uno. ¿Usted adónde acudiría? Yo iría a la Torre Eiffel. Usted también, probablemente.
En este ejemplo clásico, la Torre Eiffel es lo que, en teoría de juegos, versión cooperativa, se denomina un punto focal (1). Consiste en un referente común, válido en ausencia de comunicación adecuada.
La comunicación del problema del cambio climático, tanto a las élites como a la población, es uno de los aspectos todavía no bien resueltos, entre otros motivos porque la intervención de los científicos sociales es muy reciente – con la notable excepción de los economistas, demasiado a menudo descreídos y casi siempre atenuadores de la seriedad de la cuestión. Desde luego podemos culpar al negacionismo organizado por su incesante interferencia en el proceso, y probablemente acertaríamos si le atribuimos la responsabilidad principal de la resistencia colectiva a tomar cartas en el asunto en la magnitud necesaria. Pero el negacionismo ahí está y, a la espera de poderle exigir en su momento la responsabilidad que le corresponde, debemos lidiar con él e idear estrategias que permitan atenuar o superar su influencia. (más…)