Si se fundiera todo el hielo del planeta, el nivel del mar aumentaría del orden de 75 metros. Sabremos si esto ocurrirá inexorablemente cuando, dentro de pocos años, tengamos la certeza virtual de que ya hemos llegado tarde a todo (o casi); hoy sólo tenemos la sospecha, y el miedo.
Por ahora, el nivel del mar ha aumentado en la última década a un ritmo situado en el límite superior de las predicciones del IPCC (3,4 mm/año y subiendo, con lo que superará ese valor), mientras que en el siglo XX aumentó a razón de 2,3 mm/año. Casi nadie de buena fe duda ya de que todas las predicciones del IPCC relativas al nivel del mar se quedaron no ya cortas, sino muy cortas – al igual que está ocurriendo con las de la superficie de hielo en el Ártico. Todo parece ocurrir mucho más deprisa, unos 100 años antes de lo previsto.
Sólo la evolución de la temperatura se mantiene dentro de los márgenes anunciados, y si no aumenta más es debido, muy probablemente, a la enorme cantidad de centrales térmicas de carbón sin protección que se han construido en China en la última década (2-3 por semana), que emiten enormes cantidades de aerosoles de azufre que apantallan el sol, compensando así el efecto invernadero del CO2 procedente del carbón que queman. Igual que ocurrió después de la 2ª guerra mundial en Europa y EE.UU, hasta que fueron obligadas a colocar filtros para evitar la lluvia ácida en los años 1970.
Jerry X. Mitrovica es un físico australiano, de la Universidad de Toronto, y uno de los mejores expertos del mundo en la dinámica del nivel del mar. He visto una charla suya en la Universidad de Harvard que me ha resultado especialmente ilustrativa respecto a esta cuestión, además de producirme un considerable gozo intelectual. Puede verla aquí si entiende bien el inglés (30 min). Lo que sigue es un rápido resumen, para concluir con algunas aportaciones mías al respecto.
Mitrovica examina tres argumentos negacionistas (él los llama ‘escépticos’), y los desmonta claramente. Uno es que el aumento del nivel del mar, a un ritmo de 2 mm/año, no tiene nada de anormal porque, dicen, eso viene siendo así desde hace 2000 años. Según esta afirmación, en el año cero el nivel del mar habría sido 2 m inferior al actual, y Mitrovica demuestra convincentemente, mediante distintas evidencias arqueológicas, que no era así. Por el contrario, esos 2 mm/año fueron anómalos sólo en el siglo XX, por no haberse dado una variación de esta magnitud desde el final de la gran fusión que tuvo lugar después de la pasada edad de hielo, hace unos 10.000 años. Otro argumento negacionista es que el ritmo de aumento no aumenta, y Mitrovica muestra lo erróneo de esta aseveración analizando las mediciones por satélite, que reflejan un crecimiento exponencial. Pero el tercero es, en mi opinión, el más interesante, por lo contraintuitivo del fenómeno que describe.
Sabemos que una de las tácticas preferidas del negacionismo es el ‘cherry-picking’, a saber, tomar una parte por el todo, eligiendo ésta a conveniencia. En el extremo dicen que, si hace mucho frío, o hay un récord de temperatura mínima, eso equivale a que no hay calentamiento. Ya se ve que esto no se sostiene.
El problema europeo
Pero hay casos menos evidentes. Un negacionista puede soltar: “¡El nivel del mar en Europa ha aumentado sólo 1,5 mm/año!” Y es cierto, es así. Él deduce entonces que el nivel del mar, ya ven, no sólo no crece en ritmo, sino que de hecho este ritmo disminuye. Luego no puede ser que se estén fundiendo las masas de hielo, luego no hay calentamiento o éste no funde nada. Luego no preocuparse por los combustibles fósiles, que no de otra cosa se trata en términos de negacionismo climático.
Mitrovica se refiere a este argumento como ‘el problema europeo’, no sin cierta sorna. Veamos: ¿por qué el nivel del mar crece menos en Europa que en otros lugares?
Usted, como yo, probablemente creía hasta ahora que el aumento del nivel del mar resultado de la expansión térmica y la fusión de las grandes masas de hielo del planeta se va distribuyendo de modo más o menos uniforme por todos los océanos. Bueno, pues no es así. Ni mucho menos.
La explicación es la siguiente. La fusión de las grandes masas de hielo por el calentamiento está vertiendo ahora aproximadamente 1 km3 diario de agua a los océanos, y subiendo (1). Esto se sabe a través de distintas técnicas, entre las que se encuentran las medidas gravimétricas de pérdida de masa de Groenlandia y la Antártida. Son pues esto, pérdidas de masa.
Por la ley de atracción de masas, tanto Groenlandia como la Antártida ejercen una atracción gravitatoria sobre el agua (y viceversa), de forma que, cuando pierden masa, esta fuerza disminuye, provocando así un efecto de disminución del nivel del mar en sus proximidades. Así, esta disminución se opone, siquiera parcialmente, al aumento del nivel del mar por la propia aportación de agua al fundirse. Pero ¿cuál es mayor? Diríase que este efecto gravitatorio tendría que ser poco menos que despreciable…
¿Reducción del nivel del mar?
Pues depende de la distancia a la que nos situemos. En este punto hay algo sorprendente. Supongamos que una parte de Groenlandia se funde de tal forma que la masa que vaya a perder lleve a un incremento (medio global) del nivel del mar de un metro. Nadie, hasta hace muy poco, había calculado con precisión la influencia de la variación de la fuerza gravitatoria. Pero ahora se ha hecho el cálculo riguroso, y la sorpresa consiste en que, en la costa de Groenlandia, el nivel del mar se reduciría ¡20 metros! Para el caso de que Groenlandia se fundiera completamente, cosa por otra parte nada improbable a medio-largo plazo, el nivel del mar en su costa se reduciría en 100 metros (ceteris paribus, todo lo demás igual).
Esto sale de aplicar algo tan simple como las leyes de Newton. Nada de complejos modelos parametrizados.
¿Y Europa? Como sabemos, la ley de atracción de masas, pura mecánica newtoniana, señala que la fuerza con la que se atraen dos cuerpos es directamente proporcional al producto de las masas respectivas, e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia. De modo que este efecto gravitatorio disminuye fuertemente con la distancia. Sin embargo, estamos hablando de grandes masas, lo que hace que en algunas zonas de Europa el efecto se deje sentir todavía, siquiera levemente. Éste es el motivo por el que el nivel del mar crece en Europa, en promedio, menos que el promedio mundial.

Huella gravitacional tras una fusión teórica de Groenlandia capaz de aumentar el nivel del mar un promedio de 1 m
La figura que presentó Mitrovica es muy reveladora a este respecto. La zona azul oscuro corresponde a aquella, alrededor de Groenlandia, en la que el nivel del mar disminuye entre 0 y 20 metros. Nótese que, en las condiciones planteadas, abarca a Escocia y buena parte de Escandinavia, que verían aumentar su territorio no sumergido.
Esto se puede hacer con las otras dos masas de hielo, a saber, la Antártida y los glaciares, dando lugar cada una a su propia “huella” en la distribución global del incremento del nivel del mar (sea level fingerprint).
Mitrovica publicó en Science un análisis equivalente para el caso de fusión total de la masa de hielo de la Antártida Occidental, lo que correspondería a un incremento promedio del nivel del mar de unos cinco metros. El caso de la Antártida es más complejo debido a que parte del hielo es submarino, y a que la fusión del hielo provocaría una elevación del subsuelo, que ocuparía parte del volumen antes ocupado por el hielo. Teniendo en cuenta estas correcciones, el resultado puede verse en la figura. Demostró que, en estas condiciones, la peor parte se
la llevan las costas de los Estados Unidos (2).
Este mismo ejercicio se ha hecho también con los glaciares, singularmente los cercanos al mar (Alaska, Canadá, Patagonia). Aunque, como en el caso de Groenlandia, al no mencionar Mitrovica referencia alguna hay que suponer que son trabajos todavía en curso o pendientes de publicación.
Pequeño gozo intelectual
Nótese que se trata de ejercicios teóricos pues, de los tres conjuntos de resultados (Groenlandia, Antártida y glaciares), en cada uno de ellos se supone que las otras dos masas de hielo no sufren perturbación alguna por el calentamiento, lo que evidentemente no se daría en la práctica. Entonces ¿para qué sirven? Ahí viene lo (sólo científicamente) bello.
Los tres casos pueden ser integrados en uno sólo, de modo que a cada tríada de contribución másica de cada una de las fuentes corresponde una determinada distribución del nivel del mar en términos globales. Inversamente resulta entonces que, dada una distribución concreta (medida) de cómo se reparte geográficamente el incremento del nivel del mar, esta distribución corresponde a una, y a sólo una, función de aportación de cada una de las fuentes. Es decir: se puede saber cuánta agua está siendo aportada por cada una de las tres masas de hielo. Digo yo que este resultado debe entonces cotejarse con el de esas otras técnicas de medición de la pérdida de masa (que entre si ya son consistentes, ver ref. 2) y, si todo está bien, debe ser a su vez consistente con los datos procedentes de esas demás metodologías.
En eso están trabajando ahora los expertos en el tema, como Mitrovica. El asunto no es tan fácil como lo he descrito porque hay otros parámetros que influyen. No sólo están los efectos de la dilatación térmica, sino también el hecho de que el desplazamiento de masa de los polos hacia el ecuador provoca una reducción de la velocidad de rotación de la Tierra (por el efecto bailarín) y un desplazamiento de su centro de gravedad. También habría que tener en cuenta la contribución de los glaciares del Himalaya, que no parecen haber sido considerados hasta ahora. Ésta hubiera sido la primera pregunta que yo habría efectuado a Mitrovica de estar presente en la sala.
¿Cuál fue el nivel del mar en el último interglacial?
Una última enseñanza de esta charla [ahora ya con más aportaciones mías]. ¿Cómo respondieron las masas de hielo en el último interglacial? Para Mitrovica, hace 125.000 años, antes de la última glaciación, la temperatura era la misma que se espera para la segunda parte de este siglo, unos 3-4 ºC superior a la preindustrial – aunque algunos autores, como James Hansen, la sitúan convincentemente en menos de 2 ºC (3). Este período del clima del pasado, denominado Eemiense, es el que con mayor intensidad se está estudiando, dadas las similitudes de todo tipo con la que se nos viene encima.
[De todo tipo salvo, por supuesto, el forzamiento, que entonces fue la excentricidad de la órbita terrestre, siendo el CO2 el amplificador (retroalimentación positiva) principal – aunque su concentración no llegó a superar las 305 ppm. Por el contrario, ahora el forzamiento es, directamente, el CO2, siendo sus amplificadores el vapor de agua, los cambio de albedo y, el más peligroso a medio plazo, el ciclo del carbono, según el cual la Tierra comienza a emitir CO2 y metano por su cuenta bien sea del permafrost ártico y antártico, de los suelos, o por incendios más frecuentes y duraderos.]
Según publicó Mitrovica en Nature, el incremento medio del nivel del mar fue, en este último interglacial, 6,6-9,2 metros superior al actual (4), aunque desde luego habría zonas con incrementos sensiblemente mayores (y menores) debido al efecto gravitatorio descrito. Para Mitrovica, no hay escapatoria a la conclusión de que esas dos grandes masas de hielo, tanto Groenlandia como la Antártida Occidental, se habían reducido drásticamente durante el último interglacial, muy cerca de la desaparición total.
¿Qué es lo que nos espera?
A un ritmo mayor o menor, esto es lo que nos espera. Esto como mínimo, porque algo más atrás, en el Plioceno Medio, hace tres millones de años, también con esos sólo 2 ºC más que la temperatura preindustrial (ya llevamos cerca de uno), el nivel del mar llegó a ser 25±10 m superior, cosa que incluyó la fusión de buena parte de la Antártida Oriental (5). Recordemos que el nivel del mar es como el mercurio de los termómetros, aunque responde bastante más lentamente a la temperatura media de la Tierra.
¿A qué ritmo? En este punto no se ha dicho la última palabra. Si las masas de hielo sólo se funden, y no hay derrumbamientos imponentes de paredes de hielo parcialmente sumergidas, en 2100 habrá aumentado un máximo de 2 metros (6). Si, como sostiene James Hansen – aunque todavía no de modo totalmente fundamentado – se producen estas discontinuidades, el nivel medio del mar en 2100 podría llegar a ser 5 metros superior al actual en el caso de que el ritmo de aumento se duplicara cada 10 años (7). Esta posibilidad viene dada por la velocidad del forzamiento, mucho más fuerte que en el último interglacial, y en las evidencias encontradas de que en la última desglaciación se produjeron episodios de incrementos bruscos (8), y de que no pueden ser descartados en la penúltima (9).
Quedémonos para concluir con las palabras de un editorial de New Scientist en 2009:
“Todos los políticos y planificadores del mundo deberían llevar grabados a fuego tres hechos clave: el aumento del nivel del mar es ya inevitable, ocurrirá más deprisa de lo que la mayoría de nosotros cree, y continuará durante mucho tiempo.” (10)
Celtiberia show
Por aquí nuestros ministros han hecho una lamentable ley de costas a 75 años vista, como si nada fuera a ocurrir. Cuando se les han recordado estos datos, su respuesta ha sido: “el cambio climático no causa impactos en la costa española”. Arias Cañete dixit (11). ¿Negacionismo? ¿O estupidez?
Tal vez algo peor, pues el presupuesto de 2013 ha previsto destinar a políticas de cambio climático nada menos que menos de 0 € (12). Todo ello con el mantra justificativo de que así se va a “crecer, y crear empleo”.
¡Olé!
No es tanto la inteligencia como la falta de escrúpulos lo que lleva a muchos al poder.
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Ferran, ¿no hay algún error con los 20 m de descenso en Groenlandia por un metro de aumento del nivel del mar? me parece demasiado. El inglés de Mitrovica es terrible para mis oídos (generalmente me ayudo con el transcriptor de youtube, pero parece que lo entiende menos que yo). El paper de Antártida Occidental habla de un aumento de 1,5 m en USA por sobre los 5 m medios estudiados, la escala representa el %, en este caso, 0,3. En estos gráficos de la presentación no queda muy clara la escala…
No sabía de este efecto, pero hay varios más que complican estimar la suba del nivel de mar y que producen la variabilidad espacial y temporal en el nivel mismo y en las tendencias de aumento.
– La Tierra no está quieta, sino que gira. (Cuando la taza de té está quieta podemos medir el nivel fácilmente, pero ¿cuál es el nivel cuando estamos revolviendo con una cucharita?) En la Tierra esto hace que el agua se acumule en partes de la cuenca oceánica y diminuya en otras.
– Los continentes (la corteza terrestre) se están reacomodando por la desaparición de los glaciares de la última glaciación, algunas partes hacia abajo y otras hacia arriba (como si quisiéramos medir el nivel al llenar un vaso de goma deformado, que se va reacomodando).
– El volumen del agua varía con la temperatura y con la salinidad. Así que hay cambios por los cambios del tiempo, del clima, de las precipitaciones, la evaporación, El Niño. Algunos años llueve más sobre tierra y el agua tarda en volver al mar. Además el agua se «apila» según los vientos.
-Y no nos olvidemos de las mareas….
Con todo esto, el nivel del mar subió 17 cm en el siglo XX. Y de los 3 y algo mm que sube actualmente (3,1 a 3,4 según los distintos sistemas de medición), 1 mm es por expansión térmica, el derretimiento de glaciares de montaña explica otro mm, y 0,6 mm se deben a la pérdida de masa de Groenlandia y Antártida.
En el IPCC AR4 tiraron un número (menor que en el informe anterior) aclarando que no incluía varios mecanismos. No fue una elección muy feliz, veremos que ponen en el próximo.
(uy, los satélites… ¡monitorean!!!!)
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Nube, Mitrovica dice tuenti, por eso me sorprendió tanto. En realidad el nivel del mar está ahora ‘inclinado’ hacia esas grandes masas, que tiran del agua hacia si. Si las masas desaparecen, la superficie del agua se ‘aplana’ (es un decir). Como no menciona ningún paper o artículo sólo me puedo referir a sus palabras.
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No están teniendo en cuenta , que los valores calculados son en un orden aritmético y no geométrico , como en realidad está sucediendo .La diferencia es de tiempo , por lo que algunos científicos ya pronostican un deshielo total de los casquetes polares a mediados del 2.015 , simplemente porque un problema genera a su vez más problemas y esto multiplica el efecto invernadero en progresión geométrica . El deshielo de 1 km2 de placa de hielo a su vez produce más deshielo , este a su vez igual y asi continúa la cadena del cambio climático acelerado . Un saludo
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Fernando, para el 2015 (o algunos años más) es muy probable que desaparezca el hielo flotante del océano Ártico en verano, de 1-5 metros de espesor aprox (ya la mayor parte es hielo de poco espesor). Esto es muy diferente de lo que ocurre en la Antártida y en Groenlandia, donde hay capas de hielo de 1- 3 kilometros de altura sobre tierra firme.
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Se me olvidaba comentar , que el artículo es muy interesante así como la conferencia que la encuentro muy instructiva y valora otro punto de vista no tratado , lo que confirma , que en este tema , todavía nos queda mucho por aprender y que a medida que conocemos más de este fenómeno entran más variables en el sistema
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Unas referencias interesantes:
http://www.sciencemag.org/content/324/5929/901.abstract
http://www.sciencemag.org/content/323/5915/753
http://www.nature.com/nature/journal/v409/n6823/full/4091026a0_fs.html
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Hola js,
Veo que en el primer enlace se corrige la aportación de WAIS al nivel del mar de los 5 m ‘clásicos’ que Mitrovica señala en la conferencia (creo recordar) a 3,3 m. Es una reducción significativa. El segundo está en las referencias, es del propio Mitrovica; el tercero también, y es interesante porque indica que esto ya se viene trabajando desde 2001, y que en AR4 ya se conocía la aportación de Groenlandia, por lo menos. Por lo menos es lo que veo en los abstracts, pues estoy estos días vía móvil y no tengo acceso a los textos completos.
Gracias por tu aportación, js.
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¡Olé!
Me acuerdo de haber visto aquella charla (gracias a Peter Sinclair). Creo que es mejor dejar estos conocimientos entre informados, visto que no hacen más que liar a la gente. (¿Alguna vez has intentado explicar los múltiples efectos del ozono sobre el clima?) Ya estaré muy contento con que la gente entienda que ese aumento no es solo un ejercicio teórico de unos modelos, sino una observación del pasado lejano.
Ah! y con que entienda la diferencia entre hielo marino y terrestre, en fin…
Me quedo con «el cambio climático no causa impactos en la costa española».
Es que hay que reír para no llorar. A lo mejor si rezamos mucho, Dios mantendrá el nivel del mar igual en la costa española y desviará lo que sobre a la costa catalana.
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Dices; «El caso de la Antártida es más complejo debido a que parte del hielo es submarino, y a que la fusión del hielo provocaría una elevación del subsuelo, que ocuparía parte del volumen antes ocupado por el hielo». ¿Esto no tendrá consecuencias geofísicas? ¿Movimientos tectónicos, sísmicos?
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Excelente post muy bien referenciado además.
A mi lo que no me queda muy claro es si el Sr. Jerry Mitrovica da más importancia a los campos gravitacionales o al propio movimiento de rotación de la tierra donde el claramente expone en el minuto 11:17 que un aumento de volumen de agua en estado líquido hace girar al planeta más despacio por que, según entendí; el agua «se ensancharía» en el ecuador y dejaría los polos más «secos» por efecto de la rotación que no por fuerzas gravitacionales.
Otra cosa que nó me queda muy clara es que a sabiendas de que el hielo que contribuye al aumento del nivel de mar se encuentra en tierra firme y que hay por ejemplo en Groenlandia posibilidades de que estos hielos caigan directamente al mar por la formación de una capa de agua líquida que sirve de lubricante, no me queda claro si basta sólo con que caigan al agua para aumentar al nivel del mar, porque de ser así podrían existir cambios muy rápidis.
Otra cosa, creo que falta discutir lo que dice el vídeo sobre la evidencia arqueológica del Sr Mitrovica que no entendí muy bien que quiso decir.
Saludos, y seguir escribiendo! El fan JP.
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