«Huir de la quema es permitir que todo se queme» – Michel de Montaigne
A propósito de la última entrada del blog de John Cook (Skeptical Science), con el que colaboro ocasionalmente, bajo el título Why I care about climate change, he insertado ahí un comentario que traduzco aquí con alguna variación:
Querido John,
Como sabes, edito mi blog en español exactamente por las mismas dos razones que tu manifiestas hacerlo desde Australia en tu lingua franca. Bueno, hay una (¿pequeña?) diferencia. Soy agnóstico, pero estoy orgulloso de mis convicciones éticas y feliz hoy de saber que respondo a San Mateo, 25 como tu y muchos lectores de tu blog.
Descubrí la seriedad del problema del cambio climático casi por casualidad, en 2005. Me encontraba en los Estados Unidos, técnicamente de vacaciones, con mi hija, que entonces tenía 12 años. A partir de ese momento no pude concebir mantener un trabajo que no contribuyera en nada a arreglar el mundo que iba a dejarle. Y que yo, y mi generación, hemos destruido: en los últimos 30 años se han emitido tantos gases de efecto invernadero a la atmósfera como en todo el tiempo anterior. Por vivir nosotros (materialmente) como no han vivido nunca antes ni reyes ni obispos.
No quería que, al igual que los jóvenes alemanes de los años 80, un día María me preguntara: «Papa, si ho sabies per què no vas fer res?» (Papá, si lo sabías ¿por qué no hiciste nada?).
Poco después me di cuenta de la profunda injusticia que supone que sea la gente pobre del mundo la que está ya resultando afectada a millones, y muriendo (por ahora) a decenas de miles como mínimo, debido a nuestras acciones cotidianas ‘normales’. Me frustraba ver a la gente funcionar como si nada estuviera ocurriendo, verla influida por la maquinaria de negación y con poco o ningún sentido de la ética intergeneracional, tuvieran hijos o no.
Sentí la pulsión interior de investigar por mi propia cuenta y de darlo a conocer en lengua española, donde nadie estaba haciendo nada por entonces. Alguien me ayudó: me echaron de la dirección de una revista técnica sobre automatización (supuestamente) por escribir un editorial sobre el calentamiento global y la responsabilidad que debía asumir la profesión de la ingeniería en abordar el problema.
Finalmente, habiendo estudiado ingeniería de sistemas (soy ingeniero electrónico) comprendí enseguida qué cosa significaría la desestabilización del sistema climático: el denominado cambio climático desbocado, acelerado, a corto plazo. Un cambio en el estado de equilibrio del sistema climático. Un planeta diferente, mucho menos confortable. Lovelock pronostica para 2100 una población mundial de menos de mil millones de personas viviendo en los polos. ¿Cómo se reduce la población en 6.000 millones de personas en menos de 100 años? Da vértigo pensarlo.
Sigo preguntándome por qué el sistema climático, salvo alguna excepción, no es estudiado según la teoría de sistemas. La ciencia climática actual funciona como si un ingeniero analizara la estabilidad de una estructura comenzando por las ecuaciones de la mecánica cuántica de cada uno de los materiales del puente. «Es debido a que los climatólogos son físicos de la atmósfera», me dijo hace poco un renombrado investigador británico. ¿No saben teoría de control? ¿Cuál es el umbral de estabilidad del sistema climático? ¿Por qué nadie habla de ello? ¿Son los +2 ºC? Ya sabemos que son demasiados. ¿Entiende la gente qué cosa significa que hayamos atravesado el umbral? ¿Cómo vamos a resolver un problema de control si los científicos del campo no saben? ¿O es que ya no es posible resolverlo?
John, por favor, cúidate. Me identifico plenamente con la viñeta que has publicado. Admiro tu productividad (la mía era similar hace unos meses). Me han dejado dos parejas por lo que consideran una dedicación excesiva (sin remuneración alguna) al grito de «no vas a salvar el mundo tu solo». Ninguna de las dos es la madre de mi hija. Pero si la tuya lo es, recuerda que no hay nada mejor para un niño que tener a ambos padres en casa.
Pero también sería difícil encontrar otra cosa mejor para todos nosotros que tu blog inteligente e independiente.
Conviene saber que Skeptical Science se ha convertido en un blog de referencia en el mundo del cambio climático, probablemente sólo superado por Real Climate, editado este último por un grupo de los mejores climatólogos de los Estados Unidos.
Bien cierto lo que decía Charles Caleb Colton
«El mayor tonto puede preguntar más de lo que el más sabio de los hombres puede responder»
Ánimo y la verdad es que a veces no merece la pena. Por cierto, si te apetece me indicas algún artículo de Skeptical Science que quieras traducir y colaboro contigo. Sin prometerte excesiva dedicación (también tengo familia), pero podría ir haciendo algo poco a poco.
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Mañana te contesto que hoy estoy ocupado.
Muchas gracias por tu ofrecimiento, y por esperar.
Ferran
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Gracis de nuevo, Pedro J.
Te respondo por correo.
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«No existen preguntas tontas, lo que hay son respuestas tontas»
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Estimado Ferran, hoy hemos subido tu comentario en nuestra portada. La verdad que como profesionales a veces nos pasa lo mismo que a John.
Y seguimos apostando por colocar en la agenda ciudadana la problemática del cambio climático.
Yo soy economista, mi soy es técnico agrónomo y además de intentar un cambio en la gente, recibimos «retos» de nuestras esposas! Es un compromiso para nosotros y nuestros hijos.
Estimado, tiempo atrás te pedimos unas palabras de apoyo a nuestro proyecto, si te fijas en «apoyan nuestra causa», verás que es muy valioso para nosotros ese espacio. Tus palabras serán bienvenidas.
Nuestros saludos y felicitaciones por el blog! Lo recomendamos siempre.
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Muchas gracias por vuestras palabras y por vuestro compromiso.
Os he enviado por correo el texto que me pedís.
Y felicitaciones también por vuestro magnífico blog.
Ferran
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Ferran, seguro que nos encontraremos y compartiremos nuestras experiencias. Desde Argentina y desde Valencia estamos sobre el barco en el que tu recorres la vida. O en la misma bicicleta para reducir a «0» nuestra huella de carbono!
Gracias por tus palabras y por tomar este gran compromiso de «compartir y comunicar» a los otros, todo lo aprendido.
Un abrazo, desde el otro lado del océano.
Fernando
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Infoxicació!
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